A 100 años de la Semana
Trágica: sangre, muerte y horror en las calles de Buenos Aires
Los
historiadores Rubén Furman y Horacio Silva reconstruyen paso a paso la semana
del 7 al 14 de enero de 1919, cuando una huelga en los Talleres Vasena fue
reprimida a sangre y fuego por la policía, el Ejército y parapoliciales de la
Liga Patriótica
El incendio en los talleres
metalúrgicos Vasena, en la intersección de Rioja y Barcala.
Los
obreros de los Talleres Vasena tenían jornadas de 11 horas y
solo descansaban los domingos, incluso en el área de Fundición. En diciembre de
1918 comenzaron una huelga por sus reivindicaciones que escaló en lo que se
conoce como la Semana Trágica. Entre el 7 y el 14 de enero de
1919, Buenos Aires vivió convulsionada.
La
fábrica había sido fundada por el inmigrante italiano Pedro Vasena,
quien sumó capitales británicos a la compañía. Su muerte, en 1916, dejó a su
hijo Alfredo al frente de la empresa. En aquel verano de hace
un siglo, cuando los obreros presentaron sus reclamos, Alfredo Vasena rechazó
las demandas y prefirió convocar a rompehuelgas que a dialogar con los
trabajadores.
Como
telón de fondo, estaba la revolución bolchevique que tomó el poder en Rusia en
noviembre de 1917. Buena parte de los obreros eran liderados por anarquistas
revolucionarios. En la escalada del conflicto, el presidente Hipólito
Yrigoyen puso al frente de la represión al general Luis
Dellepiane y los resultados fueron atroces: no solo actuaron la
Policía, los bomberos y el Ejército, por primera vez apareció la Liga
Patriótica, un grupo de choque con pretensiones de nacionalismo.
Los diarios y la huelga obrera
Según
el diario La Vanguardia de esos días, los muertos llegaron a
700, muchos de los cuales fueron enterrados en fosas comunes.
Los heridos resultaron entre 2000 y 4000. En cuanto a los
detenidos, alcanzó el récord de 55.000 ya que las protestas se
hicieron sentir en todo el país.
Como
la protesta no cesaba, finalmente el gobierno radical logró sentar en la mesa a
Vasena –acompañado por el embajador británico- y a los representantes obreros. El
conflicto terminó el 14 y las negociaciones permitieron que el 20 la sirena de
la fábrica volviera sonar a la madrugada para que los obreros volvieran a sus
puestos. Eso sí, con una jornada de ocho horas. Un triunfo demasiado
amargo y un presente desmemoriado.
En
la Plaza Martín Fierro del barrio de San Cristóbal, sobre la calle Rioja hay
una placa incrustada en una pared de ladrillos a la vista: "Estos muros
pertenecen a la construcción original de los Talleres Vasena. Aquí se
produjeron parte de los sucesos de la Semana Trágica".
Un
texto seco como las estampidas de maúser. La placa de bronce fue ordenada por
la Legislatura porteña cuando se cumplían 80 años de los siete días más
violentos de la historia de Buenos Aires. Parece ficción: los
arqueólogos Daniel Schávelzon y Ana Igarreta tuvieron que hacer excavaciones
para rescatar algo material que conecte el presente con aquel enero sangriento.
-El
predio de la fábrica estaba entre las actuales calles Cochabamba, Urquiza,
Rioja, Oruro y Constitución. Carros con caballos traían a diario la materia
prima desde los depósitos en la avenida Amancio Alcorta en Nueva Pompeya por
las calles Pepirí y 24 de Noviembre. Los huelguistas volcaban esos carros
durante el conflicto para frenar la producción – dice el historiador y
periodista Rubén Furman, que es vecino del lugar.
El historiador Rubén Furman en
la Plaza Martín Fierro, frente a la placa que recuerda: “Estos muros
pertenecen a la construcción original de los Talleres Vasena. Aquí se
produjeron parte de los sucesos de la Semana Trágica”
Empieza
el verano y en la Plaza Martín Fierro algunos chicos se hamacan, otros ensayan
algún picado, los paseadores de perros deambulan con obedientes animales atados
a sus correas. Una escena bucólica en el país de no me acuerdo. Furman mira a
un lado y a otro. Parece que se transportara 100 años atrás. Salvo
la placa, no hay huellas visibles de la tragedia.
-Al
principio era una bulonera. Luego fue la gran fábrica metalúrgica argentina
–dice.
Dardo
Rocha, el fundador de La Plata, había contratado a Vasena para los
encofrados de esa ciudad inspirada en los escritos de Julio Verne
y premiada en la Feria de París de 1889. Los Vasena pusieron una planta en la
ciudad de las diagonales. Participaron de la construcción del Mercado del
Abasto, entre otras tantas obras.
-Tenían
2.500 trabajadores, había carboneros, foguistas, fundidores… Si bien había
distintas corrientes sindicales, tenían peso los de la Federación Obrera Regional
Argentina (FORA) del Quinto Congreso, que eran anarquistas revolucionarios.
El pliego de reclamos de la huelga que empezó no era distinto de otros
conflictos: jornada de ocho horas, pago de horas extras, vacaciones
–dice Furman.
El
edificio de la fábrica era sólido, tenía unas pocas décadas, sin embargo tiempo
después de la Semana Trágica la planta fue borrada de la faz de la Tierra. La
demolieron cuando se fusionaron con Tamet. En 1940, en ese predio se inauguró
esta plaza… y aquí no ha pasado nada.
Tamet
(Talleres Metalúrgicos San Martín), fundada en 1902 incorporó a Talleres Vasena
en 1926.
Días rojos
Osvaldo
Bayer, quien murió el pasado 24 de diciembre, fue sin duda el
historiador de las luchas obreras de hace un siglo. Escribió el prólogo de un libro
de referencia para entender la Semana Trágica.
Los talleres Vasena
En
efecto, "Días Rojos–Verano Negro" de Horacio
Silva es el libro más documentado sobre aquellos días. Comenzó la
investigación –alentado por Bayer y por el periodista Carlos Rodríguez–
en 2003 y lo publicó seis años después, cuando se cumplieron 90 años. Silva,
además, puso a disposición de estos cronistas sus archivos para poder ilustrar
el texto. "Empecé con papel y lápiz –cuenta-. En 2008, la Biblioteca
Nacional llamó a un concurso de becas y la gané con esta investigación, así que
pude darle el envión final".
Buenos Aires al sur
No
era reina ni del Plata. Las villas miserias no aparecieron a principios de
los 50 con la inmigración interna. Las latas y
Las ranas eran los nombres que tomó el asentamiento cercano a "la
Quema Municipal", donde se incineraba la basura de los porteños.
Según
Horacio Silva, desde fines del siglo XIX los pobladores de esas viviendas
precarias eran cerca de 3000 y había sobrevivientes de la Guerra del
Paraguay, europeos pobres y morochos nativos. Los carros y camiones de Vasena
se mezclaban con las vacas que cruzaban el puente de la Noria y
trotaban rumbo al matadero instalado -después de la devastadora fiebre amarilla
de 1871- al lado del Parque de los Patricios.
Sangre
El
martes 7 de enero fue de mucho calor. De los depósitos de Vasena, sobre Amancio
Alcorta, salió una caravana de autos escoltada por policías: llevaban
esquiroles –rompehuelgas- con destino a la fábrica. A poco salir, se toparon
con un piquete obrero que les cortó el paso. Los cosacos
cargaron y desde las terrazas vecinas también había agentes agazapados que
disparaban armas de fuego. La trifulca duró dos horas. Según consignó La
Vanguardia el jueves 9 desde los huelguistas también hubo disparos. Era
una zona de casas humildes, muchas de madera y los tiros hirieron a varios
vecinos. Los muertos, comprobados, fueron cuatro, todos vecinos del
barrio. Tres por balazos y uno por el sablazo de un policía montado. Alrededor
de 30 fueron los heridos de bala. La policía no tuvo muertos y reportó cuatro
heridos.
Imágenes de los siete días más violentos en la
historia de Buenos Aires
Cerca
de allí estaba la sede de la Sociedad de Resistencia Metalúrgicos Unidos, de
tendencia anarquista, donde fueron velados los tres muertos que quedaron
tendidos sobre Amancio Alcorta. El restante murió en el Hospital Rawson. La
huelga de Vasena, hasta el momento, acaparaba la información periodística: al
día siguiente tanto los comercios como los talleres dejaron las persianas
bajas: el conflicto se multiplicó al tiempo que las diferencias entre
socialistas moderados y anarquistas revolucionarios crecía.
El
gobierno de Yrigoyen tomó nota y, tal como consigna Horacio
Silva, su ministro del Interior Ramón Gómez, de inmediato fue
a mediar entre los sindicalistas y la empresa. Todos mirándose las caras, y esa
misma noche: funcionarios, sindicalistas y el propio Vasena. Aunque Gómez logró
que Vasena prometiera un leve aumento de salarios y reducir la jornada laboral a
nueve horas, los ánimos obreros estaban caldeados porque, al mismo tiempo de la
negociación, al día siguiente Vasena seguía mandando rompehuelgas y por los
conventillos de Buenos Aires se esparcía el mal humor.
El cortejo fúnebre de los muertos de los talleres
Vasena
Ya
el miércoles 8, muchos gremios decidieron hacer huelga, y el jueves 9 al propio
Yrigoyen algunos colaboradores le propusieron decretar el Estado de
Sitio. En cambio de eso, puso al frente de la Policía a Elpidio
González, ministro de Guerra, quien convocó al jefe de la Segunda
División del Ejército, Luis Dellepiane, amigo del caudillo
radical.
En
paralelo, salía el cortejo fúnebre desde Pompeya hasta el cementerio de la
Chacarita. Los féretros eran llevados a pulso y en el trayecto, entre la
multitud, había grupos anarquistas que no dudaron en llevar armas o, incluso,
romper las cortinas metálicas y tomarlas de las armerías que había en el
trayecto.
Furman
describe lo confusa y sangrienta que resultó esa jornada.
-Para
los empresarios, Yrigoyen era un populista. A su vez, los nacionalistas sentían
que era su momento, estaban convencidos que todo era fruto de un complot
maximalista de rusos, judíos y comunistas. Los galeritas salían con
carabinas en coches particulares, algunos de ellos descapotados. Actuaban como
si fueran la guardia blanca ante el peligro bolchevique. En esos días se
produjo un auténtico pogrom en Buenos Aires, el único en
América, que tuvo epicentro en los barrios de Once y Villa Crespo. Ahí
es que la policía detiene a Pinie Wald, periodista nacido en
Polonia y miembro de la organización judía Avangar. Lo torturaron y lo trataban
como si fuera el jefe de un soviet.
Sur, paredón y después
Si
la ciudad estaba fuera de control, lo que sucedía en la fábrica era más grave
aún. Alfredo Vasena había contratado a guardias privados que estaban
acuartelados en el interior de la planta. Los huelguistas, a su vez, intentaron
ese jueves 9, ingresar por la fuerza.
Las barricadas en las calles de Buenos Aires
No
bien el general Dellepiane se enteró que había disparos en el lugar, decidió
mandar tropas de infantería.
-Acá,
en esa cuadra de Cochabamba -que se llamaba Barcala- y Rioja, se
montaron dos ametralladoras pesadas –dice Furman- que fue letal.
Es decir, el Estado se movía en dos direcciones. Por un lado intentaba que los
Vasena negociaran y, por el otro, le dice a Dellepiane que tome el control de
la fábrica y de la ciudad. Si hubiera que buscar un paralelo, es lo que
sucedió medio siglo después en el Cordobazo.
Los
periódicos que expresaban las voces de los huelguistas, el viernes 10
destacaron la brutalidad militar y policial. El Buenos Aires Herald, La
Prensa, La Razón y La Nación hicieron eje en el peligro
rojo.
Perón, un capítulo argentino inevitable
Mucho
se ha dicho sobre el rol de Juan Perón en aquellos días.
Horacio Silva cita el discurso del entonces teniente Perón brindado el 1 de
mayo de 1948 precisamente en la Plaza Martín Fierro en presencia de los
dirigentes de la Unión Obrera Metalúrgica, un sindicato creado al compás del
ascenso de Perón al poder.
“La huelga general paraliza la ciudad”,
tituló el Buenos Aires Herald
"Se
ha dicho que yo tuve intervención en la Semana de Enero (así se llamaba a la
Semana Trágica). Yo estaba en el Arsenal de Guerra y me tocó hacer guardia al
día siguiente (en referencia al viernes 10). Allí una vez más reafirmé mi
pensamiento de que un soldado argentino no puede tirar contra su pueblo a menos
que sea un asesino. Eso lo reafirmé cuando vi los numerosos muertos del día
anterior (el jueves 9, día de la ametralladora pesada)."
Lo
concreto es que Perón estuvo en el lugar de los hechos y que pertenecía a una
fuerza que se maneja con órdenes y no con el libre albedrío. Según Silva no hay
pruebas acerca de que haya participado en la represión. Muchos
historiadores, sin embargo, le endilgan ser parte de la maquinaria que aplastó
una rebelión obrera.
El triunfo obrero
El
lunes 13 la ciudad amaneció más tranquila, el subte –el único que había, que
luego se llamó A- funcionó, muchos comercios abrieron. Consultado por Infobae
sobre cómo se llegó al fin de la huelga, el historiador Horacio Silva dijo:
-La
huelga terminó con la victoria de los obreros de Vasena. El lunes 13
de enero a las cuatro de la tarde, en el despacho del ministro del Interior, Ramón
"el Tuerto" Gómez, se llevó a cabo una reunión en la que
estuvieron Alfredo Vasena y un hermano suyo, acompañados por el senador radical
Leopoldo Melo quien era nada menos que asesor legal y miembro
del directorio de la empresa. Por la Sociedad de Resistencia Metalúrgicos
Unidos asistieron el secretario general Juan Zapetini y cinco
delegados elegidos por la asamblea. Se leyó el pliego de condiciones –cuyo
facsímil brindó a estos cronistas- en el que se aclara que la jornada
sería de 8 horas, que los aumentos de sueldos serían entre 20 y 40%
-de acuerdo a las categorías-, que los domingos se pagaría el 100% de
aumento, que se eliminaba el trabajo a destajo y que no habría represalias
contra los huelguistas.
La huelga terminó con la
victoria de los obreros
Quedó
pendiente el mejoramiento de las condiciones del personal de lavado de lanas.
Se acordó retomar las tareas el 20 de enero para que la fábrica estuviera en
condiciones. Esa semana, la empresa pagaría los sueldos. Silva agrega
que para muchos historiadores la lucha obrera fue una derrota pero los
documentos históricos muestran lo contrario.
En
esa semana de espera para retomar el trabajo, la policía cometió varias
tropelías como, por ejemplo, destruir la imprenta del diario La Protesta.
-Por
nefasta coincidencia –dice Silva-, el 20 de enero de 1919 es el día fundacional
de la Liga Patriótica Argentina, una suerte de antecesora de
la Triple A. (1)
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La Semana Trágica
El
7 de enero de 1919 comenzó una sangrienta represión a obreros de la FEDERACION
OBRERA REGIONAL ARGENTINA (FORA) en sus vertientes anarquistas y socialistas.
Decenas de muertos y heridos en el gobierno de Hipólito Yrigoyen, Masacre en la
Argentina oligárquica "granero del mundo". (2)
Ver Video:
https://www.youtube.com/watch?v=5eEmJCi3iak
Biografía consultada
1)-Diario Infobae, A 100 años de la Semana Trágica: sangre, muerte y horror en las calles de Buenos Aires, Eduardo Anguita y Daniel Cechini, 7 de enero de 2019.
2)- La Semana
Trágica
https://www.youtube.com/watch?v=5eEmJCi3iak