SOCIEDAD
Punto por punto
Qué dice la ciencia sobre los
supuestos que defienden los terraplanistas
El
físico Daniel de Florian explica los conceptos que refutan a quienes niegan
la esfericidad del planeta.
Un grupo de
personas siguen afirmando que la Tierra es plana, aunque su esfericidad fue
demostrada hace más de 2 mi años
En los últimos
años se observa una creciente marea de irracionalidad, que abarca desde las
pseudociencias hasta fenómenos de negación directa de la realidad, como la pos
verdad o el ridículo planteo de que la Tierra es plana. Es sorprendente que,
como decía Carl Sagan, en una sociedad cada vez más dependiente de la ciencia y
la tecnología, cada vez menos gente parece comprenderla.
Algo mal hemos hecho para que la humanidad parezca interesada en dirigirse
hacia una nueva edad media.
Que la Tierra es
esférica fue establecido por Aristóteles hace mas de 2.300 años,
simplemente bajo la observación del horizonte, ya que cuando desde el puerto
veía un barco aproximarse lo primero que aparecía era la vela y recién luego el
casco, debido a la propia curvatura de la Tierra. Incluso algunos años después
Eratóstenes midió el radio terrestre con una precisión muy razonable,
observando las sombras que generaban obeliscos egipcios en distintas ciudades.
Imagen del primer encuentro de
terraplanistas en Colón. (Juan José García)
Claro que hoy hay
evidencia directa de la esfericidad de la Tierra, basta ver las
fotos y videos tomados por satélites y astronautas de la estación orbital
espacial, por ejemplo.
No tiene sentido
debatir racionalmente con negadores de la realidad, en particular porque la
ciencia intenta describir la naturaleza, y estos personajes no tienen interés
ninguno en esa búsqueda. Y además porque sería ponerlos en un pie de igualdad
que no les corresponde.
Sin embargo,
vale la pena aprovechar la oportunidad para recordar algunos
conceptos básicos y sus consecuencias más visibles, que no
necesitan de ciencia complicada para comprenderlos sino de una sencilla
observación de la naturaleza (¡que no es otra cosa que hacer ciencia!).
Tanto la Tierra,
como la Luna, el Sol, y la mayoría de los objetos muy masivos tienen
formas esféricas. Imaginen el universo temprano, donde la materia
dispersa comienza a juntarse por efecto de la atracción gravitatoria. La fuerza
de gravedad solo depende de la distancia entre los objetos y resulta en una
atracción hacia el centro del conglomerado de materia, que se acumulará y
comprimirá hasta alcanzar el equilibrio con la presión interna. La
forma geométrica más efectiva para tener la mayor cantidad de materia cerca del
centro de atracción es justamente la esfera, donde todos los puntos de
la superficie se encuentran a la misma distancia del centro. ¡Por esa razón los
planetas no son ni planos, ni piramidales ni cúbicos sino esféricos! Algunos
objetos más pequeños, como asteroides no tienen suficiente masa como para que
la atracción gravitatoria sea capaz de vencer y pueden formarse más
irregularmente, pero no es el caso de la Tierra.
Una de las
imágenes de la esfericidad de la Tierra.
La Tierra gira
alrededor del sol en una trayectoria elíptica, completando ese viaje en un año
terrestre. Y además gira alrededor de su eje con un período de 24 horas.
La evidencia más
fuerte de esa rotación sobre su eje es la existencia de
días y noches y de la diferencia de luz solar entre distintos
puntos del planeta. El sol emite luz en todas las direcciones y dependiendo de qué
cara de la Tierra está expuesta a esa radiación, será de día o de noche en
algún lugar determinado. Por ello cuando es de día en Buenos Aires es de noche
en Japón, que está casi en las antípodas de nuestra capital.
Esa rotación
sobre su eje tiene otra particularidad muy observable, las
estaciones del año. Mucha gente cree que las diversas
estaciones se deben a que la tierra está más cerca o más lejos del sol por su
trayectoria elíptica, aunque esto juega un papel muy menor. No sería posible,
por ejemplo, explicar porque es verano en el hemisferio Sur e invierno en el
Norte con ese argumento. Las estaciones se deben a que la tierra tiene su eje
inclinado, y el verano ocurre cuando algún hemisferio queda más expuesto al
sol, a la vez que el otro que recibe la luz de manera más indirecta pasa por el
invierno. ¿Por qué la tierra gira con su eje inclinado? Muy probablemente
porque en una etapa muy joven el planeta fue colisionado por otro objeto
masivo, que no sólo torció su eje sino que desprendió suficiente material como
para que se formara el único satélite que rota a su alrededor, ¡la
Luna!
Y por supuesto
la Luna tiene también efectos visibles sobre la vida en la Tierra. Las mareas
que observamos en el océano son debidas a la combinación de la atracción
gravitatoria de nuestro planeta y de la Luna (además de la rotación de la
Tierra) sobre las grandes masas de agua que tienen la libertad de moverse bajo
su influencia.
La naturaleza
nos ofrece una gran cantidad de fenómenos maravillosos para admirar, comprender
y estudiar, no hay necesidad de introducir conspiraciones
y negaciones de la realidad para asombrarnos.
(*) Daniel de Florian es profesor titular UNSAM,
director del ICAS e investigador Superior Conicet.