miércoles, 29 de junio de 2016

La actualidad en las Bibliotecas Populares de la Provincia de Bs. As.

Informamos a la Comunidad:

Las Bibliotecas Populares estamos atravesando momentos difíciles, pues la Provincia de Buenos Aires no ha depositado las subvenciones que les corresponde por ley a las Bibliotecas Populares de los meses de enero, febrero, marzo, abril, mayo y ya estamos finalizando junio; atento a esto y al desmedido monto en pesos  de las tarifas de Edenor, Gas Natural, Aysa entre otros servicios; nuestro presupuesto se pusieron a la deriva con el impacto económico acontecido en nuestro país.
No sabemos cómo superar esta falta de gestión del gobierno provincial, donde ignora a las Bibliotecas Populares, luego de las importantes gestiones realizadas por las propias Bibliotecas Populares  ante el Gobierno la Provincia.
Transcurrieron seis meses del año, donde los bibliotecarios y miembros de comisiones directivas llevamos adelante las bibliotecas con las puertas abiertas; a pesar de esta circunstancia, hasta cuando debemos esperar esta situación.
Las bibliotecas son el complemento de la Educación y la Cultura de toda comunidad civilizada. Da vergüenza ajena lo que esta pasando con las Bibliotecas Populares.
Finalizando a las autoridades provinciales un pensamiento en voz alta “reflexionen por los chicos, los jóvenes y los adultos”, “La Cultura Forja a los Pueblos”.
Disculpen el valioso tiempo que hemos quitado a sus vidas.
Atentamente.
Comisión Directiva 
Ciudad de Isidro Casanova, 29 de junio de 2016.

sábado, 25 de junio de 2016

El Grito de Alcorta

La historia siempre se ve reflejada con el presente, cabe recordar que un 25 de junio de 1912 se aconteció “El Grito de Alcorta”.
Aquella gran huelga de chacareros
La Argentina era, para fines del siglo XIX, la tierra de la gran promesa. Hacia aquí venían en tercera clase, porque no había cuarta, miles y miles de seres humanos, familias cargadas de ilusiones. Venían con muchas ganas de terminar con una constante con la que convivían desde la cuna: la humillación, el ninguneo, la miseria. Les habían dicho que del otro lado del Atlántico había una tierra rica, tan rica que alcanzaba para todos, donde todos podrían tener su lugar en el mundo, donde nadie los mandaría y serían finalmente libres. La promesa era atractiva tanto para aquellos que se sentían perseguidos por el hambre como para los que además de la miseria los  perseguían literalmente las autoridades locales por profesar ideas socialistas o anarquistas.
Para cuando la oleada inmigratoria se fue volviendo marea, a partir de 1880, la tierra prometida ya estaba repartida. La llamada “conquista del desierto” había entregado millones de hectáreas  a los mismos de siempre en lugar de reservarlas para los inmigrantes como planteaba la Ley Avellaneda.
Muchos, con gran dolor y algo de resignación decidieron quedarse en Buenos Aires a trabajar en lo que pudieran. Otros se arriesgaron a encaminarse con sus familias al campo a intentar cumplir aquel sueño que les había servido de combustible para llegar hasta aquí. La mayoría rumbeó para el Norte de la provincia de Buenos Aires, Sur de Santa Fe y Córdoba, consolidando la Pampa Gringa que había empezado a tomar forma a partir de las colonias creadas a mediados de la década de 1850.
Cuando bajaron de los vagones polvorientos del Central Argentino comprobaron que su escaso capital no les alcanzaba para comprar ni un palmo de tierra y que los grandes propietarios no vendían una sola hectárea porque habían encontrado el método más cómodo y rentable de valorizar sus tierras: arrendarlas a los inmigrantes que llegaban sin parar desesperados a la zona.
Los inquilinos se harían cargo de todo: sembrarían por su cuenta y riesgo, alquilarían a los propietarios –y sólo a los propietarios- los elementos de labranza y las trilladoras, les entregarían los cereales limpios y embolsados –en bolsas que sólo podían comprarles a los dueños del campo- listos para su traslado al puerto y quedaría para los dueños entre el 40 y el 50% de la producción.
La cosa no terminaba ahí. Los arrendatarios, que comenzaron a ser llamados “chacareros”, no podían sembrar otro cultivo que los pactados con los dueños y no podían criar ganado ni caballar, ni vacuno si no pagaban una abultada suma en carácter de “multa”. La mayoría de los chacareros se veía obligada a comprar todos los elementos necesarios para su vida diaria en los almacenes de sus patrones a precios varias veces superiores a los valores de mercado, lo que los llevaba a vivir endeudados de una cosecha a la otra.
La cosecha de 1911 había sido particularmente mala y las deudas se multiplicaron y cuando todo parecía solucionarse en 1912 con una muy buena cosecha, la perversidad del sistema se puso en evidencia: a los labriegos sólo les alcanzó para pagar lo que debían a sus propietarios y ni siquiera pudieron cancelar los importes de las libretas con los almacenes que no pertenecían a la patronal.
Y fue justamente un almacenero de pensamiento socialista, Ángel Bujarrabal, el que comenzó a coincidir con sus clientes en que las injusticias eran demasiadas, que trabajaban de sol a sol y cada vez estaban más pobres, que él no era su enemigo y que estaba dispuesto a ayudarlos, que lo principal era organizarse para cambiar el sistema de arriendos.
Así fue como un 25 de junio de 1912 se reunieron en la Sociedad Italiana de Alcorta, unos dos mil chacareros de la zona. Allí pudo escucharse la voz de Francisco Bulzani decir: “No hemos podido pagar nuestras deudas y el comercio, salvo algunas honrosas excepciones, nos niega la libreta. Seguimos ilusionados con una buena cosecha y ella ha llegado pero continuamos en la miseria. Esto no puede continuar así. Los propietarios se muestran reacios a considerar nuestras reclamaciones y demandas. Pero si hoy sonríen por nuestra protesta, puede que mañana se pongan serios cuando comprendan que la huelga es una realidad”. (1)
Y así comenzó la huelga de los chacareros, que se extendió del Sur de Santa Fe a Córdoba y Buenos Aires. Pedían la rebaja de los arrendamientos, la libertad de contratación, un mínimo de cuatro años para los contratos, cosas lógicas. A la protesta se sumaron los sacerdotes José y Pascual Netri y el abogado Francisco Netri.
La reacción de los estancieros no se hizo esperar y acusaron de agitadores a los huelguistas. En la asamblea de la Sociedad Rural de Rosario, reunida el 13 de julio de 1912, para condenar la huelga y evaluar los pasos a seguir, todos se quedaron asombrados cuando uno de sus socios pidió la palabra e invitó a los presentes a evaluar las justas razones de los chacareros y los invitó a salvar la cosecha acordando con los huelguistas. El que así hablaba era Lisandro de la Torre, quien propondría, poco después, convertir en propietarios a los arrendatarios y a los jornaleros rurales y se pronunciaría por una profunda reforma agraria.
Pero no todos pensaban como Lisandro y se lanzó sobre los huelguistas una dura represión que incluyó el encarcelamiento de muchos de sus dirigentes y hasta del sacerdote José Netri por 60 días en la Jefatura de Policía de Rosario. El flamante gobierno radical de Santa Fe que había llegado al poder gracias a la Ley Sáenz Peña, ordenó a una comisión la elaboración de un informe que concluyó que los reclamos de los huelguistas eran absolutamente justos y aconsejaba la fijación por escrito de contratos de arriendos justos y previsibles en los que los gastos de embolsado y acarreo corriera por cuenta de los propietarios y se liberara a los arrendatarios del pago de garantías de calidad de cultivos.
La comisión entendió que había que ir un poco más allá y que el Estado tenía un rol fundamental en facilitar el acceso a la propiedad de la tierra para los verdaderos agricultores y en otorgarles ventajas impositivas, subsidios para fletes y créditos blandos para comprar elementos de labranza y semillas.
Para fines de julio la huelga comenzó a obtener sus primeros triunfos: en la mayoría de los campos comenzaron a aceptarse las condiciones de los huelguistas y se firmaron nuevos contratos de arrendamiento.
El 15 de agosto de aquel 1912 los chacareros se reunieron en la Sociedad Italiana Giuseppe Verdi de Rosario dando nacimiento a la Federación Agraria Argentina bajo la presidencia del dirigente socialista Francisco Noguera y la asesoría letrada de Francisco Netri. Poco después, Netri pasaría a ocupar la presidencia.
El triunfo parcial de la huelga y la conformación de la primera entidad gremial del campo que reunía a los pequeños y medianos propietarios fue un trago amargo para aquellos que estaban acostumbrados a que el campo fuera un territorio exclusivo donde sólo imperaban su voluntad y sus intereses.
Netri fue perseguido por todos los medios desde que ocupó la presidencia de la FAA. Se lo acusó falsamente de agraviar los símbolos patrios, mientras los que nunca tuvieron problemas en agraviar uno de los símbolos de la democracia, la Constitución Nacional, que garantiza los derechos de los ciudadanos, lo detuvieron y enjuiciaron en abril de 1913.
La falsedad de la acusación era tal que hasta la “justicia” de entonces debió absolverlo de culpa y cargo en junio de aquel año. La persecución fue tomando otros caracteres hasta que el 5 de octubre de 1916, Netri fue asesinado por el matón a sueldo Carlos Ocampo. Como diría años más tarde Lisandro de la Torre frente al cuerpo de su amigo el senador electo Enzo Bordabehere, asesinado por investigar el negociado de las carnes: “conocemos el nombre del matador, nos falta conocer el nombre de los asesinos”.
En los bolsillos del saco del Dr. Netri se encontró un papel, probablemente el borrador de un discurso que nunca llegó a pronunciar donde soñaba: “Unámonos para excluir de las poblaciones de este país el inquilinaje y el proletariado, estas dos especies de esclavatura que son la lepra de las viejas sociedades, y que darían a las nuevas un aspecto enfermizo de ancianidad en medio de los esplendores de la naturaleza que nos rodea”. (2)
Por Felipe Pigna
Referencias:
1 y 2 Plácido Grela, El grito de Alcorta, Buenos Aires, CEAL, 1985.
Fuente: http://www.elhistoriador.com.ar/articulos/republica_liberal/el_grito_de_alcorta.php

jueves, 23 de junio de 2016

Cierre institucional del “Otoño de Letras 2016”

El festival de poesía “Otoño de Letras 2016”, organizado por el Municipio de La Matanza a través de la Subsecretaría de Cultura y Educación, formalizará el cierre con una actividad en la que participarán escritores, poetas, autores, artistas plásticos y músicos matanceros. La entrada es libre y gratuita.
El festival recorrió las 16 localidades que componen el distrito, a lo largo del mes de mayo, acercando de esta forma la cultura a los barrios. Visitando Escuelas, Jardines de infantes, Centros Culturales, Bibliotecas Populares y capillas barriales.
El acto de cierre se realizará el sábado 25 de junio próximo en la “Biblioteca Popular Rotaria” de Isidro Casanova, Sarrachaga 6198, a las 16 horas, otorgándose tanto a los artistas como a las instituciones que intervinieron en la actividad un diploma en mención y reconocimiento a su participación y colaboración.
La jornada contará además con la presencia de un número musical a cargo de la cantante de tango matancera Yanina Betancourt.
Por cuarto año consecutivo el Estado Municipal impulsa esta actividad que busca darle valor a la palabra y reconocer a los actores culturales del Municipio.
https://www.facebook.com/municipiodelamatanza/

lunes, 20 de junio de 2016

Día de la Bandera

1820 – 20 de Junio - 2016
Día de la Bandera
Homenaje eterno a su creador Manuel Belgrano.
Biografía de Manuel Belgrano: Nació en Buenos Aires el 3 de junio de 1770. Sus padres fueron don Doménico Belgrano y doña María Josefa González.
Estudió en el Colegio San Carlos de Buenos Aires y en la Universidad de Salamanca en España.
Al titularse de abogado, en 1794, regresó a Buenos Aires para trabajar como Secretario del Consulado de Comercio. Durante su gestión trató de fomentar la industria impulsando la educación.
Cuando los ingleses invadieron Buenos Aires en 1806, Manuel Belgrano participó en la defensa de la ciudad y poco después se incorporó a las conspiraciones patriotas independentistas.
Cuando estalló la Revolución de Mayo de 1810, Belgrano participó activamente en el Cabildo Abierto que derrocó al virrey Hidalgo de Cisneros, y fue elegido vocal de la Primera Junta de Gobierno.
Entre 1810 y 1812, encabezó las tropas patriotas que lucharon contra los realistas en Paraguay y la Banda Oriental. En febrero de 1812, creó la bandera de Argentina.
A comienzos de 1812 Manuel Belgrano fue nombrado Jefe del Ejército del Norte para enfrentar a las fuerzas realistas que aún controlaban el Alto Perú, y derrotó a Pío Tristán en las batallas de Tucumán el 24 de setiembre de 1812 y Salta el 20 de febrero de 1813.
Poco después fue derrotado por Joaquín de Pezuela en las batallas de Vilcapuquio el 1º de octubre de 1813 y Ayohuma el 14 de noviembre de 1813.
Entre 1814 y 1815, sirvió a su patria como diplomático, gestionando ayuda en Inglaterra. A su retorno hizo propaganda a favor de un régimen monárquico constitucional para las Provincias Unidas del Río de la Plata, proponiendo nombrar como primer Rey a Juan Bautista Túpac Amaru, hermano del inca peruano Túpac Amaru II.
En 1816, fue uno de los promotores de la Declaración de Independencia en el Congreso de Tucumán del 9 de julio de 1816.
En sus últimos años de vida, Manuel Belgrano combatió en la guerra civil contra los federales, dirigiendo tropas contra las provincias rebeldes de Santa Fe y Santiago de Estero.
Pero a mediados de 1819, pidió licencia por enfermedad y se estableció en Buenos Aires. Víctima de una hidropesía, falleció el 20 de junio de 1820.

domingo, 19 de junio de 2016

Feliz Día del Padre

Estimados Socios, Vecinos y Amigos todos.
La Comisión Directiva de la Biblioteca Popular Rotaria de Isidro Casanova les desea un ¡FELIZ DÍA DEL PADRE!, y que tengan un excelente día con sus seres más queridos. Abrazos.

19 de Junio de 2016.