LAS12
Las mujeres
hacen más porque los varones hacen menos
Diferencias de género a la hora de
barrer, limpiar y cocinar
TRABAJO
Las mujeres dedican más de cuatro horas semanales por sobre los varones a la
limpieza del hogar, lo que representa casi 20 horas al mes, según un estudio de
Opinaia. Las diferencias de género a la hora de barrer, limpiar y cocinar
quitan tiempo para disfrutar, estudiar, descansar, trabajar y hacer deportes,
entre otras cosas. Por supuesto, a mayor dificultad, mayor diferencia de
género. Limpiar el baño, por ejemplo, es la tarea más dejada en manos de las
chicas de la casa. ¿La igualdad? Mal, gracias.
Por Luciana Peker
En cuatro horas
podés ver una serie, hacer un postgrado, terminar una biblioteca en taller de
carpintería, leer un libro, correr, arreglar la moto, hacer changas, trabajar,
tuitear, tomar una cerveza con tus amigas, tener sexo, patinar con tu hija,
tejer, dormir, escuchar música, escribir, mirar Instagram, merendar en un bar a
cielo abierto, tomar clases de boxeo, retomar clases de yoga o poner una mesa
de metegol en el living. Sin embargo, todo el goce se diluye en esas cuatro
horas que no son dedicadas a disfrutar, pavear, ejercitarse o charlar, sino en
realizar tareas domésticas. El peso no es solo el peso de fregar platos o
limpiar el vómito de les hijes sobre el piso (¿por qué nunca llegan al baño?),
preparar la cena todas las noches con lo que hay (o no hay y es cada vez más
caro), lavar la ropa o descolgarla cuando llueve. El mayor peso es que la
balanza está desbalanceada: las mujeres hacen más porque los varones hacen
menos. Las mujeres cumplen más porque los varones disfrutan más. Las mujeres
disfrutan menos porque los varones cumplen menos. Y así. Grrrrrrr.
La injusticia no
se barre debajo de la mesa. Aquí están, estos son, los datos para la revolución
doméstica: en siete de cada diez hogares donde conviven parejas ellas se hacen
cargo de las tareas domésticas y le dedican cuatro horas semanales más que sus
maridos, novios, amigos con derechos (pero sin obligaciones de limpieza) o
concubinos, según un estudio de Opinaia, realizado en diciembre del 2018 y
difundido el 21 de marzo del 2019, que resalta una verdad que no necesita ser
trapeada para que quede clara: las principales responsables de la limpieza del
hogar son mujeres. Y solo el 37 por ciento de los hombres realiza estas tareas
a diario. Cuentas claras no conservan la amistad: por lo tanto el 63 por ciento
no lava, plancha, revisa cuadernos, baña o hace las compras (con el estrés
adicional de la crisis, la inflación y el aumento del dólar).
En un ranking
mundial de pasarle el dedo al polvo para ver quién le dedica más horas a la
limpieza los argentinos son los que más tiempo invierten en la limpieza del
hogar, según un informe de Global Home Index de 2017. Pero, en realidad, no son
los argentinos. Y no por una cuestión de lenguaje inclusivo, sino por la
exclusión de la democracia hogareña. La brecha de género se hace sentir. Al
ritmo de la industria japonesa del orden hay una gran valorización de la
limpieza con la ropa sucia afuera, los placardes acomodados según el invierno y
el verano (aunque el tiempo esté desacomodado) y los platos guardados antes de
volver a trabajar y encontrar restos de arqueología gastronómica. El 97 por
ciento de los encuestados afirma que la limpieza del hogar es importante; el 72
por ciento que la calidad de vida está relacionada con la limpieza y el 71 por
ciento que duermen mejor si no hay migas en la cama o las toallas están
colgadas del perchero en el baño (y no tiradas en el piso). Además, la vida
social influye en la aspiradora o al revés, a más aspiradora, más risas
compartidas. Pero en el estudio dicen que en el 50 por ciento de los hogares
muy limpios sus dueños/as o locataries reciben visitas de parientes y amigues.
El problema es quién pase la escoba, lave el mantel con el vino derramado o va
a comprar el queso para picar antes de la cena. En promedio las mujeres dedican
cuatro horas semanales más que los varones en la limpieza del hogar. El 70 por
ciento de las mujeres realiza siete o más tareas de limpieza del hogar (otra
que Blancanieves y los siete enanitos, estas son las siete tareas nada
pequeñas) por semana, mientras que sólo el 46 por ciento de los hombres llega a
esa misma cifra. El 50 por ciento de las mujeres realiza tareas de limpieza
hogareña a diario, mientras que sólo el 37 por ciento de los hombres limpia
diariamente.
Otras cifras de
la radiografía sobre tareas domésticas de Opinaia es que el 50 por ciento de
las mujeres realiza tareas de limpieza hogareña a diario (limpiar los baños,
lavar los platos, lavar la ropa y limpiar la cocina), mientras que sólo el 37
por ciento de los hombres limpia rutinariamente. Pero, por supuesto, ir a
buscar cerveza o bajar al chino tiene más adeptos que fregar las cacerolas con
virulana o darle al inodoro con la escobilla. “En las tareas de limpieza
consideradas las más importantes o dificultosas, la brecha de trabajo es mayor:
limpiar los baños presenta una brecha de 24 puntos, mientras que limpiar los
pisos y la cocina presentan una brecha de 19 y 18 puntos respectivamente. En
promedio se observó que las mujeres dedican casi 13 horas semanales a realizar
tareas de limpieza del hogar, mientras que los hombres apenas superan las 8
horas por semana. Las mujeres dedican más de 4 horas semanales por sobre los
varones a la limpieza del hogar, lo que representa casi 20 horas al mes”,
destaca la investigación.
Además, en el 73
por ciento de los hogares las mujeres se hacen cargo mayormente de las tareas
de limpieza del hogar. Al analizar la brecha en la realización de las diversas
actividades, se encuentra que por cada 100 mujeres que efectivamente realizan
las tareas, sólo 66 hombres limpian el baño, 67 lavan la ropa, 69 limpian los
muebles, 72 pasan un trapo al piso, 74 planchan la ropa, 74 dejan sin restos de
comida la cocina, 79 barren o sacan las migas de la casa, 81 limpian la
heladera y 81 lavan los platos.
En el término de
una semana el 92 por ciento de las mujeres lava la ropa (mientras que solo
prende el lavarropas el 68 por ciento de los hombres); el 86 por ciento de las
mujeres limpia los baños (el 62 por ciento se anima a enfrentar el inodoro, el
bidet y la bañera); el 85 por ciento de las mujeres limpia los pisos contra un
66 por ciento de los hombres y el 91 por ciento de las mujeres también realiza
tareas de limpieza de la cocina frente a un 73 por ciento de los hombres que
pasa un limpiador por la hornalla o la parte de arriba del microondas.
El estudio cita
el libro Economía Feminista, de la doctora en Economía Mercedes D’Alessandro
que plantea que las tareas domésticas son imprescindibles pero suelen ser menos
valoradas social y económicamente que el trabajo pago. Esta diferencia de
apreciación genera una de las mayores fuentes de desigualdad entre varones y
mujeres: al ser ellas quienes tradicionalmente dedican más esfuerzo a esto
disponen de menos tiempo para estudiar, formarse y trabajar fuera del hogar.
Fuente: Página 12, 26 de abril de 2019.
Economía Feminista
Mercedes D’Alessandro