domingo, 25 de agosto de 2013

Néstor A. Rodríguez Morel

Ayer sábado 24 de agosto de 2013 a los 91 años de edad se fue al cielo Néstor Adolfo Rodríguez Morel, un excelente Padre y Abuelo, que se desempeño como agrimensor en sus faz laboral, siempre presente al servicio de su comunidad con sus manos de ayuda; Un Escritor muy especial de cuentos y por sobre todo un conocedor de la nuestra historia. Fue premiado en varios certámenes literarios y recibió distinciones profesionales.
La Biblioteca Popular Rotaria de Isidro Casanova le rinde este Humilde Homenaje y Recuerdo a un Grande de las Letras.
 
ALISTAMIENTO (Cuento)
En la capilla de Guardia de Lujan, Virreinato del río de La Plata, el 8 de febrero del año 1807, me presento al Cura Teniente:
-Confesión, Padre,
-In nómine: Patris et Filii et Spiritus Sancti. Amen
-¿Cuánto tiempo hace que no te confiesas?, ¿Qué pecado has cometido?
-Padre, le pido en confesión, necesito que Dios me libere de un juramento.
Para ello tiene que conocer mi vida, luego por el poder que le entregó nuestro Señor, liberarme o no.
Mi nombre, Patricio o. Sullivan, nací el 19 de Mayo de 1783 en el condado de Wexford, Irlanda, incorporada a Gran Bretaña por el Acta de 1800.
Inglaterra fue sierre nuestra enemiga, trató permanentemente de integrar a Irlanda a su Imperio y esta obsesiva idea se incrementó más, cuando Enrique VIII, separa a la iglesia anglicana de la católica, negando todo vínculo entre ellas y apartándola de Roma.
Fue y es una lucha constante entre ambos pueblos. Irlanda no ha renunciado, y ha de seguir luchando mientras no sea independiente y católica.
Mi padre granjero católico, no podía ser indiferente a estas luchas religiosas y nacionalista, se incorporó al ejército de Irlandeses Unidos, que enfrento a las tropas inglesas en batalla de Vinegar Hill, el 21 de junio de 1798, la suerte de las armas no favoreció a los irlandeses; él, logró con otros compañeros ocultarse, formando guerrillas que daban combates sorpresivos, desgastando y desorientando al ejército. En uno de estos asaltos se lo detuvo, y condenado a muerte, salvó su vida, al poder ser canjeado por su hijo mayor. Yo era el hijo varón mayor.
La tropa se enganchaba, en el ejército inglés, por varios períodos y en algunos casos de por vida, esto permitía que su incorporación fuera de distintas nacionalidades, completándose los cuerpos en algunos casos con presos sacados de las cárceles. Esto requería una disciplina muy rígida y severa, siendo el azote el castigo que se aplicaba, su número variaba a la falta cometida, en general esto oscilaba entre los 700 a 900 latigazos. La discriminación tenía en el ejército inglés un uso y grado superlativo, no ocupaban y ascendían a los cargos de mandos aquellos, que no fuesen ingleses y protestantes.
Me alistaron en el Regimiento 71, (Rifleros) al mando de Tte. Coronel Denis Parck, compañía formada casi en su totalidad por escoceses.
El 31/08/1805 el Capitán de Navío Home Popham, recibe del Almirantazgo, la orden de escoltar la expedición del Gral.- Bird, que se embarca en su totalidad en Clark con rumbo hacia el Cabo de la Buena Esperanza (África), en posesión de los holandeses.
En mi condición de tropa, en las fuerzas del Gral. Bird, embarco en la tripulación del Diadem, buque insignia de la flota del Capitán de Navío Home Popham.
Las acciones militares que se desarrollaron para obtener el dominio del Cabo, dieron por resultado la capitulación del Gral. Jensses el 18/01/1806, con lo cual el Cabo de la Buena Esperanza pasó nuevamente a manos inglesas.
Por mi comportamiento, durante el combate entre las fuerzas inglesas y holandesas, dando muestra de valor y coraje, me ascendieron al grado de Suboficial en la Ayudantía, del General Guillermo Carr Beresford.
Cumplidas las ordenes recibidas el Capitán de Navío Popham, inicia la expedición hacia el Río de La Plata, decisión a la que no estaba autorizado por el Almirantazgo, por lo cual la misma quedaba bajo su responsabilidad, si bien no era ajena a la misma el primer Ministro Parlamentario William Pitt, del cual había obtenido un memorándum (año 1804) donde documentaba el pedido de tropas que había realizado al Gral. Bird, el cual respondió, poniendo bajo el mando del Tte. Cnel. Packs al primer batallón del Regimiento 71 y parte del 20 de Dragones. Las fuerzas se componían: Regimiento 71. con 32 oficiales, y tropa de 857 hombres; Dragones con 1 Capitán y 6 hombres de tropa; la artillería con 1 Capitán, 1 Teniente y 34 hombres de tropa, con 4 piezas de 6 libras.
El Estado Mayor lo integraban: el General de Brigada Guillermo Carr Beresford, el Mayor de Brigada Deane, el cuartel maestre Capitán Patric, el edecán Alférez Gordon, el Cirujano Forbes, el Enfermero Hallidaym, el Intendente Hill y el secretario Capitán de Ingenieros Kennett.
La expedición zarpó del Cabo el 14 de Abril de 1806; los vientos no le fueron propicios y ante una tormenta que debieron afrontar el 21 de abril se creyó perdido el transporte Ocean con 200 soldados.
El 28 de abril la escuadra ancló en santa Elena, donde se incorporaron como refuerzos las tropas entregadas por el Gobernador de la isla previo a un arreglo con el Comodoro Popham sobre las presas ha obtener de los tesoros reales que se hallaban en Buenos aires a la espera de ser enviados a España.
Los refuerzos militares se componían; Artillería, 1 oficial y 102 hombres de tropa con dos obuses de 5 ½ toneladas. Infantería, 9 oficiales y 174 hombres de tropa formando un total de 10 oficiales y 276 hombres de tropa al mando del Teniente Coronel (Vive Gobernador de la Isla) Lane, perteneciente a la Compañía de las Indias Orientes, embarcados en el buque mercante Justine.
El 2 de Mayo de 1806 zarpó la expedición de Santa Elena rumbo al Río de La Plata; en las proximidades de Montevideo el día 13 de junio se realiza a bordo de la nave insignia un consejo de guerra a fin de resolver que puerto se atacaría primero, si Montevideo o Buenos Aires, dado que de acuerdo a las fuerzas que se dispone se podría atacar a los dos juntamente.
El Gral. Beresford consideraba primordial tomar Montevideo, ya que era más accesible por su superficie, y siendo punto importante sobre el río de La Plata poder facilitar desde ahí el asalto sobre Buenos Aires.
El Comodoro Popham argumenta lo contrario, se reinclina por razones políticas realizar el asalto sobre Buenos Aires argumentando que siendo la capital del Virreinato del Río de La Plata el efecto psicológico sobre el resto del continente sería mayor, se reservó el conocimiento que a través de los espías ingleses White y Burke, los tesoros del rey se hallaban en Buenos Aires; el Consejo acepto esta proposición.
Se determinó que los buques Raisonable y Diodeme hicieran crucero frente a Maldonado y el Diadem sobre Montevideo, que la marinería y la tropa de desembarco se embarcaran en los buques de menor calado.
El día 16 de junio se dio la orden de zarpar, los vientos, las corrientes y los bancos del río obstaculizaron el desembarco; por el canal Ensenada se ancló frente a Quilmes el 25 de junio de 1806.
El 25 de junio se inicia el desembarco del ejército ingles compuesto de 1641 hombres, durante el día se completó y teniendo en cuenta que había más de 2Km. De bañados, la tropa hizo noche sobre la playa.
La acción de los españoles se traducía solamente en observación del desplazamiento inglés.
El día 26 el ejército inglés comienza a marchar hacia la barranca, al aproximarse a ella, abre el fuego la artillería enemiga; Beresford dispone la formación de sus para contrarrestar el ataque, en la primera línea, el regimiento 71, y el batallón de Santa Elena y la infantería de marina a 100 metros de distancia a efectos de prever un ataque de caballería; al llegar a la barranca el 71, el enemigo se dispersa.
El Virrey le envía al Cnel. Arce un refuerzo constituido por caballería de milicia, infantería de milicia y tres cañones que en la huida son arrastrados por la tropa de Arce, tratan de rehacerse y en vez de dar combate cruzan el puente Gálvez, le prenden fuego, se dirigen a barracas, y vivaquean sobre la calle Larga.
El Gral. Beresford a mediodía del 27 de junio después del combate de Barrancas al Norte, en el cual las tropas inglesas enfrentaron a las españolas tras un breve y recio tiroteo, pasó toda su tropa al Riachuelo y habiéndose dispersado las españolas, inicia la marcha por las calles Larga y San Martín hacia en Fuerte donde se hallan reunidos el Cabildo, la Audiencia y los Jefes militares, entre ellos el Brigadier fe la Quintana, a quien el Virrey había designado para negociar a la capitulación.
Beresford envía al Fuerte a su edecán el Alférez Gordon, informando a las Autoridades, que el General exigía la entrega pacifica de la tropa y de la población.
Bajo la garantía de protección a las personas, a las leyes, la religión y la propiedad privada.
Aceptadas las condiciones por el Brigadier, el ejército inglés por la calle san Martín reinicia su marcha hacia el Fuerte, bajo las gaitas de los escoceses y cantando la canción “Old green”.
Es de destacar qué fue total la indiferencia del pueblo, había en sus rostros un orgullo pisoteado, y en sus ojos un rencor que solo aguardaba el instante de la reconquista, eran falsas las versiones que decían que el pueblo de Buenos Aires recibiría a las tropas inglesas inflamados de alegría y felicidad.
Los barcos en el puerto, anclados, tan solo aguardaban abandonar las aguas del traicionero Río de La Plata.
El día 28, en el Fuete se iza la bandera inglesa con los honores y salvas correspondientes, Beresford ya instalado en él, toma las primeras medidas de gobierno las cuales tienden a no mal quistarse con la población, en especial a congraciarse con los comerciantes y terratenientes.
Convoca a la Audiencia, al Cabildo, al Consulado y a la Iglesia, las cuales deben a seguir actuando con las mismas personas y de acuerdo con las leyes españolas, pero deberían ser sometidos a él, todos los asuntos aquellos que por su calidad eran sometidos con el anterioridad al virrey.
Mediante el primer bando, aseguraba la protección a la iglesia, a las personas y a las propiedades privadas.
El sistema y orden administrativo no acarreaban problemas, lo que sí y no se le había dado solución, eran dos puntos: uno los caudales reales y otro el cabotaje apresado.
Sobre estos puntos el que más le interesaba a los ingleses eran los caudales del Rey y no los barcos menores, que sí, eran de interés para los comerciantes, o a sus dueños privados. Sintetizando se resolvió salomónicamente, los tesoros fueron cambiados por el cabotaje; esto era lo lógico, por cuanto los tesoros eran del Rey y sobre ellos la población no recibía ningún beneficio, pero sí por el comercio que se desarrollaba con los puertos del interior, especialmente con Montevideo.
La medida que causó más satisfacción en la población fue el bando del 4/VIII/1806, que establecía la libertad de comercio, especificando los derechos de aduana a cobrar, como también aboliendo los impuestos internos de importación o exportación de la ciudad de productos del país.
Esto fue quizá la disposición de mayor valor que dejo la excursión inglesa en Buenos Aires que era tan ansiada por los comerciantes y por la pequeña industria que empezaba a desarrollarse.
España con su sistema comercial tenía esclavizadas a sus colonias, privándolas de un crecimiento que era progreso.
El accionar administrativo y la vida religiosa continuaba en Buenos Aires donde el pueblo no aceptaba el vasallaje ingles, en silencio y sigilosamente desaparecían los hombres, porque se incorporaban en San Isidro y Montevideo a las tropas de criollos y españoles que bajo las órdenes de Pueyrredón, Liniers y Alzaga se preparaban militarmente esperando el momento oportuno de la reconquista del fuerte de la ciudad, ocupado por Beresford.
El 12 de Agosto de 1806, se produce la rendición de los ingleses, después de una lucha de mas de cuatro horas cruel y encarnizada.
Los soldados prisioneros entregadas sus armas fueron alojados en el Cabildo y los Jefes, oficiales y familiares en las casas de familias porteñas que ofrecieron sus viviendas.
En los días posteriores se dispuso el traslado de los prisioneros: el Gral. Beresford y su estado Mayor a la Guardia de Lujan, a los oficiales de menor graduación a Córdoba y al resto de la tropa a las provincias del norte.
Padre, todas las acciones que le he relatado, son para darle la prueba que he cumplido con el juramento hecho al Rey hereje, di todo lo que podría dar, y en determinadas circunstancias expuse mi vida, pero hoy, que estoy de rodillas ante su Reverencia, pido me releve de ese juramento y me permita, por mi vocación por las armas alistarme en el regimiento de Patricios, de formación criolla, que se me permita dar la vida por esta tierra hospitalaria y aguerrida, que ha de ir muy pronto, seguro, en busca de su libertad y quiero estar al vibrar el clarín, al frente en el campo de batalla.
-Indulgentian, absolutiómen et remissiónem peccatorum nostrórum, tríubuat nobis omnipotens et miséricors Dóminus.
Hijo ve en paz, El Señor te ha liberado de tu juramento.
Dios y los vientos te sean propicios.
Néstor Adolfo Rodríguez Morel