EL MUNDO – CAMBIO CLIMÁTICO
Bienvenidos a la era del clima
extremo: el norte se congela y el sur es un horno
La orilla del lago Michigan hoy a la mañana, con los rascacielos de
Chicago en el fondo
Fuente: AFP
Por: Somini Sengupta
NUEVA
YORK.- En Chicago, los funcionarios alertaron sobre el riesgo de congelamiento
instantáneo durante el que podría convertirse en el día más frío de la historia
de la ciudad. En el medio oeste norteamericano, se han abierto centros de
refugio contra el frío. Y los inauditos vientos polares provenientes del Ártico
forzaron el cierre de las escuelas y las universidades de toda la región.
Al mismo tiempo,
del otro lado del planeta, una ola de calor que superó todos los registros
desató incendios en Australia. El elevado uso del aire acondicionado sobrecargó
las redes eléctricas y causó cortes. Las autoridades cancelaron o redujeron la
velocidad de los tranvías para ahorrar energía. Los sindicatos reclamaron leyes
que exijan el cierre de empresas cuando las temperaturas alcancen niveles
peligrosos, como los casi 47°C de la semana pasada en Adelaida, la capital de
Australia Meridional. También la Argentina sufrió el calor extremo, con
sensación térmica cercana a los 45°C.
Más de un centenar de vacas murieron por el calor el martes en el
Mercado de Liniers,
en Buenos Aires
Así es la era
del clima extremo, que se produce como una sumatoria de eventos extremos de
todo tipo y en todas partes del planeta.
"Cuando
sucede algo -ya sea una ola de frío, incendios forestales o huracanes- tenemos
que pensar más allá de lo visto en el pasado y admitir que hay una alta
probabilidad de que sea peor que todo lo que hemos conocido hasta ahora",
dice Crystal A. Kolden, profesora asociada de la Universidad de Idaho,
especializada en incendios forestales, y que actualmente trabaja en Tasmania,
mientras se desata uno de los peores incendios estacionales en la región.
Tengamos en
cuenta estos ejemplos recientes: el año pasado se rompieron récords de calor
desde Noruega hasta Argelia. En Australia, la sequía se prolonga desde hace tanto
tiempo que un niño de preescolar difícilmente haya visto alguna vez la lluvia.
Y California sufrió en 2018 los incendios forestales más ruinosos de su
historia, que esta semana condujo a la quiebra a la empresa de servicios
públicos más importante del estado, Pacific Gas and Electric.
Consecuencias de un incendio forestal en Adelaida, Australia
Fuente: AFP
¿Estamos
hablando de cambio climático? Los extremos de calor y de sequía son coherentes
con el consenso de los científicos: cuanto mayores son las emisiones en la
atmósfera de gases de efecto invernadero, más probabilidades de temperaturas
extremadamente altas. Y en términos generales, los científicos también dicen
que cuanto más aumente la temperatura del planeta, el clima extremo se volverá
más frecuente y más intenso.
Las cifras de la
vida real confirman esos modelos climáticos. Las concentraciones de dióxido de
carbono en la atmósfera son las mayores de los últimos 800.000 años, y la
temperatura promedio global ha aumentado. Según la Organización Meteorológica
Mundial, los últimos cuatro años fueron los más calurosos de los que se tenga
registro, y los 20 años más calurosos tuvieron lugar en los últimos 22 años.
Además, las temperaturas de los océanos rompieron récords.
Respecto a las
temperaturas extremadamente bajas que se registran esta semana en algunas
partes de Estados Unidos, marcan un contraste con la tendencia hacia inviernos
más calurosos. Por más extraño que parezca, también pueden ser la consecuencia
del calentamiento global. Las investigaciones más recientes sugieren que el
calentamiento del Ártico está causando cambios en la corriente en chorro y
empujando el aire polar hacia latitudes inusuales que no suelen estar preparadas
para soportarlo. De allí el atípico frío en grandes franjas del nordeste y
medio oeste de Estados Unidos.
Parada de ómnibus en Chicago
Fuente: AP
Friederike Otto,
meteoróloga de la Universidad de Oxford que estudia el rol del calentamiento
global en la intensificación de ciertos fenómenos climáticos específicos, dice
que si bien no todos estos fenómenos extremos pueden atribuirse al cambio
climático, los profundos cambios en la atmósfera de la Tierra "aumentan la
probabilidad de que se multipliquen los fenómenos extremos".
"Eso
significa que ahora se volvió fundamental entender bien dónde es vulnerable
cada comunidad y eso es algo que no estaba en la agenda sin el cambio
climático", dice Otto.
Tomemos como
ejemplo Chicago. En el verano de 1995, la ciudad sufrió las calamidades de las
altas temperaturas, cuando una ola de calor de cinco días dejó un saldo de
centenares de muertos. La ciudad puso en marcha un plan de acción para paliar
el calor. Plantó miles de árboles, abrió centros de refugio y creó un sistema a
través de mensajes de texto para que los vecinos pudieran alertar a las
autoridades sobre las personas en situación vulnerable.
Ahora que para
la noche de ayer pronosticaron una caída de la temperatura a -31ºC (el récord
más bajo de la ciudad es -32ºC, registrado en enero de 1985), llega un período
de frío que toda una generación de habitantes de Chicago nunca vivió. La ciudad
anunció que cinco ómnibus recorrerán las calles para ofrecer centros móviles de
refugio contra el frío para las personas sin hogar, y dio a conocer
instrucciones para evitar que se congelen las tuberías.
Sin embargo, el
mayor problema de todos es el calor extremo.
Peces muertos por la sequía en Menindee, Australia
Fuente: AFP
Desde la década
de 2000, los récords de calor en Estados Unidos se rompieron el doble de veces
que los de frío. Un estudio de la revista científica PLOS Medicine proyectó una
quintuplicación del número de muertes por calor en Estados Unidos para 2080.
Los pronósticos para los países menos ricos son peores.
El calor también
afecta el valor nutricional de muchos cultivos. Hasta algunos de nuestros
placeres más preciosos, como el café, están en peligro por las altas
temperaturas.
Este año, el
calor es un problema tanto en el hemisferio norte como en el sur. En Alaska,
las temperaturas más elevadas de lo habitual obligaron a cancelar las carreras
de trineos tirados por perros, mientras que en algunas ciudades de Nueva
Zelanda donde por lo general el clima suele ser templado y las casas no
necesitan calefacción ni aire acondicionado se rompieron los récords de calor.
Parte de la
prevención tiene que ver con hacer las ciudades más resistentes al cambio
climático.
The New York Times
Traducción de Jaime Arrambide
Fuente: Diario La Nación, 30 de enero de 2019.