Uno de los
heterónimos del portugués era en realidad un autor de carne y hueso
Pessoa, la sorpresa del poeta escondido
Como una caja de Pandora, la obra de Pessoa sigue
dando nuevas pistas: José de Jesús Coelho Pacheco fue un poeta cuya obra se
atribuyó erróneamente al portugués durante décadas.
Por Silvina Friera
Hay 25.426 originales de Fernando Pessoa.
La obra de
Fernando Pessoa (1888-1935), a más de 80 años de su muerte, es como una Caja de
Pandora. A diferencia del mítico recipiente de la mitología griega, de las
páginas del poeta portugués no salen todos los males del mundo, sino que
continúan apareciendo sorpresas literarias. La mayor parte de la fama de Pessoa
se construyó de la mano de los heterónimos, término con que designa a distintos
personajes que asume al escribir, como Alberto Caeiro, Bernardo Soares, Ricardo
Reis y Álvaro de Campos; mentes independientes respecto de las cuales el
escritor es una especie de médium. Coelho Pacheco, hasta ahora el más
misterioso de sus heterónimos, era un poeta de carne y hueso, autor de un único
poema conocido, “Para além d’outro océano”, destinado al malogrado tercer
número de la revista Orpheu, de la que se publicaron dos números en marzo y
junio de 1915. En los versos de este poema hay rasgos de las diferentes máscaras
del autor de Mensagem (1934), el primer y único libro que publicó en vida, un
año antes de su muerte: el “paulismo” del ortónimo, el “interseccionismo” de
Campos o el “sensacionismo” del maestro Caeiro.
Muchos críticos
lamentaron que existiera un solo poema de Coelho Pacheco y confiaron en que la
progresiva publicación de los papeles inéditos del poeta portugués permitiría
hallar otros poemas atribuidos a este heterónimo. José de Jesús Coelho Pacheco
fue un poeta cuya obra se atribuyó erróneamente a Pessoa durante décadas. Joven
admirador del autor de Libro del desasosiego, perteneciente al grupo de poetas
reunidos en torno a la revista Orpheu, había nacido en Lisboa el 27 de mayo de
1894. Pronto abandonó las inquietudes literarias para dedicarse al negocio de
la venta de automóviles. Aunque las pruebas definitivas que confirman su
existencia real son relativamente recientes, su baja como miembro de la pléyade
de heterónimos ha sido la crónica de una muerte anunciada. Especialistas en
Pessoa como João Gaspar Simões consideraban a Coelho Pacheco como “figura
episódica” y María Aliete Galhoz lo definió como “heterónimo ocasional”. En el
primer volumen de las Obras del poeta portugués a cargo de Antonio Quadros, el
poema de Pacheco estaba acompañado por una nota al pie de página en la que se
advertía: “No se conoce ninguna otra obra de este sub-heterónimo, habiéndose
aventurado que podría tratarse de una persona real, ya que los Coelho Pacheco
fueron una familia bien conocida en Lisboa”.
¿Por qué el
autor de ese poema no reconoció la autoría y aclaró el malentendido? Coelho
Pacheco murió en 1951, antes de que el poema se publicase como obra de Pessoa.
En 1996 se conoció una carta fechada el 20 de febrero de 1935, firmada por
Coelho Pacheco, en la que felicita a Pessoa por la publicación de Mensagem y
recuerda con nostalgia los tiempos de Orpheu. Poco a poco se desmantelaba el
“falso” heterónimo. En 2007, el artículo dedicado a José Coelho Pacheco en el
Diccionario de Fernando Pessoa e do mondo P Português reconoce por primera vez
como errónea la atribución de “Para além d’outro océano”. A falta de una prueba
irrebatible, por ejemplo un manuscrito original del poema en cuestión de puño y
letra o mecanografiado de Coelho Pacheco, la entrada al diccionario deja la puerta
abierta: “La duda, ciertamente, persistirá siempre”. Pero en 2011 la profesora
Teresa Rita Lopes accedió al manuscrito original del poema firmado por Coelho
Pacheco, hallado por su nieta, Ana Rita Palmeirim, entre los papeles de su
abuelo junto a otros poemas inéditos, muy influidos por la filosofía de Caeiro
y las innovaciones formales del vanguardista Campos.
Pessoa dejó sus
papeles ordenados en sobres o envoltorios debidamente etiquetados; pero ese
orden se fue perdiendo porque esos materiales fueron manipulados por
investigadores y editores. En 1969 se empezó el inventario de ese legado que
arrojó una cifra alucinante: 25.426 originales que, junto con otros documentos,
fueron adquiridos por el Estado de Portugal. En Papeles personales, una antología
publicada por Ediciones Universidad Diego Portales, el poeta y editor chileno
Adán Méndez reflexiona sobre el carácter provisional de lo que ha escrito
Pessoa. “La visión panorámica de la obra sigue siendo, en todo caso, poco
clara, todavía en pleno movimiento y encuadre nebuloso”, plantea Méndez. “Y
dadas sus características materiales es muy posible que no se quede nunca
quieta, porque los saqueadores podemos armar los libros que queramos en base a
un legado hecho de retazos, con lo que prosigue un juego heteronímico en el que
incluso los menores textos encuentran su ocasión de brillar”.
¡Qué le hace una
mancha menos al tigre que es Pessoa! Que a la constelación de máscaras del
poeta portugués haya que restarle una –la de Coelho Pacheco– no implica que disminuya
el efecto que sigue generando ese arcón de papeles en permanente movimiento.
Fuente: diario Página 12 (Domingo 11 de marzo de 2018)
https://www.pagina12.com.ar/100766-pessoa-la-sorpresa-del-poeta-escondido