Estaba mirando
al jacarandá de nuestro jardín, y pensaba ¡Cuánto sabe de nosotros! Es, fue y
(seguramente) será sombra y testigo de nuestro espacio bajo sus ramas.
.
De ese momento
surgió este poema:
Jacarandá,
sombra y testigo
Jacarandá,
eres sombra y testigo,
sombra y testigo eres de aquellas tardes
en nuestro jardín,
sombra de nuestros espacios y
cuerpos finitos apaciguando el calor
o abrazándonos en el frío invierno.
Testigo de conversaciones, recuerdos,
aspiraciones, deseos, proyectos.. de sueños;
testigo del amor familiar con hijos,
sobrinos, hermanos y amigos;
testigo de nuestro amor que fue mutando
y madurando con los años.
Jacarandá… mudo testigo de los años…
¿quién podrá sacarte un recuerdo?
sombra y testigo eres de aquellas tardes
en nuestro jardín,
sombra de nuestros espacios y
cuerpos finitos apaciguando el calor
o abrazándonos en el frío invierno.
Testigo de conversaciones, recuerdos,
aspiraciones, deseos, proyectos.. de sueños;
testigo del amor familiar con hijos,
sobrinos, hermanos y amigos;
testigo de nuestro amor que fue mutando
y madurando con los años.
Jacarandá… mudo testigo de los años…
¿quién podrá sacarte un recuerdo?
Samuel A. Ramires