LA LEYENDA
DEL TORDO
Cuenta la
leyenda que hace muchísimos años los pájaros del mundo decidieron reunirse para
tratar de intercambiar ideas y aprender a construir
sus nidos.
Todas las aves aceptaron esta invitación tan importante y
necesaria para vivir cómodamente y cuidar mejor de sus pequeños hijos.
Pero una vizcacha que no entendía el motivo de la reunión
y que estaba ofendida por no haber sido invitada, decidió realizar una fiesta
en su cueva justo el día en que iban a enseñar a construir los nidos.
Envió invitación a todos los pájaros y, para que fuera bien tentadora, les anunció que se trataba de un nutrido y exquisito banquete.
Envió invitación a todos los pájaros y, para que fuera bien tentadora, les anunció que se trataba de un nutrido y exquisito banquete.
Sólo el tordo y su compañera aceptaron asistir.
Muy puntualmente ambos se presentaron a la fiesta y allí,
luego de intercambiar saludos, comenzaron a comer y beber durante horas,
charlando y riendo a gusto con la vizcacha y su familia.
Finalizado el festín, el tordo y su esposa se despidieron
muy agradecidos y alzaron vuelo lentamente, pesados de tanto comer.
Pero a medida que revoloteaban alrededor de los bosques y
arboledas, vieron con gran sorpresa que las ramas sostenían muchos y variados
nidos. Contemplaron asombrados hermosos tejidos de ramas, pajas y hojas que
lucían como bellas casitas dispuestas a recibir los huevecillos de aladas
familias.
Es así como el tordo, haragán y despreocupado, se sintió
avergonzado por haberse quedado sin aprender a edificar su propia casa.
Desde entonces, muchas veces la hembra deja sus huevos en
nidos ajenos y otras aves bondadosas terminan empollando y adoptando sus crías.
Hoy se lo conoce como “el pájaro sin nido”.
María Teresa Carreras de Migliozzi
Fuente: https://www.facebook.com/photo.php?fbid=2143015225977961&set=a.1374245809521577.1073741828.100008085120059&type=3&theater