sábado, 12 de octubre de 2019

Un poco de historia de los famosos en la política

Nota periodística
De Pinky a "Nina" Pelozo y Blumberg: el ascenso y caída de las estrellas fugaces de la política

Tuvieron momentos de máxima exposición, pero de un día para el otro desaparecieron del escenario político. Los casos de Miguel Del Sel, Francisco de Narváez, Zulma Faiad y hasta Moria Casán.

Jazmín Bullorini
El ingreso a la atmósfera a toda velocidad es lo que hace que el meteoro se “prenda fuego” e irradie luz. De ahí el nombre de estrella fugaz. Algunas dejan estela, pero otras apenas alcanzan a destellar antes de apagarse. En el firmamento político, cada vez más cuerpos externos - o outsiders- irrumpen estrepitosamente, encabezan titulares y dominan el prime time. El fenómeno no es nuevo. Por convicción, osadía o incluso porque una tragedia personal los empujó al centro de la escena, la historia reciente registra numerosos casos. Algunos lograron permanecer; otros tuvieron un paso fugaz. Algunos dejaron estela; otros no llegaron a destellar.

Juan Carlos Blumberg, de la tragedia al escándalo por el título de ingeniero

En marzo de este año se cumplieron 15 años del secuestro y asesinato a sangre fría de Axel Blumberg, estudiante de 23 años de Martínez. En ese momento su padre, Juan Carlos Blumberg, reunió a 150 mil personas frente al Congreso, con velas y sin banderas políticas, y lo repitió frente a Tribunales. Se convirtió en la figura que encarnó un grito masivo contra la inseguridad e hizo temblar al poder político.
Exigía penas más duras, la baja en la edad de la imputabilidad de menores, cambios en la Policía bonaerense y un mayor compromiso de jueces y funcionarios.
Juan Carlos Blumberg sostiene la foto de su hijo Axel en 2004 en una visita al Congreso para pedir por penas más duras.
La masividad obligó al entonces ministro del Interior, Aníbal Fernández, a hacer un mea culpa: "La política de seguridad no ha sido acertada y las consecuencias las estamos viendo". El presidente Néstor Kirchner lo recibió en la Casa Rosada; el gobernador bonaerense Felipe Solá lo visitó en su casa, decretó la emergencia en seguridad en el Conurbano y lanzó cambios que incluyeron la designación de León Arslanián como ministro.
La oposición no tardó en acoplarse y hacer suyas las banderas que levantó Blumberg. El Congreso aprobó, ese mismo año, la ley que agravó penas por delitos con armas y por portación ilegal. El Papa Juan Pablo II lo recibió en el Vaticano.
La escalada fue veloz. En 2007, año de elecciones ejecutivas, varios candidatos presidenciales lo orbitaron. Pero el entonces jefe del Pro, Mauricio Macri, fue clave para que diera el salto. “Me acuerdo que tuve una reunión en la casa de él y me dijo que para cambiar este país había que meterse en política. Después de eso fuimos juntos a (una recorrida en) Corrientes”, recuerda ahora Blumberg en diálogo con Clarín.
En ese entonces Macri y el gobernador neuquino, Jorge Sobisch encaraban una alianza política que se quebró después del asesinato por la espalda del maestro Carlos Fuentealba en una represión policial. Blumberg terminó siendo candidato a gobernador y a primer diputado por la provincia en simultáneo (en ese entonces se podía) en alianza con Sobisch.
Pero todo se desplomó. En plena campaña estalló el escándalo porque el título de ingeniero con el que se presentaba no era tal y comenzó el desprestigio, que se sumó a las críticas por las políticas de “mano dura” que proponía. “Estudié, hice 60 fábricas en el mundo, todos me decían 'ingeniero' y no le daba ni bola. Fue un error no aclararlo antes. Pero estuvo armado por el Gobierno, tenían otras cosas preparadas para atacarme también porque mi presencia molestaba”, asegura a Clarín.
Lo cierto es que tras ese golpe, que le valió cuestionamientos de todos los sectores, no alcanzó el 2% de los votos. Su nombre empezó a nombrarse más esporádicamente hasta que desapareció de escena. Aunque en 2013 lo volvió a intentar: compitió por una banca en el Congreso nacional por la Ciudad y tras no superar el piso de las PASO se presentó como candidato a legislador en un partido de Alberto Rodríguez Saá, pero tampoco logró ser electo. Ya no era lo mismo.
Los protagonistas
"Si no estás debajo de un partido con estructura es imposible, te roban las boletas, te hacen las mil y una. A mí una vez un intendente me dijo: 'Usted no sirve para la política porque va de frente y dice la verdad'. Pero no me arrepiento porque eso me permitió conocer mucha gente y muchos problemas. También recibí golpes, sí, pero en la vida ya tengo el cuero curtido. Perdí lo más preciado que tenía, que era mi hijo", asegura y no descarta volver a competir: “Si apareciera una propuesta seria... Yo creo que siempre que uno pueda participar y tenga algo para aportar, debe hacerlo”.
Las ofertas que recibió este año las rechazó. Lo fue a buscar, cuenta, José Luis Espert para ser candidato a intendente de San Isidro, y Cynthia Hotton, la vice de Juan José Gómez Centurión, le propuso la candidatura a la gobernación.
“Trabajo a diario en la fábrica y sigo con la fundación. Ayudamos y acompañamos a familiares y víctimas”, relata. Uno de los últimos que acompañó en persona fue al médico que mató a un ladrón y un juicio por jurado lo declaró “no culpable”.
Cuando mira en retrospectiva todo el recorrido, reflexiona: “Fue terrible. Nunca me imaginé que iba estar haciendo lo que hago ahora. Todavía, cuando veo o voy al casamiento de los amigos de Axel pienso 'pucha, yo tenía un hijo y me lo quitaron'”.

Francisco de Narváez, el único que le ganó a Kirchner y su renunciamiento final

Un año después del caso Axel, en 2005, desembarcó en política el dueño de Casa Tía, Francisco De Narváez, quien después de acompañar y aportar a la campaña presidencial de Carlos Menem, compitió y ganó una banca de diputado en la lista que encabezaba Hilda “Chiche” Duhalde.
Su figura fue in crescendo y alcanzó su pico mediático en las legislativas de 2009 cuando, en alianza con Mauricio Macri y Felipe Solá, logró lo impensado: ganarle, por dos puntos, a la lista oficialista del Frente para la Victoria, que encabezaba nada menos que el ex presidente Néstor Kirchner y llevaba, en forma testimonial, al gobernador Daniel Scioli y al jefe de gabinete, Sergio Massa, en los primeros lugares. En esa lista también iba una estrella fugaz de la política, la actriz Nacha Guevara.
Francisco de Narváez en Showmach junto a su imitador Roberto Peña y detrás Marcelo Tinelli en la previa de las elecciones de 2009 en las que le ganó a Néstor Kirchner.
La estrategia publicitaria, los recursos volcados a la campaña y el discurso - con el foco en la inseguridad y centrado en el ciudadano de a pie- dio frutos. "Soy un tipo común", "Yo tengo un plan", y el "Votame, votate", se convirtieron en latiguillos de campaña. En Showmatch, el programa que conduce de Marcelo Tinelli, en parodia de ese "votame, votate" surgió el famoso "Alica, alicate" de su imitador y pegó tanto que el empresario llegó a bromear con eso en sus actos de campaña. La masividad que le dio el programa de Tinelli fue clave para ablandar y hacer popular a De Narváez. 
Pero el "boom" duró poco. Dos años después, en 2011, De Narváez fue por la gobernación -en alianza con Ricardo Alfonsín, que se postulaba por la presidencia- pero Scioli, atado a la Cristina Kirchner del 54% reeligió y le sacó más de 40 puntos de diferencia.
La caída siguió en picada en las legislativas de 2013, cuando con el Frente Unidos por Libertad y Trabajo que lideraba, apenas superó el 5% que le permitió renovar su banca. "Me cabe a mí toda la responsabilidad de este resultado. He comenzado una profunda autocrítica", dijo el empresario ese día.
La reflexión lo llevó a un nuevo salto de espacio, aunque no sería el último. A principios de 2015 anunció su alianza con su ex rival, Sergio Massa, que iba por la presidencia, pero a mitad de año se bajó de la gobernación, dijo que para "facilitar" un acuerdo entre Massa y Macri. Sin embargo, tres meses más tarde anunció que apoyaría a Daniel Scioli.
La historia es conocida: Macri le ganó a Scioli y se convirtió en presidente y en diciembre de ese mismo año, De Narváez renunció a su banca y a la política. Volvió a abocarse de lleno a sus negocios. Aunque, en su cuenta de Twitter tiene fijado un tuit con un video de un fragmento de entrevista en la que aclara: "No me fui de la política, lo que no he hecho es no hablar de política públicamente. Son dos cosas distintas".

Pinky y Moria Casán, dos outsiders de la farándula

El mundo del espectáculo aportó numerosas estrellas fugaces a la política. Una de las pioneras fue la mítica conductora de televisión, Lidia Satragno, alias "Pinky", que compitió por la intendencia de La Matanza en 1999, con La Alianza.
Hizo una buena elección, pero su debut quedó eclipsado por el blooper de haberse adjudicado la victoria prematuramente. "Me siento espléndidamente bien, todo parece indicar que soy la nueva intendente de La Matanza", dijo a media hora de cerrados los comicios, pero a medianoche debió retractarse y aceptar el triunfo del peronista Alberto Balestrini. Igualmente, la placa televisiva de "Pinky ganó en La Matanza" quedó inmortalizada.
Pinky junto a Rodolfo Terragno en las elecciones de 1999 cuando la actriz se adjudicó haber ganado en La Matanza, aunque luego los resultados la dieron perdedora.
Después de un largo letargo, en 2007 fue por la revancha y de la mano de Unión Pro ganó una banca en Diputados. Pero cumplió el mandato y no se volvió a candidatear nunca más.
Años más tarde, en declaraciones radiales, dijo que el Congreso le "hizo daño". "Me sentí muy frustrada. No quiero saber más nada con la política”, aseguró.
Este mes, la conductora encargada de hacer el "traspaso" de la televisión en blanco y negro al color y que condujo el programa de 24 horas por Malvinas, volvió a la pantalla después de 18 años en el ciclo de “Memorias desordenadas”, por la Televisión Pública.
La vedette Moria Casán, participó activamente en las elecciones de 2005. En el programa de Susana Giménez, "la one" anunció que sería candidata a diputada nacional por la agrupación filomenemista, Movimiento Federal de Centro. Prometía que si era electa iba a presentar un proyecto para "hacer realidad un refugio para mujeres golpeadas porque yo lo fui". En ese entonces decía que "Kirchner era lo peor que le había pasado al país" y que acompañaría la reelección de Menem.
Sin embargo, para su aterrizaje no hizo alianzas con otros partidos. "Yo soy morista, esto es lo primero que hago en política, soy absolutamente virgen y quiero autodesvirgarme con nadie más que con el voto de la urna".
Sacó el 1,9% de los votos, muy lejos del 6% necesario para ganar una banca. "Tuve un orgasmo electoral", dijo el día de la votación y aseguró estar feliz a pesar del resultado: "Es una sensación difícil de comparar por el plus espiritual que la gente pone en vos, lo más parecido fue el nacimiento de mi hija".
Aunque prometió que "ni loca" iba a dejar la política no volvió a competir. En 2013 se mostró junto a la ex presidenta, Cristina Kirchner, en el festejo de los 30 años de democracia y en 2015 estuvo en el búnker apoyando a Scioli.
Ese año, entre los competidores porteños de Moria estaba Dorys del Valle, en una lista aliada al menemismo, Nito Artaza, que iba cuarto en la boleta de la UCR, y Zulma Faiad que iba de candidata a diputada por Esperanza Porteña, de la mano de recientes ex macristas.
Zulma sacó 10 mil votos y tampoco llegó a entrar al Congreso.
"Siempre quise representar a las voces que no se escuchaban, una de esas era yo. Pero no tengo ninguna condición para hacer política, soy idealista. Pero para el servicio sí tengo capacidad, absolutamente", plantea Faiad en diálogo con Clarín y analiza el fenómeno de los famosos en política: "Los políticos te llaman porque les servís pero cuando venís de afuera te las hacen pasar. Yo soy una ciudadana común, una actriz, una ama de casa, no puedo parecerme a ellos, no lo intenté tampoco. La política ya no me gusta, no la respeto. Pero sí respeto a muchos que hacen política porque uno vota hombres, no ideas".
En 2008 fue designada titular de la Secretaría de la Mujer de la Municipalidad de Vicente López, en la intendencia del japonés García, pero renunció antes de cumplir su mandato. "Fue un momento de desarrollo maravilloso, pero me fui porque en un momento dije 'misión cumplida' y me contrató Carmen Barbieri".
En 2015 fue candidata a concejal nuevamente con el intendente peronista García y protagonizó un escándalo por tildar de "cagón" a Daniel Scioli quien no quería competir en el debate presidencial. "Yo estaba de gira cuando me preguntaron por un candidato que no quería ir al debate y dije eso, sin saber que era Scioli. Igual, hoy volvería a contestar lo mismo", asegura.
Después de eso renunció a su candidatura, pero dice que no fue por el episodio con Scioli. "Me dio odio el comentario de un compañero que me reclamó despectivamente diciendo 'la señora se va de gira'. 'La señora no vive de la política como ustedes', le contesté y me fui. Nunca fui militante", concluye.
- ¿Volvería a ser candidata?
- No, la política no me necesita ni yo la necesito a ella.
La multifacética artista Nacha Guevara incursionó en política en 2009, pero su candidatura fue una de las tantas testimoniales que caracterizaron a esa elección. La actriz que protagonizó el musical de Eva Perón, mantenía una fluida relación con el matrimonio presidencial y su "amigo", Daniel Scioli.
Nacha Guevara en el acto de cierre de la campaña electoral legislativa del 2009 donde iba como candidata testimonial junto a Néstor Kirchner. en la foto junto a Hugo Moyano y Cristina Kirchner en el Mercado Central.
"Esta propuesta me encuentra en una etapa de completa realización personal en lo que ha sido hasta hoy mi vida: el mundo de la música y el teatro, por eso veo esta posibilidad como un nuevo camino, que permitirá dedicar mi energía a la tarea más alta: la tarea de servir a los demás", anunció en abril de 2009. Fue tercera en la lista detrás de Néstor Kirchner y Scioli. Aunque la lista perdió contra De Narváez, Nacha entraba al Congreso, pero en noviembre renunció por "motivos personales" y la reemplazó Juliana Di Tullio.
Tiempo después, en declaraciones radiales dijo que la política no era para ella. "Es bueno darse cuenta para qué sirve uno, para qué uno tiene cierto don y para qué no lo tiene. No es mi ámbito para nada. Pensé que sí iba a serlo, pero no, me sobrestimé".
Más reciente fue el paso fugaz pero estruendoso del actor Ivo Cutzarida, precandidato a jefe de Gobierno porteño por el Frente Es Posible de los hermanos Rodríguez Saá en 2015, quien quedó afuera de competencia por no poder superar el piso de las PASO.
Cutzarida, que tuvo su momento de auge en la televisión de los 90, reapareció en 2014 y protagonizó un raid mediático hablando de inseguridad con declaraciones explosivas. "Corta la bocha", fue la frase que acuñó en ese entonces y se convirtió en su sello tras meterse en el debate público luego de que un motochorro asaltara a un turista en La Boca y el incidente quedara grabado por una cámara Go Pro. 
"A todos los que me llaman de derecha les digo que los países mas seguros son de izquierda. Qué hacía el Che Guevara, que ese sí era más zurdo que todos los zurdos juntos cuando un tipo hacía lo que le hicieron a esta chica Melina (joven violada y asesinada) él sacaba su pistola, la martillaba y te metía un corchazo en la cabeza. Ese es el Che Guevara. Entonces, no me digan más facho, yo para aplicar la ley penal soy guevarista”, dijo en la mesa de Mirtha Legrand.
En diálogo con Clarín rememora: "Me gustó porque salí a defender la vida y me quedó una experiencia linda. Además, otros candidatos recogieron temas míos. Esa fue la idea cuando me llamó Adolfo Rodríguez Saá: instalar el debate, patear el tablero. Y lo logré", asegura y agrega sobre su performance en las urnas. "Estaba solo como loco malo, lidiando contra la estructura de los demás. Era un Quijote y fue una odisea".
Sus ideas, asegura, no cambiaron. "Si no hay respeto por la ley no se puede avanzar como sociedad. La gente que mata gente tiene que estar presa. Si no directamente cerremos los tribunales y que cada uno agarre una ithaca", plantea y defiende: "Mis ideas no son de izquierda ni de derecha , son universales. Yo soy humanista y cristiano, como el peronismo verdadero".
Por ahora, no volvería a la política. "Estoy concentrado en otros temas", asegura. Cutzarida. Ahora estudia Counseling (consultor psicológico), da charlas sobre "los valores del Martín Fierro" en cárceles, comedores u organizaciones y actúa en la obra "El Sótano", una comedia que él dirige.

El Midachi que estuvo a 1700 votos de gobernar Santa Fe

Miguel Del Sel es uno de los casos de casi éxito de las estrellas fugaces de la política. Llegó del mundo del espectáculo y se armó un currículum interesante. El Midachi con personajes ya consagrados como "La Tota", que en 2011, después de una larga negociación aceptó la oferta de Mauricio Macri de ser candidato a gobernador de Santa Fe .
Ese año quedó a 3 puntos de la victoria y en 2015 insistió y casi lo logra. Después de un recuento plagado de denuncias cruzadas, se supo que el socialista Miguel Lifschitz se había impuesto por solo 1.700 votos de diferencia.
En el ínterin entre esas dos elecciones, Del Sel ganó una banca de diputado en 2013 a la que renunció en 2015 para hacer campaña. Tras esa ajustada derrota, Macri ya como Presidente lo designó embajador de Panamá. Pero en 2017 renunció a ese cargo y a la política. "Me toca volver a hacer reír", dijo, y organizó la vuelta de Midachi, el grupo humorístico con el que sigue de gira.
Miguel Del Sel en 2015 en un acto de su campaña como gobernador de Santa Fe junto a Mauricio Macri.
Si quiere volver a la política, la va a tener difícil al menos en el corto plazo. En septiembre pasado, la Justicia confirmó la inhabilitación de Del Sel por seis meses por irregularidades en un balance partidario del 2012.
En 2015, Cambiemos también sacó a la cancha a otro outsider, el periodista Fernándo Niembro. Pero la zambullida no fue exitosa. El puesto era importante: encabezar la lista de Diputados nacionales por la Provincia, pero el estallido de denuncias por supuesta corrupción en su contra lo obligó a renunciar antes de ser electo.
No quiso hablar del tema con Clarín: "Esa etapa ya pasó. Yo soy periodista", apuntó. En 2017, dos años después del escándalo, volvió a la radio. Tiene dos programas en AM 990.

El ascenso de Nina Pelozo, de piquetera a Bailando por un Sueño

A comienzos de los 90, junto al líder piquetero Raúl Castells, que era su esposo, Saturnina "Nina" Pelozo fundó el Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados (MIJD), contra las políticas de Carlos Menem, que tuvo protagonismo en la crisis de 2001 y derivó en una rama política.
En 2005, Nina se presentó como candidata a senadora nacional por la provincia de Buenos Aires, pero no alcanzó el 1%.
Nina Pelozo en 2007 agarrada al caño en la pista de Bailando por un Sueño, el programa que conduce Marcelo Tinelli.
Su destape llegaría dos años después, en 2007, cuando aceptó la invitación de Marcelo Tinelli de participar en Bailando por un Sueño. Ahí llegaron las tapas de revistas y la circulación por todos los programas. A las galas iba su esposo Raúl Castells y activistas para apoyarla. Perdió contra Iliana Calabró en el ritmo de lambada, a la séptima semana del concurso.
"Los grandes medios te pueden levantar con la misma rapidez que después te tiran al piso. Pero yo entendí que el sistema funciona así y siempre estuve agradecida. Yo no cambié, que la gente te conozca no cambia tu origen. Sigo viviendo en el mismo lugar y hago lo mismo que hace 26 años", analiza ante Clarín.
En pleno auge mediático fue candidata a vicepresidenta, acompañando a Castells a presidente pero tampoco alcanzaron el 1 %. En 2009 fue candidata a diputada nacional por la Alianza MST MIJD y en 2011 a diputada provincial en la sección tercera de Buenos Aires, cuando el MIJD integró el Frente Compromiso Federal.
El año que estuvo en Showmatch se puso a estudiar. Terminó el secundario y se recibió de profesora en Biología, materia de la que ahora da clases en escuelas púbicas, a la par del trabajo en el MIJD, donde sigue a pesar de su separación de Castells.
- ¿Volverías a ser candidata?
- Sí, este año no pudimos armar una opción pero se puede dar otra vez.
-¿ Y a la tele volverías?
- Sí, fue divertido, sé que fue un momento pero no le tengo miedo.
Fuente: Diario Clarín, 11/10/2019.