César Luis Menotti: la charla
con Borges, su afiliación al Partido Comunista y el recuerdo de unos balazos
"Mi
casa, en Rosario, era un quilombo", dice. La grieta familiar.
La señal ya
estaba establecida: cuando su padre prendía la luz, debían tirarse al
piso.
César Luis
Menotti tenía 10 años y convivía en un ambiente dominado por la política.
“Mi
casa era un quilombo. Mi tío Ignacio Martínez del Valle era el hermano
de Isabelita Martínez del Valle, la novia de Gardel. Yo tengo fotos de ellos
con Gardel. Un quilombo. Mi tía, enferma de Evita. Mi vieja, enferma de Evita y
odiaba a Perón. Y mi viejo odiaba a Evita: decía que regalaba muñequitos
mientras los pibes se cagaban de frío… Era un quilombo mi casa”, cuenta.
—¿Cómo fue
el momento en el que la balearon?
—Mi casa fue una
unidad básica. Y fue baleada dos veces. Yo tenía 10 años y me tenía que tirar
al suelo. Nosotros, en Rosario, teníamos una casa de 2 pisos: mi papá y mi mamá
dormían en una habitación y yo en otra. Cuando mi viejo prendió la luz de la
escalera empezaron a sonar los tiros. Me gritaba que me tirara al suelo. Eran
disputas internas del peronismo.
—Con su
padre militante del peronismo, ¿por qué usted se afilió al Partido Comunista?
—Mi viejo se
murió en el 55. Nosotros pintábamos los camiones con "Perón vuelve"
por todos lados. Hasta que un día yo me meto en un debate, me agarra el
"Chacho" Rena (su mejor amigo, ya fallecido) y me dice: “Lo
único que te pido que pienses es dónde se fue Perón”. Yo me fui a mi
casa y me puse a pensar. Se había ido a Panamá, se fue a Paraguay, con el
máximo dictador de Paraguay (Alfredo Stroessner) y se había ido a España, con
Francisco Franco. Eso me chocó mucho.
Menotti en 1974: DT de la Selección.
—¿Cómo fue
su encuentro con Borges?
—Muy gracioso.
Borges era un genio de la palabra. Me hizo reír tanto... Cuando entro, me hace
sentar y hace sentar al gato blanco que tenía. Me dice: “Bueno, un placer.
Usted debe ser muy famoso”. “No, yo no, debe ser el fútbol que me hace
famoso”. “No, le digo porque mire que aquí ha venido gente importante y mi
empleada nunca me pidió un autógrafo”. Me hizo reír. Le digo: “¿Puedo
fumar?”. “Sí, fume tranquilo. Si no es el cigarrillo lo que hace
mal, son las conversaciones imbéciles”.
La
vuelta al ruedo
—¿Por qué decidió
abrir una escuela de entrenadores?
—Vi un montón de
cosas que se hacían y me dio vergüenza, realmente me daba vergüenza. Empecé a
recopilar lo que tengo escrito de fútbol desde el 78. Y me di cuenta de que
teníamos que abrir el análisis de los futuros entrenadores a través de las 4
acciones que tiene el juego: defender, recuperar la pelota, gestar jugadas y
definir. Esas 4 acciones el entrenador puede elegirlas. Por ejemplo, Simeone
las elige retrocediendo y poniendo recuperadores de pelota y es válido. Guardiola
reduce los espacios, a favor de los buenos jugadores. Después viene la segunda
parte: ya tenemos la pelota y hay que ver cómo se gesta. Y la malinterpretación
que hay de la tenencia de la pelota como si fuese una estrategia cuando en
realidad es una necesidad. El artista que es el jugador es
feliz cuando juega. Así como un artista en una obra de teatro pelea por llegar
al escenario, ¿qué pasaría si cuando llega al escenario lo sentaran en
una silla y le dijeran que cuide la puerta? Yo siento que el futbolista llega
al gran escenario, que es jugar en Primera, con las ganas de jugar.
Ahora, para jugar también hay otro. Entonces ahí vienen las maneras de búsqueda
de eficacia, que no es jugar lindo: es jugar bien. En favor de
jugar bien se encuentran los resultados. Pero si uno revisa la historia del
fútbol se va a dar cuenta de que los que quedan en la memoria son
aquellos equipos que ganaron jugando bien.
—¿Seguimos
encerrados en la disputa sin sentido entre ganar o jugar bien?
—Al
fútbol lo manosean mucho. Ponen palabras que no existen, dicen cosas
que no tienen nada que ver con el juego. Hay una competitividad en el
periodismo deportivo, también en los entrenadores… Pretenden hacer difícil un
triunfo. Me empezaron a molestar un montón de cosas. Y me siguen molestando.
Por ejemplo, Guardiola salió campeón y había ido a jugar al golf. Entonces
cuando perdió empezaron a decir un montón de pavadas. Si yo tuviera que hablar
lo mismo tendría que decir que Simeone no ganó nada y hace un montón de años
que está.
César Luis Menotti. (Foto: David
Fernández)
—¿Y cuál es
la salida?
─Hay una
necesidad en mí de que el futbolista entienda que tiene que haber una
relación afectiva entre él y el público. No con el espectador, que es
el que va a la cancha a gritar y se come un pancho mientras están jugando. Eso
es un espectador, como si yo fuera a ver ballet, que no entiendo nada. Pero hay
un público de fútbol que es excelente, que se está yendo de las canchas porque
se aburre. Esta es mi preocupación.
Por
Mariano Verrina
Fuente: Diario Clarín / Deportes (04-05-2018) https://www.clarin.com/deportes/futbol/cesar-luis-menotti-charla-borges-afiliacion-partido-comunista-recuerdo-balazos_0_rk6-Ei1aG.html