Psicología
educativa y del desarrollo
Educación emocional
Trece estrategias
muy útiles para los niños
Existen
formas de aprendizaje que potencial la inteligencia emocional de nuestros
hijos.
La educación emocional es clave para el bienestar
presente y futuro de los más pequeños. En las últimas décadas, un concepto ha irrumpido con
fuerza en el campo de la Psicología, tanto en la clínica, laboral, educativa y
deportiva, es la inteligencia
emocional.
Cómo educar en inteligencia emocional
En las
siguientes líneas te proponemos una serie de estrategias y consejos para la
educación emocional en niños.
1. Enseñarle que no siempre puede tener lo que quiera
Uno de los
grandes conflictos con los que los seres humanos nos encontramos frecuentemente
es aprender a dominar nuestros impulsos. La inteligencia emocional es clave
para que aprendamos a gestionarlos; ahora bien, antes es necesario poder
identificarlos.
Por eso
es importante comenzar a enseñarles desde pequeños que no siempre pueden tener lo
que quieren. Por ejemplo, siempre que sea posible es necesario
explicarles las consecuencias de sus acciones. Con este tipo de acciones se
fomenta el autocontrol.
2. Dejar que exprese las emociones
Algunos adultos
creen que los niños son demasiado pequeños para entender ciertas cosas. Pero ya
en edades tempranas debemos confiar en nuestros hijos y permitirles que
se expresen libremente, también sus emociones. Si les damos un espacio
de comodidad para que puedan confiarnos sus sensaciones les estaremos dando un
mensaje positivo que pueden aplicar en otros contextos, por ejemplo, la
escuela.
3. Crear un espacio para el diálogo
No es necesario
tratar a los niños como adultos, pero sí que es necesario fomentar el diálogo,
que aprendan en edades tempranas. Esto es importante para que los niños crezcan
con las habilidades del diálogo necesario para convertirse en personas capaces
de negociar y de llegar a acuerdos con otras personas. En el mundo de
los adultos las relaciones interpersonales son importantes para lograr el
bienestar mental y emocional.
4. Trabajar la empatía
La
empatía, es decir ponerse en el lugar del otro, también es uno de los elementos
más importantes de la inteligencia emocional y, por tanto, debe ser
enseñada cuando los niños son pequeños. Esto es importante también para
asegurarnos que el punto anterior se lleva a cabo, porque así serán capaces de
pactar y acordar de manera democrática. La empatía es clave para que dejen de
lado su egocentrismo.
5. Enseñarle a automotivarse
La
automotivación también es esencial en la inteligencia emocional, pero es
frecuente que muchas personas, ante los fracasos, se vuelven pesimistas.
Hacerle entender que los fracasos son oportunidades para crecer y
estimularlos en este sentido en edades tempranas es esencial para que se
conviertan en personas optimistas.
6. Usa el ejemplo
En ocasiones es
fácil decirle a los demás lo que tenemos que hacer, pero especialmente a la
hora de educar a un hijo, debemos ser un buen ejemplo para él o ella.
Es un punto fundamental, porque los padres son modelos a seguir para sus
hijos, algo que no debemos olvidar. Esta es otra de las claves prácticas de la
educación emocional.
7. Que aprendan la escucha activa
Escuchar no es lo mismo que oír. Podemos oír lo que alguien nos dice pero estar
pensando en nuestro turno de conversación sin que el otro interlocutor haya
acabado el suyo, o podemos escuchar con los cinco sentidos, es decir, escuchar
activamente. Cuando alguien se comunica con nosotros no solo expresa lo que
dice en palabras, sino que también habla su lenguaje no verbal y sus emociones.
Prestar atención a esto es clave para comunicarnos plenamente con otros
individuos.
8. Ponle ejemplos para solucionar sus
problemas
Desarrollar la capacidad de solución de problemas es necesario para
adaptarse al entorno cambiante en el que nos encontramos. Ya no solo
los niños, sino los adultos también se ven superados por las emociones
negativas. Si les ponemos ejemplos a los niños, es más fácil que aprendan a
gestionar sus emociones y los conflictos que les rodean.
9. Autoconocimiento emocional
El primer paso para poder convertirse en una persona emocionalmente
inteligente es conocer las propias emociones y etiquetarlas. Para ello,
es posible realizar diferentes ejercicios como, por ejemplo, el diario
emocional. En el que pueden escribir cómo se han sentido a lo largo del día y
así reflexionar sobre la experiencia. Es importante que el
10. Cuentos
El uso de cuentos es una alternativa ideal para que los pequeños puedan
incrementar su inteligencia emocional, algo que va a influir positivamente en
su bienestar. En el mercado existen diferentes cuentos para que los niños
desarrollen la inteligencia emocional. Los adultos, por su parte, pueden
leer alguno de los libros que aparecen en la lista de nuestro artículo “10
libros sobre inteligencia emocional que necesitas leer”.
11. Videos
Los libros son una estrategia interesante para educar emocionalmente a los
pequeños; sin embargo, otro recurso educativo en este sentido es emplear
contenido audiovisual, que es entretenido y a la vez formativo.
12. Felicítalo y resalta los aspectos
positivos de su aprendizaje
El refuerzo positivo es una de las formas más comunes de enseñanza, pero también
es altamente efectiva, especialmente en estas edades. Siempre que el niño haga
bien algo que esté relacionado con la educación emocional, puedes reforzarle su
acción, para que comprenda que lo que ha hecho está bien y reflexione sobre
ello.
13. Ejercicios
Muchos expertos consideran que la educación emocional debería ser
obligatoria en los centros educativos, puesto que las emociones son una parte importante de
nuestra vida y afectan a nuestro comportamiento y nuestro estado emocional. Si
deseas conocer algunas actividades prácticas para educar emocionalmente a los
más pequeños, en nuestro artículo “8 actividades para trabajar las emociones”
puedes encontrar una gran selección de ejercicios.
por Juan Armando Corbin*
*
Licenciado en Psicología por la
Universidad de Buenos Aires. Máster en Recursos humanos y experto en
comunicación empresarial y coaching. Posgrado en Nutrición y Alimentación
Sanitaria y Social por la UOC. Especialmente interesado en el bienestar y el
deporte.
Fuente: Psicología y mente