Economía
Economía mundial 2020: ¿crisis
estructural o shock pasajero?
El
actual "cisne negro" no tiene antecedentes y se desconocen sus alcances.
Se escribirá un nuevo capítulo para saber si se está al borde de un precipicio
o si por el contrario, se generara una ola de reactivación productiva.
Por Nicolás Roset*
Hay que remontarse al martes 29 de octubre
de 1929, más comúnmente conocido como el martes negro o crac del 29, porque ese
día en Estados Unidos se originaba una fuerte caída de la Bolsa de valores de
Nueva York que iba a cambiar para siempre las relaciones económicas y el
sistema financiero internacional. La gran depresión tuvo efectos desbastadores
en la gran mayoría de países. No discriminó la renta per cápita de las naciones
ni la cantidad de reservas de los bancos centrales.
Así como la
pandemia actual golpea las finanzas públicas de los países, profundizando los
déficits fiscales, generando un posible aumento del desempleo mundial, que ya
se ve reflejado en los más de 3 millones de subsidios por desempleo solicitados
en Estados Unidos, hace más de 90 años, en la década del 30 la población se
veía inmersa en un clima de alta incertidumbre y miseria.
Por otro lado,
en 1987 el mundo fue testigo del lunes negro, que fue un shock exógeno que
afectó al mercado de valores de todo el mundo. La crisis fue provocada por un
dólar sobrevalorado, el aumento de los tipos de interés y la formación de una
burbuja especulativa en el mercado de valores. Hubo una sobrevaloración de las
acciones y los mercados terminaron desplomándose. La sangría del índice Dow
Jones fue reflejada en una caída de un -22% aquel lunes 19 de octubre.
¿Qué hay para
decir del 2020?, ¿acaso se puede encontrar alguna coincidencia con una crisis
estructural como la gran depresión? ¿O será simplemente un shock exógeno el
cual tendrá un rebote y crecimiento económico en el segundo semestre del año?
¿Qué consecuencia tendrá para la economía mundial?
Por lo pronto,
todo dependerá de cuan largo sea el aislamiento y de las medidas efectivas que
brinden los gobiernos. Es una crisis sanitaria que trae como repercusión la
depresión del área económica a través del menor comercio entre países, caída de
proyectos de inversión, pérdidas millonarias en los mercados financieros,
retracción del consumo. Pero sobre todo, se pone en juego la vida de
miles de personas. Va más allá de la estabilidad del sistema económico, sino
que la sustentabilidad del planeta está en jaque. Esta crisis mundial
replanteará para siempre la forma de vida de las personas, la cooperación de
las personas y la relación con el medio ambiente.
Los inversores
se preguntan hasta qué punto es probable que caigan las bolsas, durante cuánto
pueden estar cayendo y cuánto tiempo tardará en promedio en recuperarse. Para
eso una de las hipótesis a corroborar es: ¿Nos encontramos ante mercados
bajistas a nivel mundial desencadenados por un fuerte shock pasajero o acaso
estamos próximos a una crisis estructural? Otra las posibilidades es: ¿El coronavirus,
es parte de una recesión producto del ciclo de la economía mundial?
El primero de
los rumbos es por ejemplo lo ocurrido en épocas donde hubo fuertes eventos
externos como la crisis del precio del petróleo o una guerra mundial o el
atentado a las torres gemelas. El otro camino es lo acontecido en periodos
donde estallaba una burbuja financiera como el caso reciente de la crisis
inmobiliaria del 2007 o la burbuja tecnológica de las punto com en el año 2000.
En estos casos se dio un fuerte un shock de precios, seguido de una deflación,
generando recesión económica. La otra alternativa que se baraja es que sea una
baja cíclica producto del ciclo económico. Esto puede ser provocado por el
aumento de los tipos de interés, inminentes recesiones o caídas en los
beneficios.
En primer lugar,
desde 1800 a la fecha, si se evalúan los periodos bajistas en los mercados de
Estados Unidos, tuvieron lugar 27 grandes períodos de turbulencia financiera. El
promedio de caída de esos mercados fue de -38%. Si se evalúa cuál fue el tiempo
necesario para volver a recomponer el nivel previo a la crisis, tomando como
valor la mediana, que es el punto medio en el cual la mitad de las
observaciones está por encima de ese valor y la otra mitad está por debajo del
valor, el numero arroja 39 meses.
Es importante
diferenciar y dar un marco de referencia a qué tipo de mercado bajista
corresponde los efectos de la pandemia para poder estimar las pérdidas y prever
el tiempo de recuperación. Hay que diferenciar 3 tipos de mercados bajistas: el
primero es el mercado bajista estructural que en promedio a lo largo de los
últimos 200 años produjo caídas del -57%, tuvo una duración de 42 meses y la
recomposición post crisis hasta llegar a los valores previos fue de 111 meses.
Otro de los tipos de mercados bajistas son los impulsados por acontecimientos
(shocks externos) que en promedio producen caídas del -29%, con una duración de
9 meses y les cuesta recuperarse un plazo de 15 meses. Por último, se
encuentran los mercados bajistas cíclicos que en promedio producen caídas del
-31%, duran 27 meses y les cuesta 50 meses poder volver al punto de partida (en
el gráfico se pueden ver las bajas del índice Standard & Poor 500 de los 27
eventos más sobresalientes de la historia de Estados Unidos desde 1835 a la
fecha agrupados según el tipo de crisis que ocasionó).
Tomando como
alternativa que la pandemia producirá una crisis estructural, a continuación se
observan cuáles fueron los efectos de este tipo de episodios: el derrumbe de
Wall Street en 1929 duró 33 meses y sufrió una caída del -85%. La crisis
inmobiliaria del 2008 duró 17 meses y sufrió una caída del -57% y la crisis de
las tecnológicas en el 2000 duró 30 meses y sufrió una caída del -49%.
Si por otra
parte, creemos que esta crisis generará un shock económico pasajero, se puede
tomar como referencia otro evento de la historia económica mundial: el lunes
negro del 87 que tuvo una duración de 3,3 meses y sufrió una caída del -34%.
En cuanto a
crisis cíclicas propias de la economía se tiene como referencia la recesión de
1980 que tuvo una duración de 20 meses y una caída de -27% y la recesión de
1968 que tuvo una duración de 18 meses y una caída de -36%.
En la
actualidad, la debacle en los mercados tuvo como efecto que desde comienzos del
2020, el índice Standard & Poor 500 acumulara una caída del -23%. Es una
baja en los mercados más parecida al shock provocado en 1987 que a la gran
depresión de los años treinta. El aspecto sobresaliente aquí es que se
desconoce los límites que puede alcanzar la propagación del virus en la
población y este evento, el cual puede considerarse como un “Cisne Negro”, no
tuvo antecedentes en cuanto a las políticas públicas a adoptar para salir de la
crisis sanitaria y económica. Habrá que evaluar si el paquete fiscal impulsado
por el Congreso norteamericano valuado en más de dos billones de dólares,
alrededor del 10% del PBI nacional, tiene sus efectos positivos para enfrentar
la crisis económica provocada por la pandemia del coronavirus.
En un mundo
regido por las crisis comerciales entre Estados Unidos y China, las tasas de
interés nulas de la Fed que ponen en jaque la eficacia de la política monetaria
y la guerra de precios del petróleo que sufrió la mayor caída desde 1991, los
inversores están alerta ante la evolución de la pandemia y sus efectos en la
economía real. La historia económica, escribirá un nuevo capítulo para saber si
se está al borde de un precipicio económico o si por el contrario, se generara
una ola de reactivación productiva. Las cartas está echadas, solo resta
esperar.
(*)
Analista de Precios de Transferencia de EY
Fuente: Ámbito Financiero; 03 abril 2020.