Día de la
Soberanía Nacional: la épica del combate de la Vuelta de Obligado y la bandera
argentina agujereada por una metralla
El 20 de noviembre, como homenaje a
esta batalla, se celebra el Día de la Soberanía Nacional. Cómo fue un combate
donde el valor de los argentinos convirtió a una derrota militar en un triunfo
diplomático. Y historia de la bandera que está en París muy cerca de la tumba
de Napoleón
Por Adrián Pignatelli
Un anciano almirante Bartholomew James Sullivan, que
había combatido en Obligado como capitán se presentó un día de 1883 en el
consulado argentino en Londres. Deseaba
devolver una bandera argentina que había tomado ese día. Aseguró que lo hacía
como un homenaje y con admiración por el coraje demostrado por los defensores.
A
mediados de marzo de 1997, el presidente Jacques Chirac visitó nuestro
país con el propósito de afianzar el intercambio comercial entre ambos países.
En el último día de su visita, en un acto en la residencia de Olivos, devolvió
al país una bandera argentina, que tenía en su centro una estrella federal,
que había sido capturada en la misma acción. De la ceremonia participaron
Granaderos, Patricios y los famosos Colorados del Monte, que le obsequiaron al
mandatario francés un cinto pampa.
Sin
embargo, existen más banderas argentinas capturadas, por lo menos en Francia.
El combate
Entre
1845 y 1850 una escuadra anglo-francesa bloqueó el Río de la Plata –los franceses
habían realizado un primer bloqueo entre 1838 y 1840- impidiendo el paso de los
barcos hacia Buenos Aires o a los puertos de la Confederación, con excepción de
Montevideo.
Los
europeos argumentaban que la existencia del Uruguay estaba amenazada por el sitio
que sufría. En realidad estaban siendo afectados sus intereses comerciales que
además ya tenían en mente navegar los ríos interiores de nuestro país para
comerciar, algo que el gobernador Juan Manuel de Rosas, a cargo de las
relaciones exteriores de la Confederación Argentina, impedía.
Todo estallaría el 20 de noviembre de 1845
cuando la flota anglo-francesa pretendió forzar el paso navegando por el río
Paraná.
Todo estallaría el 20 de noviembre de 1845 cuando la
flota anglo-francesa pretendió forzar el paso navegando por el río Paraná.
Habían partido de Montevideo el 17, y del imponente convoy de modernos buques
de guerra, algunos a vela y otros a vapor, fuertemente artillados, iban 92
buques mercantes con un importante cargamento para comerciar.
La
defensa estuvo a cargo del general Lucio Mansilla. Atravesó el río, a la
altura del Paso del Tonelero, con 24 barcazas que estaban unidas entre sí por
tres gruesas cadenas de hierro. De un extremo, las cadenas estaban amarradas al
bergantín Republicano, apoyado por otras dos embarcaciones.
Lucio Mansilla,
el defensor de Obligado
De
la costa bonaerense, se habían colocado cuatro baterías, compuestas por
viejos cañones, algunos de ellos de corto alcance, apoyadas por alrededor de 500
soldados de infantería. Otros tantos eran de caballería e infantes de
marina. Sobre una de las costas, 10 pequeñas barcazas incendiarias
estaban listas para ser lanzadas río abajo contra la flota enemiga.
El
recodo que hacía el río obligó a la flota -que había avistado las cadenas-a
detenerse. Algunos barcos, por precaución, anclaron alejados de las baterías
argentinas. En la mañana del
20 los enemigos iniciaron el ataque contra las defensas, con sus poderosos
cañones que disparaban proyectiles explosivos, mientras otros barcos se dirigían
hacia las cadenas para cortarlas.
Mansilla,
temprano, había arengado a sus tropas: “¡Vedlos, camaradas, allí los tenéis!
Considerad el tamaño del insulto que vienen haciendo a la soberanía de nuestra
república, sin más título que la fuerza con que se creen poderosos!”
El
intercambio de disparos de artillería fue muy intenso. Algunos barcos debieron
alejarse por estar demasiado averiados. Cuando el Republicano agotó sus
municiones, su capitán decidió volarlo.
Al
mediodía, las cadenas aún no habían sido cortadas. Un barco a vapor intentó
arrastrarlas sin éxito, hasta que de una balsa un grupo de ingleses con un
martillo y un yunque las rompieron.
Mientras
tanto, las baterías eran destruidas por el fuego enemigo. A las tres de la
tarde, las fuerzas argentinas habían agotado las municiones. Entonces, desembarcaron 325
infantes de marina que fueron rechazados por los argentinos, a punta de
bayoneta y a arma blanca.
En
esa acción, cayó herido el propio Mansilla. Los infantes debieron retroceder,
pero de una nave francesa desembarcaron más fusileros y los defensores
comprendieron que nada más podían hacer. Quedaron en el campo 250 argentinos
muertos y 400 heridos, mientras que los atacantes sufrieron 26 muertos y 86
heridos.
Los buques debieron permanecer más de un mes en el lugar
para ser reparados por el importante daño que habían sufrido.
Luego
de muchas idas y vueltas diplomáticas, se firmó un tratado mediante el cual los ingleses
reconocían la soberanía argentina sobre sus ríos interiores y su derecho a
solucionar sus problemas con el Uruguay sin la intervención extranjera. Francia
demoró en acordar, pero finalmente lo hizo.
Hasta
los opositores a Juan Manuel de Rosas reconocieron y alabaron dicha acción. José
de San Martín, desde su exilio de Gran Bourg, había tomado casi como una
afrenta personal el bloqueo al Río de la Plata, que lo llevaría a decir “que
los argentinos no somos empanadas que se comen con el solo abrir de boca”.
En su testamento, le legaría el sable corvo a Juan Manuel de Rosas por la defensa
de la soberanía ante el bloqueo.
Una bandera en París
El Hotel de Inválidos es una construcción monumental,
construida por orden del rey Luis XIV en 1670 para alojar a heridos de guerra y
a veteranos que no tenían ni hogar ni familia. Es una edificio de 196 metros de
largo, que se alza imponente en la ciudad de París. Desde 1905, se convirtió en
museo y es uno de los más importantes del mundo en lo que a historia militar se
refiere.
La bandera argentina, en la Iglesia de San
Luis
En
ese imponente conglomerado, se encuentra la Iglesia de San Luis. Su
construcción se inició en 1677 y si se demoró en erigirla fue por la especial
dedicación que el monarca francés le dedicó. En su cripta descansan, desde
1840, los restos de Napoleón Bonaparte y de algunos generales que
hicieron historia en Francia.
En
la nave central de la iglesia cuelgan distintas banderas y estandartes. Sobre el lado izquierdo, con el número 32, hay una
bandera argentina, que los franceses capturaron en la histórica jornada de
Obligado. Mudo testigo de semejante acontecimiento, pueden
apreciarse los agujeros producidos por la metralla.
La bandera
agujereada por una metralla se encuentra junto a otros estandartes
¿Si
hubo otras? Más allá de la que devolvió Chirac, Infobae no pudo confirmar
la versión de que existe otra bandera que habría sido tomada como souvenir por
un soldado alemán durante la Segunda Guerra Mundial y una última que habría
terminado desintegrándose por su deterioro.
A
lo largo de los años, sucesivas excavaciones en el lugar de la batalla, dejaron
al descubierto miles de objetos, como parte de las cadenas, proyectiles y hasta
restos del bergantín Republicano. Esos objetos pueden contemplarse en el museo
local. Como homenaje,
el 20 de noviembre es el Día de la Soberanía Nacional.
La
bandera que aún resta recuperar es la que se exhibe en la Iglesia de San Luis,
silencioso testigo de que “los argentinos no somos empanadas que se comen con
el solo abrir de boca”, como había escrito San Martín.
Fuente: Infobae,