Una explosión diez veces mayor que la de Hiroshima sobre el mar de Bering
Un sistema de detección de infrasonidos desplegado durante la Guerra Fría para vigilar ensayos nucleares descubre el estallido de un meteoro que había pasado inadvertido
Daniel
Mediavilla
Imagen de la bola de fuego que se vio sobre Cheliábinsk
(Rusia), un objeto algo mayor que el que produjo el impacto sobre el mar de
Bering. Universidad de Virginia
Todos los días,
entre 1.000 y 10.000 toneladas de material llegan a la Tierra desde el espacio.
La cantidad es grande, pero cae muy repartida y la Tierra está prácticamente
deshabitada. Solo el 1% del planeta está poblado, así que es normal que no
percibamos que están lloviendo piedras. En nuestra experiencia, de toda esta
materia solo quedan los destellos que producen cuando se desintegran contra la
atmósfera en forma de estrellas fugaces.
Pero de vez en
cuando llega una roca mayor con potencial catastrófico. En 2013, un meteoro
explotó sobre la región rusa de Cheliabinsk liberando 30 veces más energía que
la bomba atómica de Hiroshima. Aquel fue el mayor impacto registrado del siglo
y dejó cristales rotos y algunos heridos leves. Hace unos días, según informaba
Newscientist, Peter Brown, de la Universidad de Ontario Occidental (EE
UU), anunció que el pasado mes de diciembre otro gran impacto, provocado por un
objeto de diez metros de diámetro, sacudió la Tierra, pero lo hizo en una
región tan remota que nadie lo vio.
El estallido del
meteoro en la atmósfera se produjo sobre el mar de Bering, cerca de la
península de Kamchatka, y liberó diez veces más energía que la bomba de
Hiroshima. El descubrimiento de aquel estallido ha sido posibles meses después
gracias a un sistema de monitorización global de infrasonidos, indetectables
para el oído humano, desplegado por todo el mundo durante la Guerra Fría para
vigilar pruebas nucleares secretas.
El
descubrimiento de este gran impacto vuelve a llamar la atención sobre la
dificultad para detectar objetos de pocos metros de diámetro que, si caen o
estallan sobre una población, pueden tener consecuencias catastróficas. La NASA
tiene un mandato del Congreso para identificar el 90% de los asteroides con
órbitas cercanas a la Tierra de 140 metros de diámetro o más. Hace 15 años se
estimaba que sería posible tener listo ese catálogo para 2020, pero con la
tecnología actual es probable que sean necesarias tres décadas más.
Josep María
Trigo, investigador del Instituto de Ciencias del Espacio (CSIC) y del Institut
d'Estudis Espacials de Catalunya (IEEC), explica que pese a que la mayoría de
objetos de ese tamaño son todavía desconocidos, para esas dimensiones de 10
metros ya existen diversos proyectos de seguimiento que pueden localizarlos con
unos pocos días de antelación”. El telescopio Joan Oró del Observatori
Astronòmic del Montsec, que contribuye a diversos programas internacionales de
monitorización de asteroides, colabora en este tipo de búsquedas
internacionales. Trigo recuerda cómo en 2008 “el asteroide 2008TC3 fue, con 4
metros de diámetro, el primer asteroide de ese tamaño en ruta de colisión
directa con la Tierra detectado con una margen de unas veinte horas”.
Salvador
Sánchez, director del Observatorio Astronómico de Mallorca y miembro de uno de
los equipos que más objetos con órbitas cercanas a la Tierra ha descubierto en
el mundo, plantea que este tipo de impactos son relativamente frecuentes. “Son
metralla ligera que la Tierra recibe cada mes. En EE UU registran gran cantidad
de estos objetos en el momento, pero no dicen nada porque caen en el mar o en
los polos y los rusos, aunque igual no con tanta precisión, también los
detectan, pero no dicen nada”, señala. “La Tierra es un planeta hostil y los
asteroides que llegan se desintegran al entrar en la atmósfera o rebotan”,
continúa. Después de muchos años detectando objetos de mayor tamaño, Sánchez
explica que ahora cuentan con un sistema de telescopios que observa de forma
continua un sector del cielo 24 horas al día (sistema ojo
de dios) para captar la llegada de objetos de menor tamaño y poder
calcular sus órbitas en el momento.
Además de este
tipo de proyectos terrestres, en EE UU ya se está analizando la posibilidad de
construir un telescopio bautizado como NeoCam que sería lanzado al espacio para
completar con precisión el catálogo de los asteroides de más de 140 metros.
Entre los más pequeños ya ha sido posible detectar con solo ocho horas de
margen el impacto de un asteroide de poco más de tres metros de diámetro. La
proeza fue posible gracias al observatorio Catalina Sky Survey situado en
Arizona el 7 de octubre de 2008. Poco después, el centro para el estudio de NEO
(objetos cercanos a la Tierra, de sus siglas en inglés) del Jet Propulsion
Laboratory de la NASA calculó su órbita y el lugar probable donde caería. Con
esos datos, fue posible encontrar fragmentos del objeto en Botsuana, justo
donde los científicos habían predicho. (1)
A huge meteor exploded over Earth in December
and no one noticed, says Nasa
Washington, 18 mar (EFE).- La NASA dio a conocer este lunes la explosión de
un meteorito en la atmósfera de la Tierra ocurrida en diciembre que fue diez
veces más poderosa que la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima (Japón) en
1945. (2)
Fuentes
1)- El
País, 18 marzo 2019.