Reabrió el Centro Cultural
Recoleta, ícono fundamental de la escena porteña
El lugar recibió una inversión de $ 114 millones. Lo visitan anualmente 800.000 personas.
Con todos sus
edificios renovados y nuevos espacios dedicados de forma permanente a los
adolescentes, al hip-hop, una sala de dibujo, una zona de estudio, un espacio
de ocio y recreación, y una tienda de diseño argentino contemporáneo el Centro
Cultural Recoleta reabrió sus puertas.
Por primera vez
después de un año se reabrieron todas sus áreas en simultáneo,
"reequipadas y reacondicionadas", tras una inversión de 114 millones
de pesos que cubrió los 17.000 metros cuadrados de sus edificios históricos, incluido
el convento del 1.700 que en los años 80 rediseñaron Jacques Bedel y Luis
Benedit.
En busca de
alojar todas "las nuevas escenas culturales que están vivas en la
ciudad", el complejo de Junín 1.930 cuenta ahora con los
espacios permanentes "Cultura Hip-Hop"; "Clave 13/17" y
"Ocio"; y salas públicas de "Estudio" y de
"Dibujo", con mesas para dibujar a la par de ilustradores y
diseñadores.
Las innovaciones
incluyen que la "Tienda" se haya volcado al diseño contemporáneo
argentino; los muebles de diamante de espejo rojo diseñados por Pagliere para
el "Hall" de entrada; y la transformación de la fachada por Yaia,
dibujante de las principales marcas de Skate e indumentaria del mundo.
"La ciudad
necesita refrescarse con un relato y una mirada nuevas. Este nuevo Recoleta no
es algo que viene desde arriba, de los grandes, no es el Estado regalando un
lugar, por el contrario, se trata de preparar la casa para una visita
deseada", explicó Luciana Blasco, subsecretaria de Políticas Culturales y
Nuevas Audiencias.
Una casa
enclavada en el centro de la ciudad que anualmente visitan 800.000
personas, convocadas por más de 3.000 huéspedes, entre adolescentes,
artistas, creadores y activistas culturales que diseñan la Programación 2019.
"Hay un
segmento de jóvenes, entre los 13 y los 17 años, que está contando el mundo,
que le está poniendo nombre a las cosas que les pasan, que tiene códigos nuevos
y el objetivo es ponerlos en contacto, que esas cosas tan potentes que hasta
ahora realizaban en simultáneo pero disgregados se retroalimenten, reunidos en
esta casa nueva que es hoy el Recoleta", resumió Blasco.
¿Cómo es el
nuevo Recoleta? "Un lugar libre, gratuito, abierto y cálido, con
prestaciones muy profesionales para que los chicos lo sientan suyo, para que
vengan a hacer, a ver, a estar y a conocerse. Nos gusta imaginarnos como una
ciudad con muchos espacios, todos para recorrer", apuntó.
En eso van
iniciativas como la instalación de Wi-Fi en varias de sus salas de lectura y
trabajo, "algo que parece menor -dijo Blasco- pero que no lo es para nada,
porque una marca fuerte de esta generación es la necesidad de estar
conectados".
Todas las
renovaciones, a cargo de ingenieros y arquitectos del Ministerio de Desarrollo
Urbano, junto a curadores y artistas del Recoleta, se hicieron "a la
medida de lo que va a pasar. Ahora es un lugar más luminoso, con mejor
circulación, donde se puede pasar mucho tiempo haciendo cosas diferentes".
La apuesta es
"crear un espacio en construcción y movimiento permanente. Aquí se hizo La
1° Bienal de Arte Joven, al regreso de la democracia -grafica Blaso-; aquí
ocurrió la multitudinaria 'Kermesse' de Liliana Maresca que desafió los cánones
estéticos de su época".
"Cuando
todo eso pasaba los artistas no tenían tanta noción de que estaban dejando una
marca, sino que hacían, vivían. Me entusiasma la idea de que los jóvenes
construyan nuevos sentidos en un lugar donde se sienten bien, que los invita a
hacer lo suyo, sin reglas estrictas y apostando a la construcción común
alrededor de lo que les importa: que es hacer lo que les gusta y que los
respeten", concluyó.
Fuente:
Diario Ámbito Financiero, Espectáculo, 11 de enero de 2019.