martes, 7 de julio de 2020

Estación Isidro Casanova 109 años de historia

HISTORIA
Viene la carbonera enlutada pintando con humo el viento”; en el decir de nuestro vecino músico, poeta y cantor, Don Oscar “Pelusa” Gómez;  cruzando los fértiles campos de la llanura provincial. Desde las cercanías de la capital en el flamante partido de Avellaneda, recientemente creado, antiguo partido de Barracas al sud. Comenzando su punta de rieles en lo que se conoce como Puente Alsina, y en una primera etapa inaugural llegando hasta la estación “San Sebastián”, partido de Chivilcoy, distante un centenar de Km.
 La nueva línea férrea de trocha angosta, (1000 mm.), perteneciente a capitales ingleses, llamada al final “BUENOS AIRES MIDLAND RAILWAY COMPANY” o FERRO CARRIL MIDLAND DE BS.AS., nombrada así por ENRIQUE LAVALLE, su primer concesionario, que le había impuesto oficialmente FERRO CARRIL CENTRAL DE BS. AS. Luego tendría que cambiarlo porque ya existía un ferrocarril de los hermanos LACROZE con ese nombre, por eso lo denomino “MIDLAND”, traducible como “tierra media o del centro” la que  quedaría inscripta bajo jurisdicción legal de la Provincia de Bs. As.
 La historia de los pueblos que luego serán ciudades, gira casi siempre en torno al advenimiento del ferrocarril y su estación, como factor de progreso. Incrementando transformaciones que se traducirán en poblamientos estables, más de las veces y su consecuente desarrollo social, económico, industrial y comercial. Nuestro ferrocarril, a lo largo de los años y los avatares políticos, nacionalización incluida, cambio varias veces su denominación.
El que ve favorecido sus negocios  por los hornos ladrilleros, las numerosas haciendas que las chacras y estancias de la zona producen, serán  transportadas con destino tanto local como  internacional. Miles de toneladas de materiales, ganado en pie y alimentos, además de pasajeros, trasladando a estas casi desoladas tierras tan necesitadas de la materia que produce el progreso.
La importancia de esta línea, llamado (ramal M), estuvo dada por la urgente necesidad de acarrear  y abastecer el sur y oeste de nuestra provincia de diversas mercaderías, gracias al régimen de intercambio con el F.C. Sur y el F.C. Oeste,  y más tarde con el F. C. Provincial de Bs. As., en la estación Ingeniero De Madrid (su traza corre entre estas tres compañías), con sus 46 estaciones en su mejor época y sus 518 Km de extensión.
 Para lograr su cometido la “cinta de plata” debía atravesar distintas posesiones en todo su recorrido, las tierras fiscales no enajenadas y las de los propietarios de la mismas, para este fin, el flamante industrial, vecino y pionero, dueño de la fábrica de tejidos de seda, español de origen, que había comprado tierras sobre la traza proyectada del ferrocarril, dona el espacio y una importante suma de dinero  a la compañía inglesa para construir una estación.
Esta empresa en su segunda etapa constructiva de expansión, estaba administrada por sus hermanas mayores, el F. C. S. y el F. C. O. porque su antiguo concesionario, declaro problemas financieros, este pequeño ferrocarril encarga los trabajos a  los hermanos Hume, los mayores contratistas de obras ferroviaria en el país, por ese entonces, e  instituye el nombre de I. Casanova a la nueva estación, como era costumbre en esa época,  la que comenzara sus servicios el 15 de mayo de 1911. Para la época el pueblo estaba creciendo, anteriormente, ya se habían producido ventas de parcelas  por cuenta de Don Isidro.
En la tercera década del siglo XX, se produce otro gran loteo sobre “Las lomas de San Justo “el que con un atractivo método propagandístico, ofrecía una cantidad de ladrillos que regalaba la empresa vendedora a cada comprador para instalar su vivienda, Así nacía nuestro pueblo, con sus calles principales de tierra y en forma de damero, en dirección a las vías.
El acontecimiento social por excelencia en aquellos años pioneros era “la vuelta del perro”  por  la estación y sus aledaños, esperando los trenes ascendentes y descendentes, que constituían un acontecimiento para pasear, conversar, hacer sociales a la espera de familiares y amigos, o el encontrarse con el “festejante” de turno, ver a los turistas en viaje a las aguas curativas de Epecuén, Carhué, termino de la línea, y más cercano en el tiempo, al apeadero “La Salada”, con sus barros salitrosos en territorio matancero.
El servicio ferroviario ofrecía, telégrafo, correo, encomiendas, un tren lechero que partiendo de “González Risos”, partido de Navarro, pasando por Casanova, descargaba en  carros guiados por algunos  vecinos, los que harían el reparto diario del blanco sustento. Muchos cambios sufrió la empresa y los ferrocarriles en general, desde los comienzos del material tractivo a carbón, sobre todo, en el periodo entre guerras por la competencia carretera y el avión, que obligaron a las empresas ferrocarrileras a incorporar nuevas tecnologías con la incipiente dieselización.
En nuestra línea corrieron nuevas unidades motrices por los años 30, los recordados BIRMINGHAN GARDNER mucho más livianos y agiles que sus predecesores, algunos incorporaban primera y segunda clase, buffet, etc.
En particular en nuestra estación, fuimos testigos de muchos cambios a lo largo del tiempo, en cuanto a  lo edilicio, la sala para damas, convertida en boletería, los altos andenes, los de la puntualidad horaria, el puente peatonal sobre las vías, la boletera automática, el cerco perimetral,  los de la propia operatoria ferroviaria, con su doble vía principal y las de maniobras, sus galpones de carbón y el cobertizo  para cereales, donde vagones tolvas descargaban su dorada semilla y era transportada por cintas bajo tierra hasta el molino harinero, del paso de jefes empleados, operarios, señaleros y guarda barreras, sus familias que transitaron las instalaciones, el cambio del molino de viento, tan característico, el recordado y talado ombú, las nuevas señales de leds, símbolos de progreso y la modernización de locomotoras, material tractivo y  remolcado a lo largo de 109 años de existencia; los que estamos festejando hoy.
Nosotros, ciudadanos, le debemos al ferrocarril y a los pioneros que con su acción progresista de las industrias, los negocios y el aumento demográfico de la zona, nos dieron infinitos frutos para las generaciones futuras.
 En los años 80, vecinos reunidos en comisión acuerdan que la fecha del nacimiento del pueblo es el 15 de mayo de 1911, el día que se libró al servicio de pasajeros, la estación, esta data será aprobada por fin, en el decreto municipal de facto n° 187 del 6 de abril de 1982. Por eso, ante todo y para todos, ¡Feliz Aniversario Isidro Casanova!
Juan José Cambareri