El estallido de la burbuja
Claramente el estallido de la burbuja que infló el Gobierno
con préstamos siderales se confirma. Desde la "crisis cambiaria" -que
no fue tal sino un punto de inflexión- el 25 de abril, las acciones argentinas
en Wall Street caen 40% en promedio. Entretanto, aumentó casi el 30% el
riesgo-país hasta superar los 750 puntos.
Así
las cosas, estallada la venta de autos, pareciera que la próxima a pincharse es
la burbuja de la construcción, entre otras. Con la obra pública seriamente
comprometida, los créditos UVA no hubieran sido tan mal negocio de no ser
porque el precio de los inmuebles va camino de caer fuerte en dólares ya que no
son sostenibles los valores cuando el poder adquisitivo se desploma y la moneda
fuerte sube 120% en un año.
Mientras
que el IBIM de Ferreres & Asociados mostró, en julio, una caída sostenida
de la inversión en general del 6,1% interanual, en Moody's estiman que la caída
de las inversiones y la producción en la construcción sería del 5% del PBI de
2017. Durante julio se vendieron un 17,1% menos de propiedades que en el mismo
mes de 2017. En particular, la cantidad de escrituras con hipoteca totalizaron
46,3% menos que un año antes y va para peor.
Desesperado,
el Gobierno salió a rezarle al FMI para un "ultra salvataje" que es
contraproducente -como viene siendo- porque logra darle más droga al adicto en
lugar de un serio programa de recuperación. Con este "as", Macri dio
un discurso tratando de llevar "confianza": "habló con el
corazón" y el mercado, obviamente, "le respondió con el bolsillo"
y el dólar se desbocó.
Así
como se equivocaron quienes atribuían la suba del dólar a la caída de real
brasileño, yerran quienes dicen que el problema es la pérdida de confianza, es
este un argumento infantil para esconder el problema de fondo. A ver, el núcleo
del mercado no se maneja con expectativas -solo hay especulaciones transitorias
en mercados marginales como las Bolsas de valores- sino con mucha frialdad
sobre datos reales.
El
problema de fondo es que el Estado ha aumentado su parasitismo sobre el sector
privado -succionando vía impuestos, inflación, endeudamiento/tasas altas-
dejándolo cada vez más raquítico. En este contexto de retracción de la demanda,
la base monetaria se está expandiendo a un ritmo del 38% y esta -y no otra
cosa- es la inflación. Sobre esto, el aumento de los encajes y las tasas al 60%
van a provocar una muy fuerte retracción de la demanda y una severa caída en el
PBI que retraerá fuerte la recaudación impositiva.
La
inflación se acelera al punto que Elypsis la estima en el 4% para agosto y así
el 32% de máxima acordada con el FMI no se cumplirá. Desde Ferreres creen que
la inflación de 2018 cerrará en el 36% y, en mi opinión, podría ser bastante
más alta siendo el faltante de productos en supermercados, porque los
proveedores han suspendido las entregas, una señal en ese sentido.
En
su discurso Macri no especificó los montos. Lo más "optimista" sería
que el FMI adelantara los desembolsos del préstamo pactado por u$s50.000 M:
poner los fondos previstos para 2020 y para 2021 a disposición en 2019,
u$s29.000 M que sumados a los u$s21.000 M que ingresarán en 2018, llegarían al
total de lo pactado. Y con esto se cerrarían las necesidades financieras de
2019 aún en el supuesto de renovación nula de Letes, dicen en Hacienda.
Pero
además del tema de las Letes, el más optimista -el Citi- señala que las
necesidades financieras del Gobierno, siempre que se cumpla con la baja del
déficit al 1,3% del PBI, "hasta 2020... se reducen a u$s10.000 M".
"En 2016 y 2017 hubo que salir a financiar 5,1% del PBI en los mercados -y
se necesitaron u$s70.000 M-, esa cifra cae al 2,2% este año, mientras que en
2019 y 2020 se reduce al 1,6% y un 0,3% respectivamente".
Por
su parte, desde Goldman Sachs afirman que "no está claro que sean
suficientes" los desembolsos del FMI, y desde el Santander señalan que las
necesidades de financiamiento para 2019 son de u$s19.600 M. Por cierto, en
Moody's avisa que la devaluación aumenta la deuda en moneda extranjera elevando
el peso total a más del 80% del PBI en 2019.
Ahora,
salvo que Macri gire su política hacia una economía de mercado -cosa difícil
dada su ideología y personalidad- con la recaudación impositiva cayendo, la
inflación en alza y la deuda desbocada no parece tan segura la reducción del
déficit sin implicar la necesidad de un fuerte financiamiento, a pesar de la
insistencia del Gobierno y su compromiso con el FMI, al punto que no sea
necesario algún estadio de renegociación de la deuda estatal.
Por Alejandro Tagliavini
Miembro
del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California
Fuente:
Diario Ámbito Financiero / Economía / viernes 31 de agosto de 2018
http://www.ambito.com/932303-el-estallido-de-la-burbuja