lunes, 15 de junio de 2020

Estanislao López

Historia
Los momentos previos a la muerte del Brigadier General Don Estanislao López.
Luego del asesinato del General Don Facundo Quiroga en 1835, y lo que ello significaba para la Confederación, el Brigadier hizo dos afrentas directas contra los indios.
Una el 20 de marzo de 1836, en Los Calchines y la última el 10 de julio en La Canchilla, luego de todo el mes de julio en que comandó personalmente las campañas en Capivará, Monte del Aguará, Laguna del Bagual, Monte de los Porongos, Fortín de Almagro, Monigotes, Chañares, Cueva del Tigre Chico, y otras incursiones en San Javier. Pacificada la indiada, López regresa a Santa Fe, y recibe una buena noticia: las provincias del Tucumán, Salta y el Jujuy lo reconocen Brigadier y Comandante General de la Confederación en 1836, seguidamente lo hará Camarca, los hace Entre Ríos, así lo realiza también el Brigadier y Capitán General de Buenos Aires, Don Juan Manuel de Rozas.
Pero, si bien este nombramiento puede resultar de gran agasajo para un militar de carrera completa de parte de sus camaradas, tiene una mala noticia que sólo él sabe. Se siente enfermo, y remanido militar de frontera, Gaucho fuerte, Jefe militar y político, reniega de reconocerse aquejado frente a la tropa. En 1837 no puede montar, y quiere ir con los soldados a la lucha, "¡¡Está enfermo, General!!".
Dicha expresión sólo puede venir de alguien de su confianza directa, como su esposa, Doña Josefa Rodríguez del Fresno de López, porque la tropa ni sus comandantes le dice nada a las ocurrencias del Jefe enfermo.
Tiene tisis, que degenera rápidamente y lo tira en la cama. La noticia se hace pública inmediatamente en Santa Fe, y pronto llegará a las provincias confederadas, como al bando unitario.
Entre los que primero se entera es Don Juan Manuel de Rozas, y le envía su propio médico personal para ayudar, el Doctor Lepper. López no mejora, y por consejo del doctor, se dirigirá a Buenos Aires para su atención.
Es el 10 de enero de 1837, cuando el Brigadier parte de Santa Fe Buenos Aires acompañado por una enorme custodia federal, los Dragones de la Independencia y los Colorados del Monte. La recepción de Rozas es un variopinto de honores y cintillos punzó, bandras de la "Santa Federación y Mueran los Salvages Unitarios", las calles vestían de rojo punzó por cada calle que atravesaba.
En la estancia en Buenos Aires, el tratamiento no avanzó en la cura. Por lo que López debe regresar, y a medio camino empeora su salud. Ya no come. Si bien es porfiado a seguir comando los asuntos públicos, lo que quiere lo hace, y lo hace mal.
No está cuerdo de lo que pasa: los franceses se apostan en Montevideo, y tal vez esperan la buena nueva de que López se muera, por eso el negociante es su secretario, Domingo Cullen, que hace todo mal. La agonía del Brigadier en cama empeora entre este 13 y el 15 de junio de 1838.
Fuente: Historia de la Confederación Argentina.