Ayer sábado 24 de agosto de 2013 a los 91 años de edad
se fue al cielo Néstor Adolfo Rodríguez
Morel, un excelente Padre y Abuelo, que se desempeño como agrimensor en sus
faz laboral, siempre presente al servicio de su comunidad con sus manos de
ayuda; Un Escritor muy especial de cuentos y por sobre todo un conocedor de la
nuestra historia. Fue premiado en varios certámenes literarios y recibió distinciones
profesionales.
La Biblioteca Popular Rotaria de Isidro
Casanova le rinde este Humilde Homenaje
y Recuerdo a un Grande de las Letras.
ALISTAMIENTO (Cuento)
En la capilla de Guardia de Lujan, Virreinato
del río de La Plata,
el 8 de febrero del año 1807, me presento al Cura Teniente:
-Confesión, Padre,
-In nómine: Patris et Filii et Spiritus Sancti.
Amen
-¿Cuánto tiempo hace que no te confiesas?, ¿Qué
pecado has cometido?
-Padre, le pido en confesión, necesito que Dios
me libere de un juramento.
Para ello tiene que conocer mi vida, luego por
el poder que le entregó nuestro Señor, liberarme o no.
Mi nombre, Patricio o. Sullivan, nací el 19 de
Mayo de 1783 en el condado de Wexford, Irlanda, incorporada a Gran Bretaña por
el Acta de 1800.
Inglaterra fue sierre nuestra
enemiga, trató permanentemente de integrar a Irlanda a su Imperio y esta
obsesiva idea se incrementó más, cuando Enrique VIII, separa a la iglesia
anglicana de la católica, negando todo vínculo entre ellas y apartándola de
Roma.
Fue y es una lucha constante entre
ambos pueblos. Irlanda no ha renunciado, y ha de seguir luchando mientras no
sea independiente y católica.
Mi padre granjero católico, no podía
ser indiferente a estas luchas religiosas y nacionalista, se incorporó al
ejército de Irlandeses Unidos, que enfrento a las tropas inglesas en batalla de
Vinegar Hill, el 21 de junio de 1798, la suerte de las armas no favoreció a los
irlandeses; él, logró con otros compañeros ocultarse, formando guerrillas que
daban combates sorpresivos, desgastando y desorientando al ejército. En uno de
estos asaltos se lo detuvo, y condenado a muerte, salvó su vida, al poder ser
canjeado por su hijo mayor. Yo era el hijo varón mayor.
La tropa se enganchaba, en el ejército
inglés, por varios períodos y en algunos casos de por vida, esto permitía que
su incorporación fuera de distintas nacionalidades, completándose los cuerpos
en algunos casos con presos sacados de las cárceles. Esto requería una
disciplina muy rígida y severa, siendo el azote el castigo que se aplicaba, su
número variaba a la falta cometida, en general esto oscilaba entre los 700 a 900 latigazos. La discriminación
tenía en el ejército inglés un uso y grado superlativo, no ocupaban y ascendían
a los cargos de mandos aquellos, que no fuesen ingleses y protestantes.
Me alistaron en el Regimiento 71,
(Rifleros) al mando de Tte. Coronel Denis Parck, compañía formada casi en su
totalidad por escoceses.
El 31/08/1805 el Capitán de Navío
Home Popham, recibe del Almirantazgo, la orden de escoltar la expedición del
Gral.- Bird, que se embarca en su totalidad en Clark con rumbo hacia el Cabo de
la Buena Esperanza
(África), en posesión de los holandeses.
En mi condición de tropa, en las fuerzas del
Gral. Bird, embarco en la tripulación del Diadem, buque insignia de la flota
del Capitán de Navío Home Popham.
Las acciones militares que se desarrollaron
para obtener el dominio del Cabo, dieron por resultado la capitulación del
Gral. Jensses el 18/01/1806, con lo cual el Cabo de la Buena Esperanza pasó nuevamente
a manos inglesas.
Por mi comportamiento, durante el combate entre
las fuerzas inglesas y holandesas, dando muestra de valor y coraje, me
ascendieron al grado de Suboficial en la Ayudantía, del General Guillermo Carr Beresford.
Cumplidas las ordenes recibidas el Capitán de
Navío Popham, inicia la expedición hacia el Río de La Plata, decisión a la que no
estaba autorizado por el Almirantazgo, por lo cual la misma quedaba bajo su
responsabilidad, si bien no era ajena a la misma el primer Ministro
Parlamentario William Pitt, del cual había obtenido un memorándum (año 1804)
donde documentaba el pedido de tropas que había realizado al Gral. Bird, el
cual respondió, poniendo bajo el mando del Tte. Cnel. Packs al primer batallón
del Regimiento 71 y parte del 20 de Dragones. Las fuerzas se componían:
Regimiento 71. con 32 oficiales, y tropa de 857 hombres; Dragones con 1 Capitán
y 6 hombres de tropa; la artillería con 1 Capitán, 1 Teniente y 34 hombres de
tropa, con 4 piezas de 6
libras.
El Estado Mayor lo integraban: el General de
Brigada Guillermo Carr Beresford, el Mayor de Brigada Deane, el cuartel maestre
Capitán Patric, el edecán Alférez Gordon, el Cirujano Forbes, el Enfermero
Hallidaym, el Intendente Hill y el secretario Capitán de Ingenieros Kennett.
La expedición zarpó del Cabo el 14 de Abril de
1806; los vientos no le fueron propicios y ante una tormenta que debieron
afrontar el 21 de abril se creyó perdido el transporte Ocean con 200 soldados.
El 28 de abril la escuadra ancló en santa
Elena, donde se incorporaron como refuerzos las tropas entregadas por el
Gobernador de la isla previo a un arreglo con el Comodoro Popham sobre las
presas ha obtener de los tesoros reales que se hallaban en Buenos aires a la
espera de ser enviados a España.
Los refuerzos militares se componían;
Artillería, 1 oficial y 102 hombres de tropa con dos obuses de 5 ½ toneladas.
Infantería, 9 oficiales y 174 hombres de tropa formando un total de 10
oficiales y 276 hombres de tropa al mando del Teniente Coronel (Vive Gobernador
de la Isla)
Lane, perteneciente a la
Compañía de las Indias Orientes, embarcados en el buque
mercante Justine.
El 2 de Mayo de 1806 zarpó la expedición de
Santa Elena rumbo al Río de La
Plata; en las proximidades de Montevideo el día 13 de junio
se realiza a bordo de la nave insignia un consejo de guerra a fin de resolver
que puerto se atacaría primero, si Montevideo o Buenos Aires, dado que de
acuerdo a las fuerzas que se dispone se podría atacar a los dos juntamente.
El Gral. Beresford consideraba primordial tomar
Montevideo, ya que era más accesible por su superficie, y siendo punto
importante sobre el río de La
Plata poder facilitar desde ahí el asalto sobre Buenos Aires.
El Comodoro Popham argumenta lo contrario, se
reinclina por razones políticas realizar el asalto sobre Buenos Aires
argumentando que siendo la capital del Virreinato del Río de La Plata el efecto psicológico
sobre el resto del continente sería mayor, se reservó el conocimiento que a
través de los espías ingleses White y Burke, los tesoros del rey se hallaban en
Buenos Aires; el Consejo acepto esta proposición.
Se determinó que los buques Raisonable y Diodeme
hicieran crucero frente a Maldonado y el Diadem sobre Montevideo, que la
marinería y la tropa de desembarco se embarcaran en los buques de menor calado.
El día 16 de junio se dio la orden de zarpar,
los vientos, las corrientes y los bancos del río obstaculizaron el desembarco;
por el canal Ensenada se ancló frente a Quilmes el 25 de junio de 1806.
El 25 de junio se inicia el desembarco del
ejército ingles compuesto de 1641 hombres, durante el día se completó y
teniendo en cuenta que había más de 2Km. De bañados, la tropa hizo noche sobre
la playa.
La acción de los españoles se traducía
solamente en observación del desplazamiento inglés.
El día 26 el ejército inglés comienza a marchar
hacia la barranca, al aproximarse a ella, abre el fuego la artillería enemiga;
Beresford dispone la formación de sus para contrarrestar el ataque, en la
primera línea, el regimiento 71, y el batallón de Santa Elena y la infantería
de marina a 100 metros
de distancia a efectos de prever un ataque de caballería; al llegar a la barranca
el 71, el enemigo se dispersa.
El Virrey le envía al Cnel. Arce un refuerzo
constituido por caballería de milicia, infantería de milicia y tres cañones que
en la huida son arrastrados por la tropa de Arce, tratan de rehacerse y en vez
de dar combate cruzan el puente Gálvez, le prenden fuego, se dirigen a
barracas, y vivaquean sobre la calle Larga.
El Gral. Beresford a mediodía del 27 de junio
después del combate de Barrancas al Norte, en el cual las tropas inglesas
enfrentaron a las españolas tras un breve y recio tiroteo, pasó toda su tropa
al Riachuelo y habiéndose dispersado las españolas, inicia la marcha por las
calles Larga y San Martín hacia en Fuerte donde se hallan reunidos el Cabildo, la Audiencia y los Jefes
militares, entre ellos el Brigadier fe la Quintana, a quien el Virrey había designado para
negociar a la capitulación.
Beresford envía al Fuerte a su edecán el
Alférez Gordon, informando a las Autoridades, que el General exigía la entrega
pacifica de la tropa y de la población.
Bajo la garantía de protección a las personas,
a las leyes, la religión y la propiedad privada.
Aceptadas las condiciones por el Brigadier, el
ejército inglés por la calle san Martín reinicia su marcha hacia el Fuerte,
bajo las gaitas de los escoceses y cantando la canción “Old green”.
Es de destacar qué fue total la indiferencia
del pueblo, había en sus rostros un orgullo pisoteado, y en sus ojos un rencor
que solo aguardaba el instante de la reconquista, eran falsas las versiones que
decían que el pueblo de Buenos Aires recibiría a las tropas inglesas inflamados
de alegría y felicidad.
Los barcos en el puerto, anclados, tan solo
aguardaban abandonar las aguas del traicionero Río de La Plata.
El día 28, en el Fuete se iza la bandera
inglesa con los honores y salvas correspondientes, Beresford ya instalado en
él, toma las primeras medidas de gobierno las cuales tienden a no mal quistarse
con la población, en especial a congraciarse con los comerciantes y
terratenientes.
Convoca a la Audiencia, al Cabildo,
al Consulado y a la Iglesia,
las cuales deben a seguir actuando con las mismas personas y de acuerdo con las
leyes españolas, pero deberían ser sometidos a él, todos los asuntos aquellos
que por su calidad eran sometidos con el anterioridad al virrey.
Mediante el primer bando, aseguraba la
protección a la iglesia, a las personas y a las propiedades privadas.
El sistema y orden administrativo no acarreaban
problemas, lo que sí y no se le había dado solución, eran dos puntos: uno los
caudales reales y otro el cabotaje apresado.
Sobre estos puntos el que más le interesaba a
los ingleses eran los caudales del Rey y no los barcos menores, que sí, eran de
interés para los comerciantes, o a sus dueños privados. Sintetizando se
resolvió salomónicamente, los tesoros fueron cambiados por el cabotaje; esto
era lo lógico, por cuanto los tesoros eran del Rey y sobre ellos la población
no recibía ningún beneficio, pero sí por el comercio que se desarrollaba con
los puertos del interior, especialmente con Montevideo.
La medida que causó más satisfacción en la
población fue el bando del 4/VIII/1806, que establecía la libertad de comercio,
especificando los derechos de aduana a cobrar, como también aboliendo los
impuestos internos de importación o exportación de la ciudad de productos del
país.
Esto fue quizá la disposición de mayor valor
que dejo la excursión inglesa en Buenos Aires que era tan ansiada por los
comerciantes y por la pequeña industria que empezaba a desarrollarse.
España con su sistema comercial tenía
esclavizadas a sus colonias, privándolas de un crecimiento que era progreso.
El accionar administrativo y la vida religiosa
continuaba en Buenos Aires donde el pueblo no aceptaba el vasallaje ingles, en
silencio y sigilosamente desaparecían los hombres, porque se incorporaban en
San Isidro y Montevideo a las tropas de criollos y españoles que bajo las
órdenes de Pueyrredón, Liniers y Alzaga se preparaban militarmente esperando el
momento oportuno de la reconquista del fuerte de la ciudad, ocupado por
Beresford.
El 12 de Agosto de 1806, se produce la
rendición de los ingleses, después de una lucha de mas de cuatro horas cruel y
encarnizada.
Los soldados prisioneros entregadas sus armas
fueron alojados en el Cabildo y los Jefes, oficiales y familiares en las casas
de familias porteñas que ofrecieron sus viviendas.
En los días posteriores se dispuso el traslado
de los prisioneros: el Gral. Beresford y su estado Mayor a la Guardia de Lujan, a los
oficiales de menor graduación a Córdoba y al resto de la tropa a las provincias
del norte.
Padre, todas las acciones que le he relatado,
son para darle la prueba que he cumplido con el juramento hecho al Rey hereje,
di todo lo que podría dar, y en determinadas circunstancias expuse mi vida,
pero hoy, que estoy de rodillas ante su Reverencia, pido me releve de ese
juramento y me permita, por mi vocación por las armas alistarme en el
regimiento de Patricios, de formación criolla, que se me permita dar la vida
por esta tierra hospitalaria y aguerrida, que ha de ir muy pronto, seguro, en
busca de su libertad y quiero estar al vibrar el clarín, al frente en el campo
de batalla.
-Indulgentian, absolutiómen et remissiónem
peccatorum nostrórum, tríubuat nobis omnipotens et miséricors Dóminus.
Hijo ve en paz, El Señor te ha liberado de tu
juramento.
Dios y los vientos te sean propicios.
Néstor Adolfo
Rodríguez Morel