Cuando alguien
publica algo como “13 cárdigans no aptos para bibliotecarias” y eres
bibliotecaria, algo dentro de ti se revuelve. Es la frustración de pensar que a
pesar de los esfuerzos de las profesionales de la Información y Documentación
por adaptarse a los nuevos tiempos, trabajando para que los usuarios usen
los espacios físicos y virtuales de las bibliotecas como una forma de
acceder y generar conocimiento individual y colectivo, lo que sigue
pesando en el imaginario de la gente es un estereotipo del siglo pasado.
En la mente del público, un bibliotecario
es una mujer de edad indeterminada, que lleva gafas; una persona, ya sea con
una disposición timorata o una disposición austera, que llevaba una blusa de
manga larga abotonada hasta el cuello; alguien que ama el silencio, le gustan
los libros, y sufre a la gente. Las bibliotecarias -no te rías- están cubiertas
de una fina capa de polvo. Tienen pieles pálidas, que, cuando se les toca (cosa
que nunca se podrá) demuestran ser escamas de reptiles. Barry Bowes, entre las
pilas (1979)
Es cierto que el
cine no ha ayudado mucho a cambiar esta imagen, pero lo que hay que hacer es
seguir trabajando por cambiarla en nuestro pequeño círculo de influencia y así
conseguiremos grandes cambios. Eso sí, tenemos que creérnoslo nosotras
mismas.
Ese es el
objetivo del Reto cárdigan para bibliotecarias divertidas, combatir el
estereotipo con humor, como una forma de poder expresarnos, de dar la imagen
que queremos y divertirnos en el proceso.
Desde el 10 de
noviembre de 2016 que se lanzó el #retocardigan en el Congreso Nacional de
Bibliotecas Públicas de Toledo se han recogido en el tablero de Pinterest
creado ex profeso más de 50 pines. Fotos en la biblioteca, fuera de ella,
incluso con compañeros bibliotecarios apoyando la iniciativa, en definitiva un
conjunto de historias que dicen mucho de lo que queremos ser.
Pero si no
queremos dejar al margen a nadie y queremos traspasar fronteras, la iniciativa Librarian
Wardrobe documenta, organiza y hace accesible desde 2010 la forma en la
que los profesionales de la información visten para el trabajo y en las
actividades relacionadas con el trabajo.
Os animo a
seguir el hashtag #librarianwardrobe en Twitter porque ahí podría estar el
siguiente reto para bibliotecarios divertidos: ¡los calcetines! Aunque para
bibliotecarios divertidos los de la Biblioteca El Carmel-Juan Marsé del
Ayuntamiento de Barcelona con su #FotoRecomanacions, muy grandes.
En definitiva
sumarse a la indignación bibliotecaria con mucho humor y disfrutando de
los buenos momentos que nos dan las bibliotecas y l@s bibliotecari@s.
Fuente: Bibliogtecarios.es (18-01-2017)