domingo, 5 de febrero de 2017

Cultura & Teatro "El Hombre Inexistente" de David Amitín

Un Chéjov con acento argentino
El director argentino David Amitín estrena en la sala El Umbral de Primavera El hombre inexistente, una ácida comedia basada en textos de Chéjov.
Elenco de la obra El hombre inexistente
Este febrero promete ser el mes de Argentina en la capital española. Al importante desembarco artístico que se producirá desde el día 22 en el marco de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo ARCOmadrid, donde la república sudamericana ejerce de país invitado con la presencia de 12 galerías, se unen otras iniciativas como el Ciclo de Teatro Argentino que celebra desde enero la sala El Umbral de Primavera y que presenta esta tarde uno de sus platos fuertes, El hombre inexistente, del director y dramaturgo David Amitín.
Residente en Madrid desde principios del los 2000, Amitín basa su obra en el cuento de Antón Chéjov El hombre enfundado, "una historia muy poco conocida que presenta un personaje originalísimo y una peripecia de vida muy singular, un hombre que no se parece a ningún otro y cuya historia sorprende en todo momento.", explica el argentino. Ese hombre es Platón, un excéntrico profesor de griego que tiene aterrorizado a todos sus compañeros y vecinos. Es un personaje singular que prácticamente no habla con nadie, parece aislado del mundo, y tiene una constante e irresistible inclinación a cubrirse con algo que lo proteja de cualquier influencia exterior. "Su mundo no es el de esta realidad, para él no existen los amigos, las mujeres, la familia o el placer. Encerrado en su rigidez, Platón nos hace ver el absurdo de su existencia y en cierta forma el de toda existencia".
La historia se complica cuando aparece Fedora, la hermana de un nuevo profesor nada comedido (Archibaldo) que se incorpora al colegio. Entonces todos los vecinos y compañeros deciden que hay que casar a Platón... y ahí comienzan las desgracias del protagonista. La estructura narrativa es libre, por momentos la acción se desarrolla exclusivamente entre los personajes, en otros momentos se interpela al público. El humor alterna con la exasperación y el patetismo con la ternura. Este espectáculo, en el límite del teatro absurdo, cuenta con "un lenguaje teatral para ser decididamente inventado con los actores, ya que el texto hace una apelación constante al imaginario actoral", explica Amitín.
"He cambiado el título, los nombres de los personajes, he incluido situaciones que no existían en el cuento, y lo he llevado a una especie de tierra de nadie, con lo cual podría suceder en cualquier lugar de Europa", reconoce Amitín. Pero a pesar de los cambios, la obra es puro Chéjov y aborda en tono de comedia, muy cercana a la farsa, algunos de los temas más habituales del escritor ruso: la hipocresía, la rigidez, el tedio, la crueldad, el chismorreo y la mediocridad. El elenco está formado por siete actores: Bernardo Riaza, Juan Rueda, Iván Mínguez, Beatriz Pasamón, Serigo de Lucas, Ernesto Sierra y Verónica Bardera.
Tráiler de espectáculo: El hombre inexistente
Amitín resulta conocido por su extensa trayectoria internacional en países europeos como Bélgica, Alemania, Austria o España, en la que ha montado textos de grandes autores como Shakespeare, Büchner, Beckett, Dostoievski, Strindberg, o Ibsen, pero su trabajo también ha tenido un amplio desarrollo en Buenos Aires. En 2005, decide crear su propia compañía en Madrid, concebida como plataforma de creación y experimentación teatral, por lo que es un buen conocedor de ambas escenas.
Sobre el teatro argentino de los últimos tiempos, asegura que "hubo una crisis importante en 2001, cuando sucedió lo del "corralito". Como respuesta a eso los teatros off se extendieron y se desató una actividad muy importante. Se abrieron muchas salas nuevas, en algunos casos se trataba de simples espacios de Escuelas de Teatro los que, los fines de semana, funcionaban como pequeñas salas". En este sentido, recalca que en comparación con España, "las condiciones técnicas son muy exiguas, no hay posibilidad de escenografías o iluminación, básicamente son espectáculos de actores", pero asegura que precisamente por ello, "le aportan una gran vivacidad a la escena teatral de Buenos Aires en este momento".
En cuanto a la comunicación existente entre la escena española y la argentina, Amitín considera que es una relación un poco hipertrofiada, pues "en Argentina existe una enorme admiración por el teatro de Lorca y el de Valle-Inclán y las obras de estos dos autores se representan muy a menudo. También los clásicos del Siglo de Oro español se representan en los teatros oficiales, nacionales y municipales". Pero asegura que en sentido inverso, "el teatro argentino es muy poco conocido en España. Mencionaría especialmente el caso de Griselda Gambaro, una extraordinaria autora cuyos títulos más importantes no se han representado en España". Aunque tampoco los autores contemporáneos españoles son especialmente abordados allende el océano, "tienen menos aceptación y sus obras se dan raramente y casi siempre en el circuito del off".
Potenciar el conocimiento del teatro argentino en nuestro país es el sentido del Ciclo de teatro que monta la sala El Umbral de Primavera, que este mes de febrero acoge también las obras Mala praxis, de Lisandro Fiks (11 y 18), que habla de la tendencia que tenemos a buscar culpables para todo, alguien a quien hacer responsable de nuestras desgracias; y La lechera, una obra de Carlos Correa que narra la historia de dos gauchos en permanente disputa que pelean por una vaca que decide desaparecer y abstraerse del conflicto.
Esta última obra podrá verse únicamente el día 25, pues llega a Madrid unos días antes con motivo del citado festival ARCO, que este año incluye en su programación un ciclo de teatro. Algo, que a Amitín le parece más que pertinente, pues afirma el director que "el arte y el teatro han ido de la mano siempre a lo largo de la historia, sobre todo a partir de comienzos del siglo XX. El surrealismo, el expresionismo y varios de los movimientos de ruptura en la pintura tuvieron sus ecos y equivalentes en el ámbito del teatro con el expresionismo alemán, el surrealismo de Jarry o el Teatro del Absurdo en Ionesco, Beckett y Adamov".
ANDRÉS SEOANE
Fuente: El Cultural (03-02-2017)
http://www.elcultural.com/noticias/escenarios/Un-Chejov-con-acento-argentino/10397