El 5 de
Marzo de 1916 se hundió el barco español Príncipe de Asturias con más de 500
pasajeros.
El buque colisionó a las 4.25 horas en los arrecifes
de la Ponta de Pirabura y en cuestión de minutos se fue a pique.
Vapor
Príncipe de Asturias
El 5 de marzo de
1916, se hundió el vapor Príncipe de Asturias
en aguas de Brasil. Un naufragio que está considerado una suerte de Titanic
español, esto es, una de las peores catástrofes marítimas ocurridas en la
marina mercante española.
El vapor
Príncipe de Asturias era un moderno buque trasatlántico de la
naviera riojana “Pinillos” que realizaba
la travesía Barcelona-Buenos Aires cargado, entre otros, con 20 estatuas de
bronce (regalo de la colonia española de Buenos Aires al pueblo argentino),
40.000 libras esterlinas en oro, 193 tripulantes y 395 pasajeros.
En la madrugada,
más de 500 pasajeros de este buque dieron con sus huesos en el agua sin que hoy
se conozcan claramente los motivos reales del naufragio, ni el número exacto de
muertos.
Todo ello a
pesar de que la tragedia conmocionó a España entera e incluso tuvo eco en el
resto del mundo, que para entonces se desangraba en la Primera Guerra Mundial.
En la madrugada
de esta efeméride, con niebla espesa, fuerte lluvia, mar gruesa y vientos
del sudoeste, el Príncipe de Asturias no pudo
vislumbrar el faro de Punta do Boi
y colisionó a las 4.25h, con los arrecifes de la Ponta de Pirabura.
El choque
desgarró el doble fondo del trasatlántico de proa a popa. Los alojamientos de
la segunda y tercera clase fueron pronto alcanzados por las llamas debido a las
explosiones internas.
Muchos fueron
arrastrados contra las rocas del acantilado de Ilhabela en lo que fue
un
hundimiento fulminante, con menos de diez minutos entre el
choque y el hundimiento.