Deuda: el calendario de
vencimientos no le dará ningún respiro a Alberto
No hay duda de que será complicado el inicio del próximo gobierno dada la situación socioeconómica y financiera que heredará. Pero antes de fin de año vencen $120.000 millones y u$s2.500 millones.
Por Jorge Herrera
Los economistas
aún debaten si la agenda del próximo gobierno debe arrancar o no con la
reestructuración de la deuda o priorizar la reactivación. Donde hay casi pleno
consenso es sobre la necesidad de evitar el default. Lo cierto es que
la próxima administración no tendrá ninguna tregua en este aspecto. Hasta fin
de año, el Tesoro debe enfrentar vencimientos en pesos en torno a los $60.000
millones mensuales y en dólares por u$s1.200 millones por mes. El
presidente electo, Alberto Fernández, no dispondrá de mucho tiempo para
acomodarse porque tras el cierre de 2019 se le viene un verano, y sobre todo,
un otoño álgido. Desde febrero los vencimientos en pesos pegan un fuerte
salto, pasando de $50.000 millones a más de $160.000 millones y en marzo más de
$215.000 millones y otro tanto en abril y mayo. Mientras que los vencimientos en dólares
saltan en abril y mayo a más de u$s8.000 millones. Con relación a esto último
cabe señalar que en mayo vence la última cuota del Club de París por casi
u$s2.000 millones. Por eso urge reestructurar la deuda y no hay mucho tiempo.
El gobierno de
Cristina le heredó a Macri un anémico stock de reservas
disponibles en el BCRA. A cambio le traspasó un bajo nivel de endeudamiento, lo
que fue plenamente aprovechado por la gestión de Cambiemos que no paró de
colocar deuda hasta que sobrevino el “sudden stop” en 2018 (los mercados
dejaron de financiar al Gobierno). De modo que “la vuelta a los mercados de
capitales”, que para el kirchnerismo fue algo casi de ciencia ficción, para
Cambiemos fue casi una obsesión o la meca (por lo visto entre 2016 y 2017 se
explica claramente el porqué).
De ahí que gran
parte del establishment económico debata hoy si se debe arrancar rápidamente
con la negociación de la deuda o no. Quienes recomiendan hacerlo se basan en
que no hay plata suficiente (escasas reservas y sin financiamiento) para
atender los vencimientos de deuda en dólares de los primeros cinco meses de
2020. Pero todos tienen claro que sin negociación habrá default y como
la experiencia histórica indica si eso se produce antes de reestructurar la
deuda las consecuencias económicas suelen ser mucho más severas que en el caso
de una reestructuración preventiva. Además no puede soslayarse que la
masa de vencimientos de deuda, de corto plazo, no solo condiciona la política
monetaria sino también la reestructuración de la deuda. Y esto a su vez,
condiciona la política fiscal, monetaria y cambiaria. Y por ende, a cualquier
diseño de programa económico.
Más allá de
cuánto sea la deuda en términos del PBI, ya que hay varias
metodologías, para el Estudio Broda si el próximo gobierno no tiene acceso a
ninguna fuente de financiamiento, el país tendrá no sólo un problema de
liquidez, sino también uno de solvencia. “No hay plata para mantener el
pago de la deuda por mucho tiempo”, advierte la consultora de Miguel Broda.
Cabe tener en
cuenta que con relación a los desembolsos remanentes del FMI, Alberto F. deberá negociar si los
u$s6.400 millones que no ingresan este año y los otros casi u$s6.000 millones
que estaban previstos para el próximo bienio, y eventualmente algo más, pueden
ser parte de un apoyo financiero a la Argentina o si por el contrario no habrá
financiamiento porque será imposible acordar un programa económico común. Por
ello desde MacroView consideran que es “muy importante” que Alberto F. no se
enemiste con el FMI.
Si bien, aún no
se conocen ni los planes ni las estrategias ni los equipos que finalmente
comandarán la administración de próximo gobierno y sobre todo la renegociación
de la deuda, surgen algunas opciones como para ganar algo de aire. Como por
ejemplo, dado el stock estimado de reservas disponibles que quedará el 10 de
diciembre en el BCRA, y suponiendo que sigue el supercepo, se podría en un
principio permitir utilizar la deuda reperfilada para pagar impuestos. Algunos
también especulan con que vendrá algo unilateral, y rápido, bajo un DNU, que
volvería a reperfilar las Letras de corto plazo.
Sobre la base de
que se evitará un default unilateral (mientras haya caja o voluntad de seguir
pagando), el próximo gobierno sabe que no tendrá mucho tiempo como para
sentarse y hacer arqueo. Quedará para después. Primero deberá empezar la
renegociación de la deuda.
COMPLICADA HOJA DE RUTA
-Los vencimientos en pesos en lo que resta del año suman 60.000 millones
mensuales, mientras que los nominados en dólares ascienden a 1.200 millones.
-Los vencimientos en dólares entre noviembre y diciembre de 2019 suman más
de 2.500 millones (casi mitad y mitad entre bonos y Letras).
-En 2020 los vencimientos en pesos arrancan con fuerza desde febrero
(160.000 M) y hasta mayo suman 600.000 millones. En cambio, los vencimientos en
dólares se elevan con furia entre abril y mayo superando los 8.000 millones
(entre enero y mayo suman más de 12.000 millones).
Fuente: Diario Ámbito Financiero, 11 noviembre 2019.