La corrupción atraviesa la forma de
vida de los pueblos
La corrupción es uno de
los problemas que aquejan y preocupan a los argentinos. Esto tiene que ver con
la multiplicidad de hechos que ocurren en la sociedad y que involucra a
cualquier ciudadano que detenta una cuota de poder, no importa cuán de
importante es la persona, ya que cuando hablamos de corruptos de menor a mayor
podríamos decir que un agente de tránsito que exige la entrega de una suma
dineraria para no labrar una acta de infracción de tránsito, es un acto de
corrupción, más allá de la figura penal que pueda caberle a ese funcionario
público.
Rodolfo E. Brizuela (El Chango) Ex juez de
Menores
Partiendo de ese
ejemplo que sería lo mínimo, pero que en realidad es de gravedad profunda,
nuestra sociedad se encuentra desde hace décadas con hechos que tienen que ver
con la corrupción, pero ya en niveles de poder más importantes, y es así que
los ciudadanos de a pie fuimos tomando conciencia de los hechos de corrupción
que al margen de saber que hay actos corruptos, comenzamos a tomar conocimiento
de los diferentes hechos que en definitiva perjudican a la sociedad.
Desde el retorno
a la democracia, hemos escuchado de diferentes hechos de corrupción y así
recibimos información que se emitía por diversos medios de comunicación donde
daban cuenta de situaciones anómalas de distintos personajes que mostraban un
cambio de vida social y ello a partir del acceso a puestos de poder. Esa
modificación del rol en la sociedad, se fue notando en el poder adquisitivo de
esas personas, el paso brusco de una manera de vivir a otra donde se requiere
muchos más recursos económicos para mantener ese nivel.
La ciudadanía
pudo vivenciar como fueron cambiando los paradigmas culturales que nos legaron
nuestros abuelos, desde donde se nos inculcaba que para progresar había que
estudiar y trabajar. Pero comenzó a tornarse difícil mantener esos paradigmas
como una manera de enseñanza a los hijos, porque comenzamos a ver que los
ejemplos que tenían que ir de arriba hacia abajo no funcionaban y lo peor,
observamos que los que contaban con una mínima cuota de poder y de allí para
arriba utilizando ese poder se enriquecían y la distorsión de los valores se
transformó en un común denominador.
La corrupción
atraviesa todos los estamentos sociales y con ella está emparentado el delito
en sus múltiples expresiones, tráfico de drogas, tráfico de personas, tráfico
de armas, tráfico de influencias, malversación de fondos públicos,
enriquecimientos ilícito, lavado de activos financieros, etc, etc, etc., y a
partir de allí otro concepto que la sociedad aprendió a utilizar y criticar que
es impunidad.
Hemos visto
dirigentes que llegaron a sus puestos de trabajo con un caudal mínimo de bienes
pero a poco de desarrollar sus actividades, vemos que todo cambia en el mundo
que los rodea, su nivel de vida cambia y crece de manera inversa al crecimiento
de un trabajador común y siempre el silencio social terminó siendo una especie
de cómplice al no exigir rendición de cuentas. Muchos políticos aumentaron no
solo su poder, sino que proporcionalmente con el mismo acrecentaron su
patrimonio, también ocurrió lo mismo con dirigentes sindicales, con dirigentes
deportivos y con dirigentes empresariales que haciendo negocios non santos se
enriquecieron de manera desproporcionada.
El paradigma del
silencio parece haber perdido vigencia en razón de haberse iniciado entre
comillas todo un proceso institucional de investigación de hechos que tienen
que ver con la corrupción. No podemos pecar de inocencia, sino reconocemos que
el silencio y el mirar para un costado por parte de Poder Judicial, ayudaron a
que todo fuera creciendo hasta ser casi incontrolable. No es inocente trabajo
judicial lo que hoy presenciamos de investigaciones a dirigentes políticos,
gremiales y hasta referentes de las fuerzas de seguridad, con procesos
judiciales estruendosos donde por momentos nos llevan a pensar que hay una
sobreactuación en la justicia y se genera una corriente de opinión negativa
para esos dirigentes.
Las políticas de
estado que pergeñaron los dirigentes ayudaron a conductas que mostraron la peor
cara de la corrupción, así vemos hoy dirigentes políticos y sociales sometidos
a procesos a consecuencia del manejo indiscriminado de fondos públicos y de
enriquecimientos inexplicables de sus patrimonios. Es necesario entonces
modificar el paradigma cultural que nos llevó a sostener casi religiosamente el
silencio que terminó siendo cómplice de los que violaron las reglas normales de
convivencia.
A lo largo y
ancho del país, pudimos observar funcionarios policiales que nunca fueron
mayoría, pero que se relacionaron con grupos delictuales de narcotráfico, juego
clandestino, tráfico de personas conformando asociaciones ilícitas protegidas
por el manto de la impunidad que les daba su jerarquía de poder. Dirigentes
sindicales que de ser simples trabajadores se convirtieron en poderosos
dirigentes que se enriquecieron de manera nada clara, debiendo hoy dar
explicaciones en la justicia. Dirigentes políticos y empresarios que también
deben explicar su accionar y sus manejos que los llevaron a enriquecerse de
manera desmedida, también dirigentes sociales que amparados en la sombra de
organizaciones sociales o de fundaciones, manejaron de manera totalmente
desprolija los capitales asignados por el Estado, y que hoy la justicia trata
de verificar sino había detrás de ello la figura delictual de defraudación.
El actual
gobierno tras aprobar la reforma previsional que generó una gran polémica y
tras continuar con la política de ajuste de las tarifas a partir del 1° de
febrero ganó una pérdida importante de la imagen presidencial y el Sr.
Presidente presenta un plan de reducción del gasto político del Poder Ejecutivo
de la nación, manifestando que el ajuste le llegó a la política, dejando en
claro que no puede haber en el ámbito del gobierno nacional trabajando
familiares de los ministros o demás funcionarios y resulta que hay muchos
familiares de Ministros y otros funcionarios trabajando en el área del poder
ejecutivo nacional.
Esto lleva a
preguntar, los familiares de los ministros y secretarios que dejan la órbita
del Poder Ejecutivo Nacional por la medida anunciada por el Sr. Presidente,
vuelven a su casa o a la actividad privada o serán reubicados en la órbita del
gobierno de la ciudad o de alguna de las provincias manejadas por el partido
gobernante?. Más allá de todas las explicaciones que puedan darse, no hay dudas
que se está procurando un cambio y el presidente dijo que se procura la
transparencia pero me parece que la medida tomada obedece a tratar de limpiar
la imagen negativa del presidente y esto de nombrar a los parientes en el
gobierno cuando uno es parte del gobierno, también entra en el marco de la
corrupción.
La corrupción,
genera víctimas y victimarios, las primeras son las personas que padecen la
falta de cobertura de salud, los que ven perder a su familia por la droga, los
que terminan siendo explotados, los que pierden la esperanza de vivir en un
país mejor y los segundos son los que ingresaron en un circuito que dejaron de
lado el orden institucional y conviven con el delito en la creencia que tienen
un marco de impunidad. La Justicia debe poner orden, pero es necesaria una
justicia creíble, para que los pueblos pierdan el miedo luchar contra
corrupción.
Fuente: Diario NCO (05-02-2018) https://www.diarionco.com.ar/matanza/la-corrupcion-atraviesa-la-forma-de-vida-de-los-pueblos/