EFEMÉRIDE
DIA DE LA INTEGRACION
LATINOAMERICANA
24 de Julio de 1783
Natalicio de Simón Bolívar.
Más información
Ley 24365 (1)
-.-
24 de Julio: Día de la Integración Latinoamericana (2)
Por
Carlos Ciappina*
«Es una idea grandiosa pretender formar de todo el Nuevo
Mundo en una sola nación con un sólo vínculo que ligue sus partes entre sí y
con el todo. Ya que tiene su origen, una lengua, unas costumbres y una
religión, debería, por consiguiente, tener un sólo gobierno que confederase los
diferentes estados que hayan de formarse; […] ¡Qué bello sería que el Istmo de
Panamá fuese para nosotros lo que el de Corinto para los griegos!
(Simón Bolívar. Carta de Jamaica. 1815).
“Contemplemos el mapa de América. Lo que primero salta a
los ojos es el contraste entre la unidad de los anglosajones reunidos con toda
la autonomía que implica un régimen eminentemente federal, bajo una sola
bandera, en una nación única, y el desmigajamiento de los latinos, fraccionados
en veinte naciones, unas veces indiferentes entre sí y otras hostiles.”. Manuel
Ugarte. 1910.
“América Latina se encuentra dividida no porque es
subdesarrollada, sino que es subdesarrollada porque está dividida” Jorge
Abelardo Ramos. 1970.
Desde el momento mismo de la Independencia, los/as
libertadores comprendieron que un enorme peligro –mayor que el propio Imperio
español- amenazaba a la naciente sociedad latinoamericana emancipada: su
división y separación en pequeñas unidades territoriales. Simón Bolívar, San
Martín, Bernardo de Monteagudo, entre tantos y tantas otras, vieron
tempranamente el riesgo que implicaba para las nacientes repúblicas quedar “en
disponibilidad” frente a las intenciones neocolonialistas de las grandes
potencias de aquella época.
De hecho, durante todo el siglo XIX las nuevas repúblicas
latinoamericanas sufrieron la injerencia, cuando no la invasión y/o ocupación
de sus territorios por las potencias de la época: Estados Unidos, Gran Bretaña
y Francia en distintos momentos ocuparon, intervinieron sobre las repúblicas
latinoamericanas, en una larga lista que recorre casi todos los países de
nuestro continente.
Quizás el que mayor énfasis puso en intentar por primera
vez la Unión Americana fue Simón Bolívar: La Unión Americana no era en Bolívar
un ideal vacío: era el modo de lograr un lugar entre las naciones desde donde
contrarrestar los nuevos peligros colonialistas que Bolívar veía en el
horizonte: Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña.
Desde 1810 hasta 1825 batalló Bolívar (junto a los
grandes libertadores latinoamericanos) en un doble objetivo: ganar la
guerra independentista y construir la gran nación latinoamericana.
El Congreso Anfictiónico de Panamá, cuando Bolívar estaba
– en 1826- en la cúspide de su poder, fue su último gran intento: constituir
una Confederación latinoamericana con un gobierno único. Conformar una nueva y
enorme nación en un pie de igualdad con las grandes potencias del mundo. Ese
primer llamado a la integración latinoamericana fracasó pues asistieron sólo la
Gran Colombia, México, Perú y la República Centroamericana, quedando sin
representación Argentina, Chile, Brasil, Bolivia y Paraguay.
De allí en más dos fuerzas opuestas se enfrentaron –
y se enfrentan hoy – en América Latina: una, las fuerzas de las elites del gran
capital, terratenientes y comerciales cuyos intereses estaban vinculados a los
de la economía europea y norteamericana. Para esas elites, la integración era
una ilusión que impedía hacer rápidos y beneficiosos negocios directamente con
las potencias de la época. Así, cada elite en Buenos Aires, Montevideo,
Santiago de Chile, Río de Janeiro, Carcas o Bogotá, prefirió constituir “su”
pequeño país y atarlo a la suerte de Gran Bretaña o Estados Unidos.
La otra fuerza, es la fuerza que constituyen los pueblos
y los líderes populares latinoamericanos: una larga tradición iniciada por
Bolívar y retomada por el líder de la independencia cubana José Martí, por
pensadores como Manuel Ugarte, Carlos Mariátegui o la Reforma Universitaria de
1918. Una tradición retomada por Getulio Vargas, Juan Domingo Perón y Jacobo
Arbenz, por la Revolución Cubana con Fidel y el Che y el socialismo chileno de
Salvador Allende, por los gobiernos populares de principios del siglo XXI (Evo
Morales, Chávez, Rafael Correa, Néstor y Cristina Kirchner, Lula Da Silva…).
A las fuerzas de la disgregación y la balcanización de
América Latina las han apoyado –permanentemente- las potencias centrales: con
palabras, con crédito (y deuda) y con los hechos – invasiones e intervenciones
violentas- cuando hizo falta, las potencias europeas y, en el siglo XX,
Norteamérica, han intentado boicotear e impedir la integración creciente de
América Latina. Conscientes de los riesgos para su poder, han apoyado la
separación y la disgregación latinoamericana. El otro modo de coartar una integración
emancipadora, fue la creación de instituciones “panamericanas” (como la OEA; el
TIAR o el BID), organizaciones políticas, militares y económicas que bajo un
falso paraguas de “igualdad de las naciones del hemisferio americano” han sido
y son, en realidad la expresión de las necesidades de la política exterior de
los Estados Unidos en relación a los países latinoamericanos.
Podríamos afirmar entonces que, todo proyecto
económico-social elitista, excluyente y de “apertura” indiscriminada al
exterior es hoy, un proyecto que profundiza la desintegración, la disgregación
y traba la complementación latinoamericana para beneficio de la economía
globalizada y las elites internas asociadas a ella.
Pero, el ideal de la integración y la unión siempre
retorna de la mano de los gobiernos populares y democráticos. En ese sentido,
la primera década del siglo XXI vio el despliegue en América Latina de un
conjunto de gobiernos que compartían varias ideas; entre ellas, dos claves: La
idea de la construcción de sociedades más justas y equitativas y la idea de
integrar y unir a los países latinoamericanos.
Así, comenzó a recuperarse –en los alrededores del
bicentenario de nuestras independencia- el ideal de la integración: la Cumbre
de las Américas de 2005 en Mar del Plata mostró -con el sepultamiento del ALCA
de la mano de Lula, Kirchner y Chávez; junto a Uruguay y la mayoría de los
países latinoamericanos, que el ideal de la unión latinoamericana estaba
completamente vivo.
La ampliación del MERCOSUR (con Venezuela y Bolivia); la
creación de la UNASUR en 2008 (la Unión de Repúblicas del Sur); la creación del
ALBA TCP (2004) y la ampliación y consolidación de la CELAC (2011), mostraron
que de la mano de proyectos políticos nacionales, populares e inclusivos se
podía fortalecer y ampliar la integración latinoamericana.
Hoy, la fortaleza de esa integración “nuestra” está
nuevamente en riesgo: las elites y sus aliados externos han vuelto a dar la
lucha para apropiarse del Estado e intentar dar marcha atrás el reloj de
la integración. Los gobiernos anti populares han suspendido del Mercosur a
Venezuela, han desarticulado la UNASUR e intentan reinstalar a la OEA (esa
organización creada y dominada desde el inicio por los EEUU) como la única
Organización que dirima los conflictos latinoamericanos.
Hoy a partir de la articulación entre partidos de
derechas, Poder Judicial y medios oligopólicos de comunicación en esa
combinación entre fakes news y law fare los procesos de integración están
amenazados por una “integración de la derechas”: “golpes blandos” (como en
Paraguay de 2012) o “golpes duros” (como el de Bolivia en 2019) que cuentan con
el apoyo y la articulación de los nuevos gobiernos anti populares: hay en ese
sentido , una especie de retorno a la lógica del Plan Cóndor , de tan triste
memoria.
Por eso es importante conmemorar cada 24 de julio –fecha
de nacimiento de Simón Bolívar- la persistencia del ideal de la integración
latinoamericana democrática y desde y para los pueblos.
Tarde o temprano, América Latina se constituirá como lo
que es: una sola gran Nación compuesta de múltiples Repúblicas. Una Patria
Grande con una sociedad donde quepamos todos/as.
*Profesor de esta casa de estudios.
Fuentes consultadas
1)- HONORABLE
CONGRESO DE LA NACION ARGENTINA
Fecha de
sanción 31-08-1994
Publicada
en el Boletín Nacional del 11-Oct-1994
https://www.argentina.gob.ar/normativa/nacional/ley-24365-765/texto
2)- Facultad de Periodismo y Comunicación Social
Universidad Nacional de La Plata