¿Qué
se comprende hoy por multiculturalidad e interculturalidad?
La
multiculturalidad bajo la óptica modernista. El multiculturalismo y la negación
del otro.
El
discurso de la modernidad en América Latina se sustenta en las ideas de
progreso y desarrollo, así como también en la negación del otro, centrándose en
conceptos netamente griegos Estado-Nación y del siglo XIX: Territorio e
identidad nacional. Estas nociones son de vieja data. “los conflictos del
multiculturalismo se vinculan históricamente a la “dialéctica de la negación
del otro”, ese otro que puede ser indio, negro, mestizo, zambo, campesino,
mujer o marginal urbano”: Martín Hopenhayn: “Multiculturalismo proactivo:
una reflexión para iniciar el debate” (Nuevos Retos de las políticas
culturales frente a la Globalización, Barcelona, España, 22-25 de noviembre
de 2000).
En
este sentido, la negación del otro en términos étnicos, sociales y culturales,
transcurre y se desarrolla durante los períodos del descubrimiento, conquista,
colonización y evangelización, y recorre la relación entre la metrópoli (España
y Portugal) y la periferia (América Latina y el Caribe), sin embargo esto no
culmina aquí, sino que se transforma durante toda nuestra historia republicana
y en sus procesos de integración social y cultural Iberoamérica. Donde el
fenómeno de lo multicultural se concibió y desarrolló desde sus orígenes hasta
hoy como un eje de poder, de disciplina y de expropiación.
Todas
estas consideraciones históricas son contempladas en este trabajo pues en
América Latina coexiste a nivel general pueblos y cultural con un grado muy
desigual de desarrollo; como bien lo planteó Alvin Toffler en el “Shock de
futuro”, en el mundo coexiste civilizaciones que pertenecen a la primera ola
sociedad agrícola-ganadera, simbolizada por la azada, la segunda es la sociedad
de la revolución industrial, simbolizada por la cadena de montaje, y la tercera
ola la sociedad del conocimiento y de la información, simbolizada por la
computadora, aunque en una civilización puedan convivir a la vez, la primera
con la segunda, o la segunda con la tercera.
En
América Latina, la otra faceta del multiculturalismo se evidencia en el
complejo proceso de mestizaje que es intrínseco en todos los procesos
históricos, culturales, sociales y económicos de nuestros pueblos, el cual se
complementa como una irrefutable realidad con un discurso autónomo que
presupone lo multicultural y la mezcla de distintas razas, costumbres, formas
de vida y de pensamiento.
Por
ello, aunado a la leyenda negra sobre nuestro proceso histórico iberoamericano,
subyace la irrefutable concepción de una patria mestiza que por sí misma
implica lo multicultural y sus relaciones; es decir lo intercultural. Ventaja
competitiva y estratégica esta que deberíamos potenciar y perfeccionar los
iberoamericanos para el desarrollo de nuestros países.
Como
bien mencionábamos anteriormente en el primer segmento del presente trabajo en
América Latina y el Caribe coexiste y se mezclan la primera, la segunda y la
tercera olas “...porque coexiste y se mezcla lo moderno con lo no moderno tanto
en su cultura como en su economía; y porque la propia conciencia de la mayoría
de los latinoamericanos está poblada de cruces lingüísticos o culturales...”
(Martín Hopenhayn: “Multiculturalismo Proactivo: una reflexión para iniciar
el debate” en Nuevos Retos de las políticas culturales frente a la
Globalización, Barcelona, España, 22-25 de noviembre de 2000).
De
esta manera lo multicultural y la interculturalidad en Iberoamérica “...debe
entenderse a partir de la combinación de elementos culturales provenientes de
las sociedades amerindias, europeas, africanas y otras...” (Martín Hopenhayn: “Multiculturalismo
proactivo: una reflexión para iniciar el debate” en “Nuevos Retos de las
políticas culturales frente a la Globalización, Barcelona”, España, 22-25
de noviembre de 2000). Por ello nos resulta muy apropiado mencionar las palabra
que El escritor mexicano Carlos Fuentes señala que tiene, para América Latina,
una "denominación muy complicada, difícil de pronunciar pero comprensiva
por lo pronto, que es llamarnos indo-afro-iberoamérica; creo que incluye todas
las tradiciones, todos los elementos que realmente componen nuestra cultura,
nuestra raza, nuestra personalidad".
Multiculturalidad
vista desde la perspectiva de la postmodernidad
El pasó
de nuestros países hacia la postmodernidad; es decir hacia la era de la
información o tercera ola, se ha acelerado gracias al desmoronamiento de los
conceptos propugnados por la modernidad y a la globalización que ya borrado las
fronteras entres nuestros pueblos.
Con
el advenimiento de la globalización el ciudadano iberoamericano ha dejado “de
ser sólo un depositario de derechos promovidos por el Estado de Derecho o el
Estado Social, para convertirse en un sujeto que, a partir de lo que los
derechos le permiten, busca participar en ámbitos de “empoderamiento”
(empowerment) que va definiendo según su capacidad de gestión y según, también,
cómo evalúa instrumentalmente el ámbito más propicio para la demanda que quiere
gestionar.” (Martín Hopenhayn: “Multiculturalismo proactivo: una reflexión
para iniciar el debate” en “Nuevos Retos de las políticas culturales
frente a la Globalización”, Barcelona, España, 22-25 de noviembre de 2000).
Multiculturalismo proactivo: Por ello,
en concordancia los conceptos planteados anteriormente coincidimos con la
concepción del profesor Martín Hopenhayn, el cual plantea que perentoriamente
el multiculturalismo y la interculturalidad debe entenderse “como un proceso
proactivo que en el escenario de globalización y postmodernidad exacerba tanto
el multiculturalismo (como realidad y como valor), como también las
dificultades para asumirlo proactivamente”. Posteriormente manifiesta que el
entiende por multiculturalismo proactivo: “...como una fuerza histórica
positiva capaz de enriquecer el imaginario pluralista-democrático; avanzar
hacia una mayor igualdad de oportunidades y al mismo tiempo hacia un mayor
espacio para la afirmación de la diferencia”; por lo que una debilidad que
otrora era considerada como una amenaza, se ha convertido en una fortaleza.
Hoy
en día, el mestizaje en América Latina se ha convertido en una de las ventajas
más competitivas que pueda tener cultura alguna en este planeta. Por lo que
esto implica la elaboración, orientación e implementación de políticas públicas
culturales aglutinantes donde todos los agentes culturales estén incluidos,
donde la acción esté centrada en la reivindicación de los desposeídos, sin caer
en la demagogia que tanto daño le ha hecho a nuestros pueblos. “Se trata de
promover la igualdad en el cruce entre la justa distribución de potencialidades
para afirmar la diferencia y la autonomía, y la justa distribución de bienes y
servicios para satisfacer necesidades básicas y realizar los derechos
sociales.” (Martín Hopenhayn)
En
conclusión, se debe plantear la imperiosa necesidad de diseñar y aplicar
políticas públicas culturales donde a través de los distintos agentes
culturales se combinen en distintos campos de acción a nivel nacional e
internacional. En relación con lo nacional se debe constituir una base
jurídico-política desde la cual se puede avanzar en esta dirección, a través de
la participación de todos los agentes culturales nacionales, estatales y
municipales; en tanto que en el ámbito internacional, a través de las
convenciones, foros, seminarios, tratados conferencia, etc., los agregados
culturales actúen en función de agentes culturales en el exterior y/o como
facilitadores para orientación, planificación, diseño de proyectos y programas
que coadyuven al desarrollo – sostenible de nuestro pueblos, creando redes
culturales que garanticen el libre fluido de la información.
¿La
cultura es un medio o un fin del desarrollo? ¿Existe un modelo de desarrollo?
Antes
de entran en materia precisaremos algunos conceptos fundamentales para el
presente trabajo. ¿Qué se entiende por desarrollo? Consiste en el hecho de
repotenciar y regular la actividad económica
Existen
varios modelos de desarrollo; en los cuales, la cultura es concebida de formas
muy distinta. Por razones metodológicas analizaremos, los más relevantes: El
modelo socialista, el capitalista y la globalización.
El
socialista-comunista, consiste en un gobierno central y un proceso de distribución
equitativa de la riqueza y su pronta distribución.
Capitalista:
países desarrollados y sub-desarrollados- CEPAL. El liberalismo económico, en
particular, propugna un modelo rigurosamente uniforme de instituciones
económicas y de políticas públicas para todos los países, ricos o pobres. Esta
doctrina se apoya en la afirmación de que los beneficios económicos mutuos,
para todos los estados activos en los mercados internacionales, serán máximos
cuando dichos mercados estén libres de todo intervencionismo y de cualquier
traba reglamentaria.
Globalización:
Las contextualizaciones culturales e históricas afectan las condiciones
económicas y de desarrollo. No hay desarrollo si no hay crecimiento económico
(PIB, ingreso nacional neto y bruto, importaciones y exportaciones.
Para
la perspectiva socialista- marxista la cultura es caracterizar superestructura
o ideología; vale decir que constituye un medio para la difusión de los valores
y de la ideología.
Para
el desarrollo visto desde la perspectiva económica la cultura es vista como un
medio para lograr el lucro; en este sentido los pueblos latinoamericanos, y en
especial Venezuela desde hace unas décadas concebían la cultura asociada al
factor económico, sin embargo, a partir de la Conferencia Intergubernamental
de Estocolmo sobre Políticas Culturales para el Desarrollo se confirmó la
importancia de llevar la cultura de "la situación marginal" en que se
encuentra hacia el núcleo de la decisión política en pro del desarrollo
sostenible; teniendo como objetivo primordial “ ... el refuerzo de la promoción
y de la reflexión sobre las políticas culturales para el desarrollo...”; por lo
tanto el objetivo final de esta declaración consiste en promover las políticas
públicas que reconocen el papel crucial de la cultura en el desarrollo movilizando
y compartiendo la información y el nuevo conocimiento en este ámbito,
facilitando la elaboración de marcos de política más amplios, y reforzando el
potencial local a este respecto.
La
UNESCO como organismo internacional no diseña políticas culturales, tan sólo
elabora marcos referenciales que los agentes culturales de todas las naciones
deben adoptar para la orientación, definición, elaboración y aplicación de
políticas públicas culturales. Afortunadamente hoy por hoy en Iberoamérica y en
Venezuela se está despertando una conciencia creciente, a través de la
participación de la sociedad civil, organizaciones sin ánimo de lucro, economía
social, asociacionismo; es decir, nos referimos al tercer sector.
Este
sector va creciendo cada vez más, mostrando su sólida presencia y su
potencialidad en la sociedad y en la política, pues “...van tomando cuerpo en
la reflexión sobre políticas culturales por su importancia social y por su peso
en el conjunto de las actividades culturales y económicas...” (Alfons Martinell:
“Los agentes culturales ante los nuevos retos de la gestión cultural” en
Revista Periférica www.uca.es/extension/periferica.htm)
Por Lic. Nera González Ramírez y Prof. Lic.
Josefina Mas
Fuente: Pensar Iberoamérica, Revista Cultural.