ECONOMÍA
Un país en vilo por las
reservas del BCRA (¿cuántas le quedan?)
En una economía bimonetaria como la argentina siempre se debate el respaldo de las reservas internacionales. Luego de dos crisis cambiarias en menos de dos años, con rescate del FMI mediante, todos miran al Central.
Son datos
suministrados por el Banco Central (BCRA).
Agencia
Noticias Argentinas
Por Jorge Herrera
El Banco
Central informó ayer que las reservas brutas bajaron a u$s 57.473 millones.
Desde las PASO, el BCRA perdió u$s8.836 millones. Esto daría un ritmo
de caída diario promedio de u$s736 millones. Pero no puede soslayarse que
dentro de los u$s8.836 millones están incluidos los u$s2.615 millones que el
Tesoro usó para cancelar el martes pasado un préstamo REPO con bancos
extranjeros. De modo que excluyendo esta operación la pérdida diaria promedio,
desde las PASO, ronda los u$s518 millones.
Para
entender qué reservas son las relevantes, hay que distinguir, primero, entre
brutas y netas. Las brutas son el stock total que informa el BCRA
diariamente. Ayer se ubicaron en u$s57.473 millones. Ahora bien, hay dentro de
las reservas brutas pasivos en dólares del BCRA que están contabilizados como
reservas. Se trata de los encajes de los depósitos en dólares, el swapcon
el Banco Central de China, el préstamo del Banco de Basilea y otras operaciones
de pase similares. Una vez restados
estos conceptos se tienen las reservas netas del BCRA que en la actualidad se
estima rondarían los u$s15.000 millones. De modo
que como capacidad máxima disponible están las reservas netas, y a partir de
ahí, debe contemplarse el uso del swap chino, del préstamo con el BIS
junto con lo que le quede al Tesoro de depósitos en dólares en el BCRA y el
“ayudín” de los dólares desembolsados por el FMI para fortalecer las reservas.
Claro que para los analistas más ortodoxos, o quizás, más pragmáticos, ni el swap
ni el REPO con el BIS deberían tenerse en cuenta ante una corrida. Por lo
tanto, el stock de reservas a considerar rondaría los u$s33.000 millones.
Lo cierto es que
el intríngulis del BCRA es que con estos recursos debe hacer frente a tres
focos potenciales de demanda de dólares. En primer lugar, la demanda de los
depositantes de dólares (argendólares) en el sistema financiero, además la
demanda del Tesoro para enfrentar los vencimientos de deuda de corto plazo (en
particular Letes, y otros títulos), y como si fuera poco la demanda de los
tenedores de pesos (en depósitos y en efectivo) en el mercado cambiarios.
No
hace falta decir que no hay reservas para todos estos potenciales demandantes,
más si se les ocurre ir todos juntos.
Por lo pronto,
los encajes de los argendólares son dólares de los bancos para afrontar la
demanda de los ahorristas que tienen depósitos en dólares (caja de ahorro y
plazos fijos). De modo que estos fondos no deberían ser tenidos en cuenta a la
hora de calcular una intervención en el mercado de cambios. Hay aproximadamente
un 50% del total de argendólares en encajes, el resto está prestado, en su mayoría,
a empresas exportadoras o proveedoras de éstas, y una porción pequeña en Letes
en dólares. O sea, el sistema tiene liquidez para afrontar el retiro de la
mitad de los argendólares.
Tampoco los
dólares del Tesoro depositados en el BCRA deben ser tenidos en cuenta porque
son para afrontar los pagos de deuda pública que, según estimaciones privadas,
son en la actualidad casi exiguos hasta tanto llegue el próximo desembolso del
FMI.
Entonces, lo que
hay que monitorear diariamente no es sólo el drenaje vía la caída de
argendólares, sino las reservas que el BCRA utiliza para intervenir en el
mercado de contado. También debe seguirse de cerca el porcentaje de renovación
de las Letras del Tesoro (Letes) porque en el acuerdo con el Fondo se contempló
un rollover del 55% promedio para llegar a fin de año. Si bien
en lo que va de 2019 el Tesoro logró un rollover
promedio superior, se sabe que los dólares no alcanzan para fin de año si se
derrumba el porcentaje de renovación. En caso de emergencia habrá que
ver cómo reacciona el FMI en cuanto a flexibilizar el uso del desembolso para
fortalecimiento de las reservas, que llegó a mediados de 2018.
Por lo tanto, y
como ocurre en cualquier sistema financiero mundial, las reservas del Banco
Central no darían abasto si fueran a buscar dólares, en forma simultánea y
sostenida, los que depositaron dólares en los bancos, los que tienen deuda
pública en dólares y/o en pesos y no quieren renovarla, y los que tiene en su
poder pesos ya sea depositados en los bancos o en sus bolsillos. No hay dólares
para todos y todas.
Si el proceso
electoral transita por carriles normales y no surgen declaraciones temerarias
de parte del oficialismo y ni de la oposición, no deberían esperarse mayores
turbulencias más allá de las lógicas esperadas para un clave año electoral.
Tampoco debe olvidarse que el mercado ajusta por precio.
Fuente: Diario Ámbito Financiero, 28
de agosto de 2019.