OPINIÓN
No tengas
miedo a empezar de nuevo... Esta vez vas no vas a hacerlo desde cero, esta vez
vas a empezar desde la experiencia.
Las crisis
no son obstáculos, sino retos...
Pasas
semanas planeando un proyecto en el que crees fervientemente. Inviertes todos
tus recursos y trabajas incansablemente para desarrollarlo. Poco a poco tu
esfuerzo comienza a rendir frutos y sonríes porque al fin las madrugadas y
trasnochadas cobran sentido. Todo ese sudor, sacrificio y lágrimas que derramaste
se convierten ahora en ilusión y felicidad porque cada vez son más los clientes
que llegan a tu negocio. La emoción te hace soñar en grande y planeas
expandirte para conquistar nuevos mercados. Has sido disciplinado, paciente y
determinado. Estás listo para dar el siguiente paso en tu carrera empresarial,
pero entonces sucede algo totalmente inesperado…
Un evento
fortuito te obliga a cerrar indefinidamente. Todos tus planes de crecimiento y
expansión se han interrumpido de golpe. El miedo se apodera de ti. Te sientes
frustrado, estresado y desorientado. Te cuestionas a ti mismo culpándote por no
haber previsto esta situación.
Tratas de
adaptarte y haces lo que sea para sobrevivir. La ansiedad y la preocupación no
te dejan dormir. Piensas en tus trabajadores, en tus clientes y en tus aliados.
Todo lo que has construido por años comienza a derrumbarse.
Revisas las
finanzas de tu negocio y la situación se ha vuelto insostenible. La crisis se
agudiza y no te queda más remedio que despedir a muchos de tus trabajadores.
Cierras locales, recortas gastos y reduces tus operaciones. Buscas financiación
para poder aguantar unas semanas más, pero cada peso que entra a tu negocio se
esfuma en un abrir y cerrar de ojos.
Luego de
meses de esfuerzos titánicos, no te queda otra más que cerrar. Has quebrado. Te
sientes fracasado, triste y desolado. Tus ganas de seguir adelante se han
disipado. Pierdes la confianza en ti mismo y con rabia sigues cuestionándote
sobre qué hiciste mal…
¿Te faltó
planeación? ¿Fuiste demasiado optimista? ¿Te dejaste llevar por la ambición?
¿Cuál fue tu error realmente?
No. No fue
tu error. Tú hiciste todo muy bien, pero así es la vida. En ocasiones, sin
importar cuánto nos preparemos y esforcemos, se nos presentan adversidades
sobre las cuales no tenemos control. En ocasiones, la vida nos obliga a
detenernos poniéndonos obstáculos enormes. Pero, ¿Sabes algo? Esos obstáculos
no están ahí para hacerte renunciar, sino para ayudarte a crecer.
¿Recuerdas
cuando eras pequeño y estabas aprendiendo a caminar? Caíste muchas veces. Te
estrellaste, te raspaste las rodillas y lloraste, pero te levantaste… Te
levantaste una y otra vez. Cada vez que caías y te levantabas, te hacías más
fuerte. Nunca pensaste: “tal vez esto no sea para mí”. Lo intentaste con tanta
determinación, que finalmente lo lograste. Aprendiste a caminar, a correr y
luego ya no querías quedarte quieto.
La
adversidad tiene el don de despertar talentos que en la prosperidad hubiesen
permanecido dormidos. Es en los momentos de crisis que surgen las grandes
mentes. Las crisis nos obligan a hacer más con menos. Las crisis ponen a prueba
nuestra tenacidad y creatividad. Las crisis no son obstáculos, sino retos…
porque, ¿Qué sería de la vida sin retos? La vida no es fácil, pero si lo fuera,
sería aburrida.
Hoy la vida
nos hace un llamado a la reinvención. El reto es enorme, pero las oportunidades
también lo son. Hoy no eres la misma persona que eras cuando diste el primer
paso; hoy eres más fuerte, inteligente y resiliente. Las cicatrices en tu piel
y en tu alma son testigos de todas las batallas que enfrentaste y superaste con
éxito. Has aprendido de tus errores y has crecido como persona y como
profesional. Estás listo para volver a intentarlo. Levántate de la silla y
comienza a prepararte para tu siguiente gran proyecto. Tu mayor capital en
estos momentos es todo el aprendizaje que has acumulado a lo largo de tu vida.
Esta vez no vas a empezar desde cero… esta vez vas a empezar desde la
experiencia.
Afrontar un
despido no es fácil, ni a nivel psicológico ni administrativo. Por eso es
conveniente preparar el terreno con antelación
Un despido
puede servir como punto de inicio para un cambio importante en la carrera
laboral
El
escenario laboral actual es muy diferente al que tenían nuestros abuelos o
nuestros padres, donde era habitual que las personas desarrollaran toda su
carrera laboral en una sola empresa.
Lamentablemente,
los despidos en la actualidad están a la orden del día y, afrontar uno, no
tiene por qué ser negativo. De hecho, en algunos casos incluso aportan mejoras
salariales.
No
obstante, durante un proceso de despido se experimenta un torrente de emociones
de ansiedad, rabia, alivio o culpa, que pueden bloquear a las personas y evitar
que quien los sufre de algunos pasos clave en ese proceso. Basta anticiparse a
ese momento y, incluso antes de recibir la notificación de despido, jugar tus
cartas y salir reforzado para continuar con tu carrera laboral en otro lugar.
Mantenerse
centrado. Cuando hay rumores de despido en el aire e incluso cuando ya se ha
producido alguno, las relaciones entre los compañeros, cargos intermedios y
jefes se tensa. Ante ese escenario, lo más recomendable es mantener la
concentración en el trabajo y evitar convertir la ansiedad en una profecía
autocumplida.
Según el
estudio Don't Expect Layoff Survivors To Be Grateful elaborado por la
consultora Leadership IQ, el 74% de los empleados supervivientes de un despido
afirmaron que su propia productividad había descendido. Por lo tanto, lo que
menos se necesita en esos momentos, es dar argumentos de baja productividad a
los responsables para que metan un nombre más en la lista de despidos.
Prepararse
para el peor escenario. En una entrevista en 2017 para el programa de Ellen
DeGeneres, Bill Gates argumentaba que uno de sus mayores miedos era tomar una
mala decisión que llevara a la quiebra a Microsoft y no poder pagar las nóminas
de sus empleados. Ese pensamiento le hacía estar preparado para el peor de los
escenarios, y ser capaz de afrontar riesgos que le permitían avanzar en su
carrera.
El
argumento de Gates también se aplica ante la perspectiva de un despido. Es
necesario contar con un cierto colchón económico (idealmente de tres a seis
mensualidades) para mitigar el impacto del despido en la economía personal.
No
renuncies a tus beneficios. Cuando no hay previsiones de cambio de empleo, es
habitual reservarse unos días de vacaciones o días de descanso para repartirlos
a lo largo de todo el año. Sin embargo, si se cierne la sombra del despido, lo
más recomendable es usarlo todos los días disponibles, y hacer uso del saldo de
tarjetas de bonificación del transporte, tarjetas de dieta, etc.
Si
finalmente tu nombre se encuentra en la lista de despidos, los días de
vacaciones que no hayas consumido se te deben compensar, pero no será así con
los pagos en especie, bonos que no hayas consumido o servicios de los que te
beneficiabas siendo empleado de esa empresa.
Guarda
pruebas de tu valía. También puede ser buena idea guardar evaluaciones de
desempeño o muestras del trabajo que has desarrollado dentro de la empresa.
Antes de acceder y guardar estos documentos debes confirmar que legalmente
puedes acceder a ellos y no son material reservado de la empresa.
En la misma
línea, también es buena idea mantener una copia de tu lista de contactos, y
mantener un seguimiento a través de redes sociales profesionales.
Contactos,
contactos. El networking y la creación de redes de contactos son la mejor
herramienta para generar oportunidades laborales. De hecho, es tan importante
que no deberías esperar a sentir la amenaza de un despido para tejer una res de
contactos solida tanto dentro del sector profesional en el te encuentras en ese
momento, como en otros sectores conectados. Nunca sabes quién te puede ofrecer
tu próximo empleo.
Saca brillo
a tu currículum. La búsqueda de empleo es un hábito que no debe perderse
durante toda la carrera laboral.
Es cierto
que hay periodos en los que la búsqueda se hace de forma más intensa, pero
mantener el currículum al día y actualizar el perfil, aporta visibilidad a
largo plazo, no solo cuando te encuentras en situación de búsqueda de empleo
activa. Además, puede facilitar oportunidades interesantes incluso cuando ya
tienes un empleo.
El despido
como una oportunidad. Utilizar un despido como una oportunidad para explorar
oportunidades que no habías considerado hasta la fecha. Este cambio puede ser
una ocasión única para abrirse a nuevos caminos y reorientar la carrera laboral
hacia otros sectores o roles a los que no habías podido acceder antes.
Martin
Holownia
Cocinero Profesional