Economía
El dólar, la inflación y el
teorema del 4%
Si
la diferencia entre Alberto Fernández y Mauricio Macri supera ese porcentaje (y
se acerca al 42%), los operadores financieros locales y extranjeros entenderán
que la reelección entra en un serio sendero de dudas.
Por Carlos Burgueño
cburgueno@ambito.com.ar
Para el mercado,
el límite es 4%.
Si la diferencia entre Alberto Fernández y Mauricio Macri
supera ese porcentaje (y se acerca al 42%), los operadores financieros locales
y extranjeros entenderán que la reelección entra en un serio sendero de dudas.
Si el porcentaje de diferencia es menor a ese nivel (o si el
candidato opositor no logra superar el 40%), se interpretará que Macri salió en
parte fortalecido y que tendrá algo más de aire para manejar la actual etapa de
la crisis económica y encarar con cierto optimismo el tramo final de la campaña
electoral. De lo que se está seguro en el Gobierno, es que cualquiera sea el
resultado, los que vienen no son tiempos tranquilos; y que, por el contrario,
desde el Banco Central habrá que fortalecer las herramientas de defensa y
ataque para sostener el tipo de cambio dentro de los límites razonables como
para poder sostener una candidatura cambiariamente competitiva.
Entre el
próximo lunes 12 y el viernes 25 de octubre surgirán varios hechos que
determinarán, en parte, la suerte del Gobierno hasta la elección presidencial;
al menos en la primera vuelta: se conocerán los datos de la
inflación del período julio- septiembre del 2019, donde hay
probabilidades ciertas de una mayor presión sobre los precios; difícilmente
haya datos de la economía real que ayuden a los candidatos del oficialismo a
que el votante crea que se vive una reactivación seria y clara. En el primer
caso, deberá resolver el Gobierno si libera (aunque sea en parte) los
precios de los combustibles y de las tarifas de los servicios públicos,
artificialmente contenidos desde mayo pasado; cuando desde el oficialismo se
resolvió comenzar a intervenir en los mercados internos para mejorar las
perspectivas económicas electorales adversas. Se sabe que hubo un pacto de
caballeros entre el Gobierno y las petroleras para que cada vez el incremento
en las naftas sea sólo simbólico y nunca supere el límite crítico del 5%,
porcentaje a partir del cual comienza a reflejarse en los niveles de precios.
En el caso de los servicios públicos, la decisión tomada antes de las Pascuas
fue la de suspender los incrementos en electricidad, gas y agua hasta fin de
diciembre. En promedio, están congeladas subas de entre el 15 y 30%
(dependiendo del servicio), las que en teoría deberían aplicarse sin anestesia
a partir del último mes del 2019. También deberá controlar de cerca el
Gobierno, ya en agosto, si la suba de la cotización del dólar por sobre los $45
comienza a trasladarse a precios. La visión oficial es que la
estructura de costos de la economía argentina está valuada en ese nivel; y que
el alza de las últimas semanas podría traer problemas desde la segunda quincena
del mes.
En el caso de la
economía real, la visión oficial es menos expectante. Las esperanzas están
puestas en que se mantengan los fuertes porcentajes del campo, que la balanza
comercial se sostenga superavitaria en unos u$s1.000 millones mensuales de piso
y en que algún que otro sector comience a acompañar los números azules de la
actividad primaria.
Fuente: Ámbito Financiero, 09 agosto 2019.