COACHING
¿Quieres saber si tienes madera
de líder?
Empezaré entonces por aclararte que,
aunque una parte de tu capacidad para liderar sea innata (“el líder nace”),
deberás cultivar y mejorar tus habilidades para mantenerte como figura de referencia,
porque no es sólo cuestión de genética o de suerte, ya que sobre todo “el
líder se hace”.
Hoy en día se habla mucho sobre las cualidades del liderazgo, y las organizaciones no las pasan por alto a la hora de seleccionar a sus líderes.
Algunas de las características
de líderes son:
COMPROMETIDO Y COOPERANTE.
Los líderes son personas
responsables que son capaces de comprometerse con su equipo y con las tareas a
desempeñar; con ello buscan el éxito para la empresa, pero también el bienestar
de aquellos a quienes lideran. Un líder transmite el valor del esfuerzo y a la
vez se esfuerza para formar parte activa del proyecto. Pero, sobre todo: “un
buen líder no ordena, sino que influye sobre los demás ‘seduciéndoles', ¡y
trabaja más que nadie!”.
Ocuparse personalmente de
conectar con las personas con las que se trabaja y de verificar la ejecución de
las tareas es una cualidad muy bien valorada.
Humildes APASIONADOS.
La pasión por lo que se hace
también caracteriza a los líderes, y debe ser así para que resulten creíbles:
es posible disfrutar con el trabajo a pesar de las decepciones y los errores,
la clave está en no perder la capacidad de aprender. Y a la vez los buenos
líderes no alardean, tampoco se creen superiores ni imprescindibles: la
sobrevaloración puede convertirse en un problema, especialmente si se está a
cargo de un equipo de trabajo.
Dominando las habilidades de la
COMUNICACIÓN.
Todos poseemos lenguaje (verbal
y no verbal) pero no todos sabemos comunicar de una manera efectiva.
En el proceso de comunicación
hay varias partes, a saber: mensaje, canal, emisor y receptor, y todas se deben
cuidar para que la comunicación sea efectiva. Pero además los líderes deben ser
capaces de transmitir sus intenciones, deseos, sentimientos con fuerza y
entusiasmo, y deben escuchar a los miembros del equipo, porque todos tienen que
aportar. Un buen líder tiene una extraordinaria capacidad de oratoria.
EXIGENTES Y DETERMINADOS.
Es muy importante que el líder
sea autoexigente y exija a los demás: ten en cuenta que nada tiene que ver la
amabilidad y la simpatía con la intención de cumplir objetivos para la empresa.
Al perseguir un fin, la persona que lidera debe pedir a los demás y a la vez
dejar que se autogestionen y darles autonomía; pero es necesario que revise el
desempeño personalmente y realice las valoraciones pertinentes.
A la vez el líder pondrá en
juego su capacidad para negociar: la exigencia coexiste con ser alguien
accesible y razonable.
CONSTANTES Y PACIENTES.
La constancia es clave:
perseverar y tener un carácter templado para manejar los imprevistos, poniendo
la vista siempre en el fin a conseguir; está muy relacionada con la paciencia.
Los buenos líderes también son
VALEROSOS.
Cuando te encuentras con alguien
para el que las dificultades no son barreras y que es capaz de encontrar
soluciones de una manera creativa, estás probablemente frente a un líder. Son
personas que pueden sufrir decepciones, pero su éxito no depende de la
valoración de los demás, sino de la propia capacidad de avanzar, por eso la
palabra “rendirse” no existe en su vocabulario, a lo sumo reformulan su rol y
redefinen objetivos.
Tienen muchísima confianza en sí
mismo, y eso se nota.
Muestran buen MANEJO DEL ESTRÉS.
El entorno social y laboral en
ocasiones se rodea de situaciones estresantes ante las que muchos nos
bloquearíamos, pero el líder posee muchísimo autocontrol y tiene sus propios
mecanismos para sobrevivir al estrés sin dejarse afectar.
Son VISIONARIOS.
Los líderes tienen ideas, pero
también las acompañan de creatividad para favorecer su desarrollo, de lo
contrario servirían de poco.
Otras cualidades son:
La importancia de dar buen
ejemplo: créeme, el ejemplo es una de las más poderosas herramientas educativas
y de liderazgo.
¿Cómo vas a resultar creíble si haces
lo contrario de lo que predicas?
Flexibilidad: con actitud
abierta y a la vez con visión de conjunto y capacidad de no perder de vista las
metas. El mercado actual es cambiante y requiere personas flexibles y capaces
de adaptarse, sin perder de vista aquello que se pretende conseguir.
Cada uno escoge el estilo de
liderazgo que mejor le va: es la mejor - y única - forma de ser consecuente y
¡auténtico! Un buen líder no esconde su personalidad ni es influenciable.
Todos sabemos que una cualidad
muy importante en el mundo laboral es “saber delegar”, pero en el caso de los
líderes se hace aún más patente que deben poseerla. Cuando se delega se
transmite confianza y ello repercute en un buen ambiente.
Poseer una muy buena
organización personal y del conjunto de las tareas.
La MOTIVACIÓN es una cualidad
indisociable del liderazgo.
Y sobre todo de ese liderazgo
transformador que se ha mencionado al principio, pero en cualquier caso los
líderes naturales (otro tipo) también la poseen: estar motivado para motivar;
animar constantemente a su equipo, encontrar la forma de que el trabajo resulte
agradable, estimular al cumplimiento de objetivos, transmitir entusiasmo.
Reconocimiento y gestión de las
EMOCIONES.
La inteligencia emocional está
relacionada directamente con el éxito en el liderazgo: todos necesitamos
fortalecer esta cualidad, pero especialmente los líderes.
Está muy relacionada con la
EMPATÍA, una clave para ser un buen líder que aún no tiene suficiente
valoración a pesar de su importancia: conectar con el universo emocional de los
demás es importante y necesario para que el otro se sienta comprendido, y para
que uno mismo encuentre las estrategias adecuadas de motivación.
Los cinco tipos principales de
liderazgo son: autocrático, democrático, laissez-faire, transaccional y
transformacional.
1. Liderazgo Autocrático (o Autoritario):
El líder toma las decisiones unilateralmente, con poco o ningún input del
equipo. Este estilo puede ser efectivo en situaciones de crisis o cuando se
necesita una acción rápida, pero puede generar resentimiento y desmotivación en
el largo plazo.
2. Liderazgo Democrático (o
Participativo): El líder involucra al equipo en la toma de decisiones,
fomentando la colaboración y la participación. Este estilo crea un ambiente de
trabajo positivo y fomenta el compromiso, pero puede ser más lento y requerir
más tiempo para llegar a acuerdos.
3. Liderazgo Laissez-Faire: El
líder delega mucha autonomía al equipo, permitiéndoles tomar decisiones y
gestionar sus propias tareas. Este estilo puede ser efectivo con equipos
altamente capacitados y motivados, pero requiere un alto nivel de confianza y
puede llevar a la falta de dirección si no se maneja adecuadamente.
4. Liderazgo Transaccional: El
líder motiva al equipo a través de recompensas y castigos, basándose en el
cumplimiento de objetivos. Este estilo es útil para mantener la productividad y
alcanzar metas a corto plazo, pero puede no fomentar la innovación ni el
desarrollo a largo plazo.
5. Liderazgo Transformacional:
El líder inspira y motiva al equipo a través de una visión compartida y un
propósito común. Este estilo fomenta la creatividad, el crecimiento personal y
el compromiso a largo plazo, pero requiere un líder con habilidades de
comunicación y motivación excepcionales.
Estos cinco estilos de liderazgo
no son mutuamente excluyentes y muchos líderes pueden utilizar una combinación
de ellos en diferentes situaciones.
Puede que te reconozcas en las
cualidades de liderazgo descritas... pero tengo que recordarte que (como se
señala más arriba), los líderes ‘fundamentalmente se hacen’: una persona puede
tener cualidades innatas, pero sin el trabajo y el esfuerzo esas destrezas no
se desarrollarán a un nivel competente.
La actitud es tu gran
herramienta de poder personal y bajo nuestro punto de vista, es lo único que no
depende de las circunstancias, ni del entorno, ni de la empresa ni el equipo
con el que trabajas.
"Al hombre se le puede
arrebatar TODO salvo una cosa: la última de las libertades humanas, elegir
nuestra ACTITUD, cualesquiera que sean las circunstancias".