EL PAÍS
Advierten que en los barrios el aislamiento no es
eficaz ni real
Coronavirus y
pobreza: El plan del gobierno para los sectores populares que no podrán vivir
recluidos
El ministerio
que conduce Daniel Arroyo apura la realización de pequeñas obras de
infraestructura en los barrios para generar trabajo local que limite la
circulación de las personas y funcione como un paliativo para la caída de las
changas.
Por Laura Vales
El coordinador
de Somos Barrios de Pie advierte que “el aislamiento, sin dudas, es de contacto
físico, pero en las comunidades, en los barrios, no es posible el aislamiento
social”.
Imagen: Leandro
Teysseire
El ministerio
de Desarrollo Social apura la realización de pequeñas obras de infraestructura
en los barrios populares para generar trabajo local, que ayude a limitar la
circulación de las personas y funcione, a la vez, como un paliativo para la
caída de las changas. La medida fue anticipada el martes por el ministro de
Economía, Martín Guzmán, aunque no hubo medios que la desarrollaran. Un enfoque
informativo predominante supone que toda la Argentina tiene las posibilidades
de aislamiento de la clase media. En el país, sin embargo, cinco millones de
personas viven en urbanizaciones precarias, lo que en muchos casos significa
condiciones de hacinamiento y ninguna posibilidad de hacer trabajo en casa.
“El gobierno
decidió impulsar una política anticíclicas en términos de lo que va a provocar
el párate de la actividad económica en los barrios. Es una política para
compensar, en cierta medida, porque las condiciones son muy adversas; el
estado va a hacer un esfuerzo para que la caída de las changas no genere una
oleada de pobreza. Tenemos que buscar que al empleo que hoy está destruido y
depende de changas lo podamos desarrollar con pequeñas obras en el barrio”,
señaló a PáginaI12 Daniel Menéndez, subsecretario de Promoción de la Economía
Social.
Menéndez
es coordinador de Somos Barrios de Pie. Desde su experiencia en las
organizaciones sociales, advierte que “el aislamiento, sin dudas, es de
contacto físico, pero en las comunidades, en los barrios, no es posible el
aislamiento social”.
“Hay diferencias
en cómo atender la pandemia en los barrios populares, porque los sectores más
humildes, no tienen la condiciones de los sectores medios. Es impensado
que la gente de los sectores populares se recluya en su casa, porque las casas
son de una precariedad que en muchos casos es muy grande y porque hay problemas
de hacinamiento. El aislamiento no es para los barrios populares una medida
ni eficaz ni real. Lo que hay que encontrar son mecanismos para que la
comunidad, en el barrio, pueda pensarse como una unidad de aislamiento. No
la casa como unidad de aislamiento, como en el caso de los sectores medios,
sino en el barrio como unidad de aislamiento. En ese sentido, sabiendo que
puede haber movimientos, vamos a buscar que el movimiento esté organizado
para que haya trabajo, que haya actividad y posibilidad de acceder a los
alimentos. Vamos a apuntar a realizar con las instituciones actividades de
información y actividades productivas que puedan generar algunos ingresos en
esta etapa. Luego habrá que ir monitoreando cómo evoluciona la situación”.
Las obras en las
que se piensa son de mejoramiento, como pintar escuelas, hacer veredas,
arreglar centros comunitarios, con un criterio de permitir a las personas
trabajar en el barrio, sin tener que viajar. “Ya estamos viendo una caída
de las changas. La gente tenía un trabajo, se tomaba el colectivo, el tren y se
iba hasta la Capital a una obra en la construcción, o a otro destino. Lo que
no queremos que pase ante la caída de la actividad es que la gente circule
buscando trabajo”, agregó Menéndez.
Todavía no
está definido cuál será el pago por estos trabajos. El criterio cercano es
el que se utilizó en febrero con los arreglos de escuelas, cuando los
trabajadores cobraron el doble de un plan social, es decir 17 mil pesos. Pero
también está en estudio un esquema de módulos o complementos. Esta semana el
Estado Nacional reforzó los ingresos de los beneficiarios de la Asignación
Universal por Hijo y de planes sociales con un bono de 3000 mil pesos.
La decisión de
las obras a realizar quedará a cargo de unidades ejecutoras integradas por los
intendentes, las gobernaciones y los movimientos sociales.
Por otra parte
está previsto un refuerzo del sistema de comedores populares, que son
aprovisionados a través de dos canales, de transferencia de dinero a las tarjetas
alimentarias y de distribución de bolsones de alimentos.
Fuente: Página 12, 19 de marzo de 2020.