Salud
hermandad isleña!
El
muelle de la isla duerme su espera y las aguas que parecen calmas se encrespan
en el fondo y a veces producen truenos lejanos, se alzan en la oscuridad como
ejércitos amenazantes, otras veces parecen desnudar las miserias humanas, la
fragilidad que las prepotencias ocultan entre sus vestidos. Ojalá que haya un
día nuevo a la vuelta de la esquina. Amanezca y la claridad se haga también en
todas las cosas. Y sobre todo en los hombres. Un día nuevo de conciencia nueva.
Nadie nos quita el deseo.
Mientras
tanto y después, la poesía.
Y
el abrazo fraternal
Gabriel
Impaglione
Revista
de poesía Isla Negra desde Sardegna, Italia.