Batalla de
Jaljin Gol
La
“Batalla de Jaljin Gol” o “Batalla de Jaljin Gol”, denominada en
la historiografía soviética como batalla de "Jaljin Gol" mientras que en Japón es conocida como el
“Incidente de Nomonhan”, fue el
enfrentamiento decisivo durante la guerra fronteriza no declarada entre el Imperio
de Japón y la Unión Soviética a mediados de 1939. No debe ser confundida con la
guerra declarada de 1945, en la cual la URSS atacó a Japón en cumplimiento de
los pactos entre los Aliados, en la llamada “Operación Tormenta de Agosto”.
La
historia marca que el 11 de mayo de 1939, en un intento de expansión japonesa
por Mongolia, se inicia la histórica batalla de Jaljin Gol entre fuerzas del
Ejército Rojo y tropas del Imperio de Japón.
Los
japoneses que invadieron Mongolia formalmente a fines de abril, movilizaron
40.000 soldados, mientras los soviéticos casi “protectores” de los mongoles
desplegaron 60.000 soldados en una de las batallas más importantes previas al
estallido de la Segunda Guerra Mundial.
La
batalla se libró durante varios meses en las
llanuras del territorio mongol y fue clave para establecer las fronteras entre
la Unión Soviética y Japón en el marco de la guerra que se avecinaba.
Los soviéticos que tomaron una postura
defensiva inicialmente, detuvieron los ataques iníciales de los japoneses y
desde allí en el mes de julio iniciaron una gigantesca contraofensiva para
expulsar a los japoneses del territorio mongol.
El conflicto se da tras varias décadas
de tensiones fronterizas iniciadas en 1920, cuando Mongolia se independizó de
China con ayuda soviética y los japoneses tenían grandes intereses en esa
región fronteriza con la URSS.
El expansionismo nipón que en 1932 había
arrebatado Manchuria a China y en 1937 había invadido el norte de China, se
sabría no se detendría allí y Mongolia era casi de forma segura la siguiente
víctima, por lo que los soviéticos desplegaron algunas de sus mejores divisiones
en aquel frente.
Las tropas siberianas de la Unión
Soviética al cabo de 4 meses aplastaron las líneas japonesas y se hicieron con
el dominio de Mongolia, forzando a los japoneses a firmar un pacto de no
agresión que sería muy efectivo para los soviéticos ya que no volvería a tener
disputas directas con Japón hasta 1945.
Unos 8.500 japoneses y 6.900
soviéticos-mongoles perdieron la vida en esta batalla que garantizó la
independencia mongola y su influencia dentro del área soviética.
La batalla es clave porque la estrategia
expansionista de Japón se volcará desde 1940 en adelante hacia el Pacifico,
abandonando el extremo oriente continental. (1)
Bibliografía
consultada
1)-Baabar, B.
(1999). From world power to Soviet
satellite: History of Mongolia. University of Cambridge Press.
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