75 años después
Fin del misterio: encontraron
un submarino desaparecido en la Segunda Guerra Mundial
El
USS Grayback, con 80 tripulantes a bordo, fue hundido en 1944 en las costas de
Japón.
Un misterio de
75 años se resolvió este año y las familias de 80 marinos estadounidenses
perdidos en el mar consiguieron finalmente un cierre: el Grayback,
un submarino de los Estados Unidos, hundido durante la Segunda
Guerra Mundial, fue encontrado cerca de las costas de Okinawa,
en Japón.
El misterio
comenzó el 28 de enero de 1944, cuando el Grayback, uno de los submarinos
estadounidenses más exitosos de la Segunda Guerra Mundial, zarpó de Pearl
Harbor para su décima patrulla de combate. El 24 de febrero de
ese año, el submarino informó que había hundido a dos barcos de carga japoneses
días antes y se le ordenó que regresara para reabastecerse de torpedos. Pero
nunca llegó a destino.
A finales de marzo, el regreso tenía más de tres semanas de
retraso, y la Marina incluyó el submarino en la lista de desaparecidos y
presuntamente perdidos.
Ese fue uno de
los 52 submarinos de guerra que los EE.UU. perdió en
combate y que después intentó buscar, reconstruyendo la historia de cada uno de
ellos.
Fue así que en
1949 se publicó la historia que daba una idea aproximada de dónde había
desaparecido cada submarino, entre ellos, el Grayback. Por entonces se dijo que
ese submarino se había hundido en el mar abierto a más de 160
kilómetros al este de Okinawa.
Pero la Marina
de los Estados Unidos, sin saberlo, se había basado en una traducción
defectuosa de los registros de guerra japoneses que tenían un dígito
equivocado en la latitud y longitud del lugar donde el Grayback
probablemente había llegado a su fin. Es decir, estaban buscando en el lugar
equivocado.
Según publica The
New York Times, el error no fue detectado hasta el año pasado, cuando
un investigador amateur, Yutaka Iwasaki, estaba revisando los
registros de guerra de la base de la Armada Imperial Japonesa en Sasebo. Esos
archivos incluían informes diarios recibidos por radio desde la base aérea
naval de Naha, Okinawa, y la entrada del 27 de febrero de 1944 contenía una
pista prometedora.
El informe de
ese día decía que un bombardero B5N de Nakajima había arrojado una bomba de 500
libras sobre un submarino a la superficie, golpeando justo a popa de la torre
de mando. El submarino explotó y se hundió inmediatamente, y no hubo
sobrevivientes.
Encargado en
1941, el submarino de clase Tambor había pasado la guerra patrullando el
Pacífico Sur y el Mar de China del Sur, torpedeando numerosos barcos enemigos y
rescatando a los aviadores americanos. El Grayback hundió más de una docena de
barcos japoneses en total, reportó el New York Times.
"En ese
registro de radio, hay una longitud y una latitud del ataque, muy
claramente", dijo el Sr. Iwasaki. Y no coincidía con lo que había en la
historia de la Marina en 1949, ni por 160 kilómetros.
Tim Taylor, el hombre a cargo del proyecto
para buscar a los submarinos estadounidense hundidos en la guerra. (Tim
Taylor-Lost 52 Project)
El trabajo de
Yutaka Iwasaki llamó la atención de Tim Taylor, un explorador
submarino que se propuso encontrar los restos de todos los submarinos
estadounidenses perdidos en la guerra. En 2010 encontró el primero, el U.S.S.S.
R-12, en Key West, Florida, donde se hundió durante un ejercicio de
entrenamiento en 1943 y estableció el proyecto Lost 52,
financiado con fondos privados, para localizar al resto, apoyándose en
tecnología que sólo había estado disponible en los últimos 10 a 15 años.
Según su
registro, de los 52 submarinos americanos perdidos, 47 se
consideran descubribles; los otros cinco encallaron o fueron
destruidos en lugares conocidos.
El Grayback era
el siguiente objetivo. Y aunque recién este domingo la Marina se pronunció, el
5 de junio de este año lo encontraron.
El U.S.S. Grayback, hundido en el fondo del mar. (Tim Taylor-Lost 52
Project)
Taylor y su
equipo estaban buscando en un área donde el océano tenía más de 400 metros de
profundidad, y su principal herramienta de búsqueda era un vehículo submarino
autónomo de 4,26 metros de largo que pesaba miles de kilos, comparable
con un dron submarino. Lo sumergían a sólo unas pocas decenas de metros
sobre el fondo del mar y luego pasaba 24 horas explorando con diferentes
sonares de ida y vuelta a través de unas 10 millas náuticas cuadradas. Cuando
el dron regresó a la nave nodriza, los técnicos descargaron sus datos, usando
software de computadora para unir todas las imágenes del sonar en una imagen
coherente que pudieran revisar rápidamente.
En el penúltimo
día de la expedición, el avión no tripulado, de unos 7 millones de dólares,
reportó una avería en un tercio de su recorrido a través de una misión
planificada de 24 horas. Mientras recuperaban el dron, Taylor contó, según
reproduce The New York Times, que la mitad de su tripulación comenzó
a preparar el barco para regresar a puerto, pensando que era probable que el
vehículo no pudiera repararse rápidamente. Pero tras revisar las
imágenes capturadas por el dron se llevó una sorpresa.
La imagen del sonar que proyecta al submarino, hundido en el fondo del
mar. (Tim Taylor-Lost 52 Project)
Allí descubrió
dos anomalías en el fondo del mar, y preparó otro de los vehículos operados a
distancia del barco para visitar el fondo. A diferencia del avión no tripulado,
éste se dirigía manualmente desde la nave nodriza y tenía cámaras de alta
definición.
En cuestión de
horas, Taylor estaba mirando el casco del Grayback y, a unos
121 metros de distancia estaba el cañón de cubierta del submarino, que había
sido volado cuando explotó la bomba.
"Estábamos
encantados", dijo el Sr. Taylor. "Pero también es
aleccionador, porque acabamos de encontrar a 80 hombres", agregó.
La placa del U.S.S. Grayback, hundido en el fondo del mar. (Tim
Taylor-Lost 52 Project)
"El momento
más convincente fue cuando la cámara pasó de la proa al puente y todos vimos la
placa", dijo al Washington Post.
Después de que
la Marina verificó el hallazgo, Taylor y su esposa informaron a los familiares
de los hombres perdidos en el Grayback que habían encontrado su lugar de
descanso final.
Taylor dijo que
espera que su proyecto arroje más luz sobre los miles de marineros que murieron
en submarinos, muchos de cuyos heroicos logros fueron clasificados hasta
décadas después de la Segunda Guerra Mundial.
"Es
una pieza perdida de sus historias familiares y su legado", dijo
Taylor. "Acecha a estas familias durante toda su vida. Es muy triste pero
gratificante mostrarles a estas personas finalmente dónde sus seres queridos
sacrificaron sus vidas", concluyó.
Fuente: Diario Clarín, 11/11/2019.