Te asomabas por la ventana y
podía vislumbrar tu mirada triste desde mi balcón. Siempre fuiste tan alegre,
nunca olvido aquellas carcajadas que traspasaban las paredes de nuestras casas.
Ahí estás, estático, encerrado sin saber que hacer mientras la voz de ella
canta y anuncia que algo nuevo va a pasar. Yo te sigo observando desde mi
ventana, para mí todo sigue igual. Siempre estuve aislada, nada me sorprende,
ya nada me emociona. Siempre fuiste libre y nunca nadie pudo cortar tus alas,
pero ahí estás... tan aislado como yo, mientras ella canta esperando que todo
pase y que tus alas te permitan volver a volar.
Maria Alejandra Franco