Definición
La pobreza es la situación de no poder,
por falta de recursos, satisfacer las necesidades físicas y psíquicas básicas
de una vida digna (1), como la alimentación, la vivienda, la educación, la asistencia
sanitaria, el agua potable o la electricidad. La pobreza puede afectar a una
persona, a un grupo de personas o a toda una región geográfica.
También se
suelen considerar pobreza las situaciones en que la falta de medios económicos
impide acceder a tales recursos. Situaciones como el desempleo, la falta de
ingresos o un nivel bajo de los mismos.
Asimismo la
pobreza puede ser el resultado de procesos de exclusión social, segregación
social o marginación (de manera inversa, el que una persona se vuelva pobre
también puede conducirla a la marginación). En muchos países del tercer mundo,
la pobreza se presenta cuando no es posible cubrir las necesidades incluidas en
la canasta básica de alimentos o se dan problemas de subdesarrollo. (2)
Pobreza Cero
El enriquecimiento económico desmedido
de unas pocas personas a costa del empobrecimiento de millones de personas es
intolerable, inmoral, inhumano, indigno. Es una desigualdad ocasionada por la
riqueza obscena. Y la ocasión para hacer que nuestra voz se escuche alto y
claro está a la vuelta de la esquina. El 17 de octubre es el “Día Internacional
para la Erradicación de la Pobreza”, y como todos los años tenemos que salir a
la calle para exigir al gobierno que se comprometa a poner en marcha medidas
para acabar con la desigualdad obscena.(3)
Concienciar
a la comunidad en la perspectiva de la desigualdad y la injusticia.
Comunicar en la opinión pública en la coyuntura
que representan los objetivos de desarrollo sostenible.
Activar corrientes de opinión e influencia
al cumplimiento de los derechos humanos.
Contribuir
en las políticas de apoyo y colaboración.
Objetivos de Desarrollo Sostenible
“La Asamblea de Naciones Unidas acaba de aprobar en
Nueva York una nueva agenda internacional de desarrollo que marcará el
itinerario y los objetivos de trabajo de los próximos 15 años para afrontar las
grandes problemáticas que se viven actualmente en el mundo. Ampliar el alcance
de los anteriores Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), generar una propuesta
más participativa y con mayor implicación de las distintas regiones, así como
establecer una agenda universal que pueda diferenciar los indicadores, según
las características de cada país o territorio, son algunos de los retos que se
encuentran encima de la mesa de cara a la ejecución de los nuevos 17 Objetivos
de Desarrollo Sostenibles (ODS)”.
Los expertos en latín conocen bien el significado de
la palabra agenda. Agenda significa “cosas que se han de hacer”. Y eso es lo
que la agenda post-2015 significa para todas las organizaciones que integramos Pobreza
Cero, un movimiento organizado por la Coordinadora de ONG para el
Desarrollo España: “cosas que se han de hacer”.
Son diecisiete los objetivos de desarrollo sostenible:
1-Poner fin a la pobreza.
2-Hambre cero.
3-Buena salud.
4-Educación de calidad.
5-Igualdad de género.
6-Agua limpia y saneamiento.
7-Energía asequible y sostenible.
8-Trabajo decente y crecimiento económico.
9-Industria, innovación, infraestructura.
10-Reducir inequidades.
11-Ciudades y comunidades sostenibles.
12-Consumo responsable y producción.
13-Acción climática.
14-Vida marina.
15-Vida en la tierra.
16-Paz, justicia e instituciones fuertes.
17-Alianzas para los objetivos.
En comparación con los Objetivos del Milenio, los
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) suponen ampliar el alcance de la
agenda internacional del desarrollo e incluir plenamente el cuidado de la casa
común. Necesitamos un desarrollo humano, sostenible e integral. Es urgente
tomar medidas contra el cambio climático y sus efectos. Nuestro mundo no
aguanta un súper desarrollo derrochador y consumista. Necesitamos un mundo
sostenible, justo y seguro para todos. Nuestro mundo no necesita más producción
sino más justicia.
La agenda internacional de desarrollo implica, en
primer lugar, a las autoridades políticas. Son ellas quienes deben asumir la
responsabilidad de poner a la persona en el centro y el fin de toda la
vida económica y social. La participación y la transparencia deben ser
características fundamentales de la acción pública en todo el globo. Los ODS
apuntan a reducir inequidades y desigualdades no solo entre los países sino
dentro de cada país. Necesitamos políticas ambiciosas para materializar la
Agenda de trabajo. Los acuerdos comerciales no pueden ser un torpedo en la
línea de flotación de los nuevos objetivos.
La Agenda implica también a todas nuestras
organizaciones. Debemos ser actores y socios críticos para implementarla. Los
ODS nos requieren a repensar cómo construimos el desarrollo. Estamos llamados a
ser creadores e innovadores. La Agenda nos invita a estar atentos a la
realidad, a sostener una mirada compasiva con quienes sufren y a desarrollar
acciones que atiendan a las causas estructurales y sistémicas de la pobreza.
Disminuir la desigualdad es una prioridad en el combate contra la pobreza
extrema. Erradicar la pobreza y el hambre supone luchar por el derecho a la
alimentación, por la seguridad alimentaria y por la mejora en la nutrición.
La educación nos implica en el camino que debemos
transitar para hacer realidad todos los ODS. La lucha por la igualdad de género
es la lucha por el progreso de toda la humanidad. Las mujeres son clave para
lograr los objetivos de la Agenda. No podemos dejar a nadie atrás.
La mirada de nuestras organizaciones no se puede
limitar a los objetivos aprobados. No podemos olvidar las propuestas nuestras
que se han olvidado, como el fin de los paraísos fiscales y la imposición a las
transacciones financieras internacionales. Sabemos que caminamos hacia una
comunidad humana y debemos estrechar nuestros vínculos con organizaciones
populares en aras de esa globalización de la solidaridad.
En este camino las tres generaciones de derechos humanos
son irrenunciables. Los ODS son un plan de acción universal para los derechos.
Sin libertades civiles y políticas no hay democracia. La segunda generación de
derechos económicos, sociales y culturales se debe universalizar en aras del
trabajo decente en todo el globo: el fin del trabajo infantil, de la trata, de
la precariedad y del trabajo sin derechos deben ser una prioridad. Por último,
los derechos de la tercera generación, la paz, el desarme y el cuidado de la
casa común, son un imperativo moral para la acción.
La Agenda implica a las empresas y sindicatos, al
conjunto de agentes sociales, que deben ser una fuerza positiva para conseguir
los objetivos de desarrollo sostenible. Los agentes tienen un papel fundamental
en la lucha contra la corrupción, en el cuidado de la naturaleza, en la
promoción del trabajo decente y en el cumplimiento de nuestros deberes
públicos.(4)
Fuentes
1)- Carreras,
Ignacio (10 de junio de 2001). «El derecho a una vida digna». El País
(Grupo Prisa).
2)- Agudo,
Alejandra. «Menos pobres, pero más vulnerables. El PNUD alerta del peligro de
una marcha atrás en los avances en la lucha contra la pobreza.». El País
4)- https://www.juspax-es.org/products/pobreza-cero-y-objetivos-de-desarrollo-sostenible/