EFEMÉRIDE
HISTORIA
Los aeronautas Bradley y Zuloaga cruzaron por primera vez la Cordillera de los Andes, en el globo aerostático “Eduardo
Newbery”.
Eduardo
Bradley y Ángel María Zuloaga momentos antes de emprender la travesía.
Los aeronautas Eduardo Bradley y Ángel María Zuloaga,
que habían realizado en 1915
excelentes vuelos en aeróstatos, decidieron
intentar el cruce de los Andes
en globo desde Santiago de Chile a Mendoza.
Lo proyectaron
de Oeste a Este porque los vientos predominantes en
alturas superiores a 7.000 metros, que necesitaban para trasponer las más
altas cumbres de los Andes, soplaban
generalmente del cuadrante del Oeste, es decir, desde Chile hacia la Argentina.
Se trasladaron a la nación trasandina en tren,
llevando dos globos: el “Eduardo Newbery”, de 2.200 m3 de capacidad,
nombre dado en homenaje al aeronauta
desaparecido el 17 de octubre de 1908 con el globo “Pampero”, y el “Teniente Origone”, de 1.200 m3, bautizado
así en memoria del primer aviador argentino
que perdiera la vida en la
carrera aérea a Mar del Plata,
del 19 de enero de 1913.
Los aeronautas Zuloaga y Bradley hicieron varias
ascensiones en Chile, una más exitosa que otra, pero no encontraban el viento propicio que los llevase
hacia el Este, hacia la Argentina, en la altura que requería el cruce de la cordillera.
Y esto se debía a la deficiente calidad del gas
empleado hasta ese momento,
que no tenía el suficiente poder ascensional. Así pasaron
varios días.
El 24 de junio de 1916, a las 8,30 horas, el globo,
esta vez inflado con buen gas,
mitad hidrógeno y mitad gas de alumbrado
empezó a tomar rápidamente altura.
El aeróstato “Eduardo Newbery”
fue alcanzando 8.000 metros, a medida que era desplazado decididamente hacia el Este.
La difícil prueba fue realizada en forma brillante, no sin que los intrépidos aeronautas tuviesen
que arrojar al vació todo el lastre, víveres
y armas, y quedarse solamente con sus ropas, las máscaras de oxígeno
y el barógrafo sellado fiscalizador de la prueba suspendido arriba de sus cabezas, en el aro del globo.
Después de 3 horas y 30 minutos de vuelo y haber sufrido en la barquilla de mimbre abierta, que se conserva en el Museo Nacional
de Aeronáutica, temperaturas de
33º bajo cero, aterrizaron en el valle del
río Uspallata, provincia de Mendoza, al borde de
un precipicio.
La hazaña de Zuloaga y Bradley fue festejada como una
proeza de jerarquía mundial, el cruce
en globo por entre el Aconcagua y el Tupungato y a alturas
superiores a estos picos.
Los argentinos
y los chilenos los honraron con la
alegría y nobleza que la epopeya merecía.
Eduardo Bradley y Ángel María Zuloaga pasaron a ser
los ídolos de la nación.
En Mendoza abordaron el tren del Ferrocarril Buenos Aires
al Pacífico hacia Buenos Aires. (1)
Zuloaga y Bradley, en el globo Eduardo
Newbery. (2)
Bibliografía consultada
1)-Antonio M. Biedma “Crónica
Histórica de la Aeronáutica Argentina”,
Tomo I, 1969.
2)-Archivo General de la Nación, Foto.