OPINIONES
Conclusiones del primer debate
electoral 2019
Más allá de la ausencia del intercambio
de ideas, el evento sirvió para que los candidatos plateen ideas generales
sobre distintos tópicos.
NA
Por Paola Zuban
Los debates
presidenciales tienen larga tradición en muchos países, especialmente en los
anglosajones. Hay coincidencia internacional en torno a la idea de que
contribuyen a la formación de la ciudadanía y a lograr un sano intercambio
democrático. Dice el diccionario que debate es, por definición, “discusión” y
aunque hay muchos formatos de debate, nuestro país seleccionó una variante que
parece complicar un poco las cosas.
Mauricio
Macri se mostró fiel al libreto, firme en sus posturas, por momentos
parecía monologar sin acusar recibo de las alusiones que los otros candidatos
le hacían. Roberto Lavagna perdió la oportunidad de confrontar
más directamente con el presidente y disputarle los electores con los que
comparten posiciones. Claro, se lo vio mucho más cómodo cuando habló de
economía.
José
Luis Espert tuvo muchos buenos momentos, y aprovechó bien la
oportunidad de hablarle a aquella audiencia a la que no llega con su publicidad
electoral. Como Nicolás del Caño, sin nada que perder, podían
darse el lujo de decir y confrontar a su opuesto sin medias tintas, pero al
contrario de lo que podía esperarse, Nicolás se mostró hasta correcto,
demasiado. Pareció muy coacheado, demasiado aburrido para ser el candidato del
fit. Podría haber ganado más si planteaba una discusión de
extremos con Gómez Centurión. Poco que decir de este último, solo que olvido el
reloj.
Alberto
Fernández era quién más tenía para perder. A estas alturas de la
campaña, sirve más no equivocarse. Por ese motivo, los
candidatos que van ganando, en general se resisten a participar en los debates.
Sin embargo, en general fue el que estuvo más sólido en la oratoria y los
contenidos, quizás con un tono algo arrogante que no era necesario.
¿Lo que el
debate nos dejó? El contenido no fue protagonista. El debate en general fue
aburrido, de formato muy acartonado y esto hace que se pierda ritmo. En muchos
países, los debates son exitosos porque fomentan el cruce y la discusión
abierta. “Nuestro” debate es más una exposición de candidatos que otra cosa y
el protagonismo o relevancia está más en el post debate que el evento central
en sí mismo. La clase política, los medios y una porción de la población muy
comprometida con una postura partidaria, estuvieron atentos y algunos
reconfirmaron su preferencia e intensión de voto.
Pero el
resto de la sociedad argentina prestó más atención a otras cosas: sus casas
inundadas, la movilización de 200.000 mujeres en el Encuentro Nacional de
Mujeres de La Plata o, simplemente, continuó con su domingo.
Fuente: Diario Ámbito
Financiero, 14 octubre 2019