Mel Greaves, el científico que
descubrió una forma de prevenir la leucemia infantil
El profesor Mel Greaves
en su laboratorio del ICR.
(Crédito imagen: Institute of Cancer Research,
London).
Cuando era
pequeño, en una España que afortunadamente ha quedado muy atrás, eran
tristemente comunes los poblados de chabolas en los que malvivían varias
familias de etnia gitana. Por aquellos años, era corriente oír cosas sobre
lo listos y fuertes que se hacían los niños que vivían en aquellas precarias condiciones.
“No les oirás hablar de alergias”, decían algunas personas.
Hoy ha vuelto a
mi memoria aquella lamentable realidad previa a las políticas de integración,
leyendo – ya veis que pequeño es el mundo – un interesante artículo en The
Guardian sobre el trabajo del profesor Mel Greaves (Instituto
de Investigación Oncológica de Londres), quien lleva tres décadas interesado en
conocer las causas que conducen al desarrollo de la leucemia infantil. ¿Qué
relación hay entre aquellos niños romanís de mi infancia y la leucemia? Tendrás
que leer más para averiguarlo.
Hace años que
sigo con interés los avances en el tratamiento de la leucemia infantil,
especialmente desde que colaboré con la Fundación Josep Carreras. Por ello ha
sido un verdadero placer conocer todo lo que hemos aprendido a lo largo de 30
años gracias al trabajo de investigadores como Mel Greaves, a quien la corona
británica acaba de nombrar caballero, por lo que tal vez deba hablar de él como
Lord Mel Greaves.
En The Guardian,
Greaves explica que ahora son capaces de entender por qué en el Reino Unido y
en otros países de su entorno, aumenta el número de casos de leucemia
linfoblástica aguda infantil (LLA) en un 1% anual. La noticia es
ciertamente desesperanzadora, pero hay que añadir que afortunadamente ahora
se curan el 90% de los casos, todo un logro si tenemos en cuenta que
en la década de 1950 este tipo de cáncer era letal.
La incidencia de
la LLA está relacionada con las sociedades desarrolladas, por lo que ese 1% de
crecimiento en la incidencia no se observa en economías emergentes. Esta
enfermedad se produce por una secuencia de sucesos biológicos que se inician
con una mutación genética que surge durante en desarrollo fetal
en 1 de cada 20 embarazos. Esta mutación se da de forma accidental en el útero,
no es hereditaria y no implica que los niños vayan necesariamente a desarrollar
leucemia más adelante, aunque sin embargo les introduce en el grupo de riesgo.
Greaves ha
observado que es necesario algo más, otro evento biológico, para que luego
irrumpa la leucemia, y al parecer ese “plus” se relaciona con el sistema
inmunológico. “Para que el sistema inmune de un humano funcione de
forma correcta, debe enfrentarse a una infección durante el primer año de vida”
afirma el recién nombrado Lord.
Sin esa confrontación contra los gérmenes,
nuestro sistema inmunológico es como un arma defectuosa que no disparará
correctamente cuando la necesitemos. Sin embargo, por razones obvias y loables,
los padres vivimos una creciente obsesión por la higiene en torno a
nuestros hijos. Tenemos toallitas antisépticas, usamos jabones
antibacterianos y limpiamos el suelo de nuestros hogares con productos
desinfectantes.
Además, cada vez
es más común que los neonatos abandonen la lactancia natural y la sustituyan
por fórmulas de farmacia. Y en cuanto a ese primer año de vida, muchos niños
tienen poco o nulo contacto con otros niños debido a la reducción de la
natalidad.
Si sumamos todo
esto vemos que nuestros bebés apenas tienen contacto con los gérmenes. Luego,
cuando finalmente el bebé se expone a una infección, puede suceder que
su sistema inmunológico sobre reaccione provocando una inflamación crónica.
Es esta inflamación la que hace que se liberen a la sangre unas proteínas
llamadas citoquinas que son las responsables de que se produzca una segunda
mutación, que da como resultado la leucemia en aquellos niños que habían
experimentado la primera mutación durante su desarrollo fetal.
Video:
https://youtu.be/hI3wrKpxySA
¿Veis ahora donde
quería ir a parar con mi comentario sobre las pésimas condiciones higiénicas de
aquellos barrios de chabolas? En el fondo, aunque no en la forma, tenían su
dosis de razón algunos de aquellos comentarios, por muy desagradables que
fueran.
En fin, por lo que puedo leer el equipo de
Greaves está esperanzado con estos hallazgos porque, a pesar de que se sabe muy
poco sobre el primer desencadenante – y por tanto poco se puede hacer para
evitarlo – sí que podemos hacer algo al respecto del segundo desencadenante.
Greaves sueña
con crear una especie de “dosis” de gérmenes saludables que suministrar
a los lactantes en forma de yogur. Pero para ello, antes debe analizar
el microbioma (es decir la fauna intestinal) de adultos sanos, y elegir las
especies de bacterias que mejor preparen al sistema inmunológico de los bebés
contra los peligros futuros, y evitar la temible “sobre reacción” que da inicio
a la LLA.
Lo dicho, a
veces es bueno dejar que los niños se ensucien un poco.
Por
Miguel Artime
Bibliografía consultada
-Instituto de
Investigación Oncológica de Londres: https://www.icr.ac.uk/
-Fundación Josep
Carreras: https://www.fcarreras.org/es
-Citoquinas: Definición:
Las citocinas (también
denominadas citoquinas) son proteínas
que regulan la función de las células que las producen sobre otros tipos
celulares. Son los agentes responsables de la comunicación intercelular,
inducen la activación de receptores específicos de membrana, funciones de
proliferación y diferenciación celular, quimiotaxis, crecimiento y modulación
de la secreción de inmunoglobulinas. Son producidas fundamentalmente por los linfocitos
y los macrófagos activados, aunque también pueden ser producidas por leucocitos
polimorfonucleares (PMN), células endoteliales, epiteliales, adipocitos, del
tejido muscular (miocitos) y del tejido conjuntivo. Las citocinas secretadas
por linfocitos se llaman linfocinas, aquellas producidas por macrófagos (Mf)
son monocinas, etc. (dependiendo del tipo de célula). Su acción fundamental
consiste en la regulación del mecanismo de la inflamación. Hay citocinas proinflamatorias y antiinflamatorias.