23 de Junio de 1943
Hoy en su natalicio, evocamos y encumbramos al poeta,
escritor, actor y narrador popular PEDRO CHAPPA, nacido en Tres Arroyos,
provincia de Buenos Aires, y radicado con raíces propias en Gregorio de
Laferrere, La Matanza.
Estudio en el Colegio Nacional de Tres Arroyos. Entre
sus libros publicó “Un violín en Praga y
Villegas”, “Al Costado del camino” y “Una copa desde el fondo”.
El 9 de junio de 2017, el cielo, lo llamo y
en su destino celestial, sigue narrando a los ángeles su palabra inmortal.
Pedro
Chappa
23
de Junio de 1943 - 9 de Junio de 2017
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Nota periodística.
CULTURA
El Humanismo Colectivo y Latinoamericano
“Los escritores somos los espías de Dios”
El Humanismo Colectivo y Latinoamericano. Crear, crear. Que todo lo que somos se descubra en un instante lúcido, que la vida despierte el sentimiento maravilloso de la experiencia de la sangre, aún aquella que es testigo de la crueldad y el dolor brutal, de la injusticia y la esclavitud.
Por Anahí Cao
Crear, que nada se escape de nuestra humanidad, que la
imposición del tirano no permanezca como veneno. Crear, transformar el
infierno, la sustancia del infierno en cenizas de un eterno verano. Crear,
crear hasta que duela, hasta que duela y se acabe el dolor de la muerte y la
injusticia. Parir una vida nueva.
Nada, ninguna primavera nacerá del engaño, de la represión,
del silenciamiento de los que han muerto en la injusticia. Todo nuestro cuerpo
debe estar atento a la realidad, y trabajar como las hormiguitas trabajan por
su nido.
La literatura de
Pedro Chappa no es neutral.
Pedro Chappa no es neutral. Su literatura expresa la
conciencia del hombre mestizo, criollo. Nunca olvida a sus padres ni a sus
abuelos, nunca olvida a su país, ni a sus muertos.
Integración, inclusión, qué palabras seductoras, no?. Sin
embargo encierran todo el drama de la modernidad. Todavía seguimos luchando por
la independencia política, económica y cultural, algunos le llaman soberanía,
otros, autonomía. Palabras parecidas pero que no dicen lo mismo.
La literatura de Pedro Chappa nos adentra en la opresión, pero
también en los acuerdos, en la traición, en los amores, en el dolor por la
derrota, en los secuestros, la marginación, en los obrajes, en la violación
como parte del sometimiento de la patronal, y la condición del patriarcado
colonial, la prostitución, el caballo, los pájaros, un violín, una trompeta.
Hijo de la tradición oral criolla, de una vida rodeada de
leyendas, de conjuros, de historias por las que no había que pagar ni un
sólo centavo, porque le pertenecían como hijo de estas tierras. Y donde estaba
la vida, ahí estaba la memoria para interpretar el sentido profundo de ese
hecho que había marcado el destino esa mañana.
Pero su compromiso fundamental no está sólo en reconocer
las identidades de su clase, y de los Pueblos que la componen; su compromiso
fundamental como escritor es con la lengua que emerge de esa amalgama tremenda:
el castellano americano, en términos de Amado Alonso.
Pedro Chappa no fue neutral. Nunca formó parte de los
circuitos del espectáculo. Sus cuentos narrados por él, dueño de una
memoria privilegiada, forjó el acervo cultural de nuestros barrios, enriqueció
la conciencia lingüística de las nuevas generaciones y formó parte de nuestra
identidad negada sistemáticamente, por las instituciones y la industria
cultural, ya que ninguno de sus héroes tiene cara de superhéroe. Todo gira en
torno a lo colectivo, como ese personaje entrañable el Juano que organiza la
alimentación de toda la comunidad enseñándoles a cultivar zapallos.
La obra de Pedro Chapa quedó en la memoria de nuestra clase
por medio de las organizaciones culturales que hemos forjado. Fueron testigos
de su sombrero y de su pañuelito al cuello
nuestros Teatros comunitarios, Centros Sociales, Escuelas, Sociedades de
Fomento, Talleres Literarios, reuniones familiares, donde después de una comida
o alrededor de un fuego, podíamos escuchar el enfrentamiento de Muelques y el
Jote, o la trágica historia del Cativio y la patrona chica, o aquella del gordo
y el flaco borrachos. No, no, escabios, mejor, escabios, en medio Villegas.
Su trabajo como escritor es posterior.
“Si tuviera el retrato a mi alcance podría decirle
cosas, es muy probable que ahora fuera más prudente, después de todo hay que
subirse a un caballo y aguantar lanzas, gritos, boleadoras, polvareda, marchas de
días y días, y no ver más que pastizales, cañadones, algún bosquecito que otro
de árboles degreñudos que ni para sombra sirven, y meses y meses comiendo mal y
durmiendo peor. Cómo habrá sido. Tenía jinetas había alcanzado mandos, algo
entendería. Nada en su rostro indicaba ascendencia europea, algo que le hubiera
dado privilegio de los que no se ganan en la acción. Ni un pedazo de tierra Don
Cosme, tanta sed, tanta mosca sobre la comida, tanta carne hedionda de no
bañarse, tanto muerto al cuete, por escases, por desamparo, y las heridas
poniéndose moradas, verde, azules, negras, y el moribundo a punto de reventar,
(…) lo demás lo sabemos todos, sueldos que no llegan, provisiones que se
pierden en el camino, pensiones que nunca se aprueban. Bueno, hay que entenderlo,
así es cómo funciona la civilización por aquí. Ya teníamos bastante de barbarie
dijeron. Había que probar otra cosa, no?. Y a usté, Don Cosme porque después la
cosa continuó en el comité. Qué le daban. Jarabe de pico no más. Usté también
era un zonzo convencido como mi abuelo como mi padre como yo. Cómo hago ahora
para gritarle: ni un pedazo de tierra Don Cosme!. Si hasta me dan ganas, pero
no tiene sentido. Ahora usté seria jefe de la brigada de la Lanús, por ejemplo,
ni se imagine que es una brigada de caballería no, andan en unos landó con
capota de hierro, matan muchachos con cara de indio, que se reúnen en las
esquinas a tomar cerveza. Ellos no se afligen por los sueldos, ellos se
arreglan igual.” 1
Somos descendientes de indios lules que habitan en
Santiago del Estero. Siempre estuvimos orgullosos de pertenecer a esta tierra.
Soy un mestizo como mucho millones de argentinos, sólo que a mí me quedó una
marca. Mi apellido Chapa es, según lo que entiende el quichua de Santiago del
Estero, anterior al quichua que se habla en el resto de Latinoamérica y que se
hablaba en Imperio. Chapa es lámina delgada. En los noticieros internacionales
se dice “se requieren láminas de aluminio, no dicen chapa”. No dicen se
requieren chapas, como decimos nosotros.2
1-Fragmento extraído del cuento “Conversaciones con un retrato” del
libro “Un violín en Praga y Villegas”. Editorial Cruz de Mayo, Bs As, 2011.
2-Extraído del Programa de radio “El Puente”, emitido el 22 de marzo de
2016. Marcos Sueldia y María Sueldo Müller.
Fuente: Diario NCO.