En América Latina
El
presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, durante su discurso
de
celebración en el Zócalo de Ciudad de México, el 1 de julio de 2018.
Alfredo
Estrella/ Agence France-Presse — Getty Images
Andrés Manuel López Obrador, candidato de la izquierda, será el próximo
presidente de México.
Según el conteo preliminar del Instituto Nacional Electoral, López Obrador
ganaría con el 53 por ciento de los votos, una cifra mayor que la de cualquier
presidente en la historia democrática del país.
Es la tercera vez que AMLO, un político personalista de 64 años, se postula
a la presidencia de México, y obtuvo un triunfo aplastante de la mano de una
coalición extraña, para muchos contradictoria —incluye sindicatos, agrupaciones
religiosas de derecha, sectores tradicionales de izquierda— tras una campaña
atravesada por la guerra
sucia y el asesinato de políticos locales. El hastío por la violencia y la corrupción
desenfrenadas en el país llevaron a la ciudadanía a castigar al partido
gobernante con el voto, pero también la movió la ilusión por un líder que ha hecho de la lucha contra la corrupción y la
pobreza ejes de su carrera política.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI), que durante más de setenta
años tuvo un predominio político casi absoluto en el país, colapsó
de forma estrepitosa en las elecciones: apenas entre un 15 y un 16 por ciento
del electorado votó por el candidato del oficialismo. “Voy a ser honesto: Fui
del PRI toda mi vida, pero es tiempo de cambiar, es momento de ir con López
Obrador y ver qué pasa”, dijo Juan de Dios Rodríguez, un campesino de 70 años
que admitió que por primera vez votó por otro partido.
“El Estado dejará de ser un comité al servicio de una minoría y
representará a todos los mexicanos”, dijo anoche López Obrador frente a miles
de ciudadanos que festejaban su victoria en el Zócalo de la capital mexicana,
“a ricos y pobres, a pobladores del campo y de la ciudad, a migrantes, a
creyentes, y no creyentes, a seres humanos de todas las corrientes de
pensamiento y de todas las preferencias sexuales”. Frente a él, una multitud
festejaba en la plaza empujada por aquello que durante toda la jornada
electoral se percibía en el aire: una esperanza de cambio.
Opinión
“Si [López Obrador] respeta y fortalece la vida institucional,
dará un ejemplo de liderazgo ético y democrático. México lo merece. El mundo lo
merece. Ambos lo necesitan”.
El
historiador Enrique Krauze, quien se reconoce como un persistente crítico de
Andrés Manuel López Obrador, escribe en Opinión que su victoria puede hacer que
México se convierta en el emblema de un desarrollo con paz y justicia social,
conquistado no por métodos autoritarios, sino en el marco de un moderno Estado
de derecho, respetuoso de las instituciones civiles, las leyes y las libertades.
Fuente: The New York Times / Español / 2 de julio de
2018.