Llovía
Llovía
y sus lágrimas caían al ritmo de cada gota de lluvia.
Cada
lágrima era el presente pero representaba el recuerdo del pasado que ya no
debía existir.
Llovía
y ésta vez las lágrimas eran de emoción porque en cada gota de lluvia ella
podía verse reflejada en todo lo vivido y en todo lo construido.
Llovía
y ella quedaba atrapada en cada gota de lluvia que la remontaba al pasado y la
enfrentaba al presente.
Llovía
y ella sabía que algún día la lluvia se iría y el sol la abrazaría para transformar su vida.
Llovía y ella se iba con la lluvia
enredada entre sus gotas y mojada hasta su alma.
María Alejandra Franco