SOCIEDAD
El proyecto está liderado por el Investigador Superior del Conicet Hugo Luján
Coronavirus: científicos cordobeses trabajan en una vacuna oral
“Estamos en fase preclínica pero vamos bien. Los resultados son auspiciosos", señaló el especialista que lidera el proyecto.
Por Pablo Esteban
Un equipo cordobés trabaja en una vacuna oral para la covid-19. El proyecto, liderado por el Investigador Superior del Conicet Hugo Luján, se halla en fase preclínica ya que la fórmula está siendo probada en ratones. A pesar de que, gracias a sus características, se ofrece como una oportunidad promisoria, todavía resta un largo trecho para que inicien los ensayos clínicos en humanos. La semana pasada conversó con una radio FM y el diálogo fue titulado “Argentina ya tiene la vacuna oral del covid-19 y no se la tiene en cuenta”. Con el título explosivo, la noticia falsa se viralizó por redes sociales: solo en Facebook fue compartida más de 30 mil veces y recibió miles de comentarios. Despejado el error, el referente del Centro de Investigación y Desarrollo en Inmunología y Enfermedades Infecciosas (Cidie) de la Universidad Católica de Córdoba, narra los detalles de su trabajo.
Fase preclínica
En el mundo hay más de 170 proyectos de vacunas para combatir el Sars CoV-2 registrados por la OMS. De ellos, solo un puñado se encuentran en fases clínicas en humanos y la mayoría atraviesa etapas preliminares. En Argentina, además de la de Luján, hay dos líneas más de desarrollo: una que está siendo llevada a cabo por investigadores e investigadoras de la Universidad Nacional del Litoral y otra dirigida por Juliana Cassataro, investigadora del Conicet en el Instituto de Investigaciones Biotecnológicas de la Universidad de San Martín.
Luján trabaja con Giardia lamblia, el parásito intestinal estrella desde 1992. “Luego de mucho trabajo, recién en 2008 descubrimos un mecanismo molecular que tienen estos bichos para evadir la respuesta inmune y producir enfermedades crónicas y recurrentes. Dos años más tarde publicamos un trabajo en Nature, en que contábamos el desarrollo de una vacuna oral contra el parásito”, señala Luján.
Giardia habita el intestino superior y es la única célula que no puede ser destruida por la acción del sistema digestivo. En contraposición a ello, tiene la capacidad de sobrevivir en condiciones adversas por mucho tiempo. “Pensamos que las proteínas de las superficie del parásito podrían servir como vehículo de traslado de otras proteínas para vacunas diversas. En 2018, desarrollamos una de tipo nasal para Influenza (gripe) en ratones de laboratorio y tuvimos excelentes resultados, ya que no se morían luego de recibir las dosis”, describe. Este último trabajo fue publicado en la revista Nature Communications al año siguiente.
Hacia principios de 2020 su equipo estaba trabajando en una vacuna oral para el virus sincicial respiratorio –que causa la bronquiolitis– y para diseñar opciones que dieran pelea a otros patógenos como el hantavirus y el dengue. “Como confiamos en que nuestra plataforma vacunal era buena nos lanzamos a realizarla para coronavirus. Nuestra propuesta, además de oral, es inmunogénica, con lo cual, no se necesita agregar adyuvantes para potenciar la respuesta inmune en el organismo de las personas”, explica.
“Se forma una especie de cápsula pequeña protegida por las proteínas del parásito intestinal, a la cual se le puede agregar cualquier otro componente del patógeno. En la superficie de las cápsulas se expresa la proteína S (Spike, la llave de ingreso a las células humanas) y en su interior también transporta otras moléculas menos famosas del Sars CoV-2, pero que sirven para estimular la respuesta inmune y acabar con la infección”, añade. Una ventaja adicional, dice Luján, es que al no ser inyectable, podría ser suministrada sin la necesidad de personal adiestrado. El Investigador Superior lo narra con una metáfora: “Se podría tirar en el medio de la jungla con una instrucción de cómo hay que administrarla y listo”.
El esquema vacunal emplea un parásito del intestino, algo poco usual. "Es un órgano que nunca pudo ser utilizado para vacunar porque todo se degrada, se rompe, se digiere en su interior. Por este motivo es que casi no existen vacunas orales. De aquí que la nuestra sea tan original porque descubrimos que el intestino delgado superior es capaz de generar una respuesta y una inmunidad muy potente”, subraya Luján. La vacuna, luego de ser ingerida por vía oral, no se degrada y además genera defensas, tanto de anticuerpos como de linfocitos T.
Todavía falta mucho, pues de la fase preclínica a los ensayos en Fase III con humanos (que realizan AstraZeneca, Pfizer y Sinopharm entre otros laboratorios) hay un largo trecho. “Estamos en fase preclínica pero vamos bien. Los resultados son auspiciosos. El próximo paso será probarla en ratones con obesidad y diabetes, porque hemos recopilado mucha información que apunta a que estos grupos tienen peores experiencias con la covid-19. Falta mucho, es cierto, pero también es verdad que el que te dice hoy que tiene lista una solución efectiva miente. Ya vimos lo que sucedió con Oxford que debió paralizar sus ensayos”, sostiene Luján.
La aclaración
El video de su comunicación con la periodista de la radio fue viralizado y compartido bajo un título engañoso. “El video fue muy compartido, politizado y con un título mal puesto. Hay gente que tiene la mente podrida y utiliza los mensajes que recibe de una manera poco adecuada”, narra. Después ofrece su perspectiva sobre el apoyo de los sucesivos gobiernos a sus tareas como investigador. “Tuve mucho apoyo del gobierno de Cristina Fernández. De hecho, ella misma inauguró mi Centro en octubre de 2015 y de ella recibí le Premio Sabato a la Innovación Tecnológica, pero de ahí en más se discontinuó todo y nunca más recibimos apoyo. Siguieron las mismas autoridades (en relación al ministro Lino Barañao), aunque ya con una postura diferente. A veces sacamos subsidios y otras veces no, sabemos que son las reglas de juego y que esto es así”, aclara.
“Mi objetivo de todos estos años fue que el Conicet fuera quien administrara las patentes de los desarrollos tecnológicos que realizábamos. Cuando vino la pandemia nos presentamos a la convocatoria de la Unidad Covid-19 y no fuimos seleccionados y luego también nos presentamos a los ‘Covid Federal’ y tampoco. Recibir o no el subsidio a esta altura me da exactamente lo mismo. Lo que sí es que frente a esta situación debimos seguir trabajando con lo nuestro, rascando plata de otros proyectos y dinero de diferentes lugares”, apunta Luján.
La Unidad Covid-19, conformada por el MinCyT, el Conicet y la Agencia financió 64 proyectos en la primera convocatoria y cada una de las iniciativas seleccionadas recibió hasta 100 mil dólares. Por otra parte, lo que Luján refiere como “los Covid federal” es el Programa de articulación y fortalecimiento federal de las capacidades en ciencia y tecnología COVID-19, que reconoció a 137 proyectos con un monto total de 94 millones de pesos.
La respuesta oficial
Desde el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación explicaron que Luján recibe, desde 2010, “un importante financiamiento para proyectos de investigación destinados al desarrollo de una plataforma de vacunas por parte de la hoy denominada Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación, del Conicet y de la Universidad Católica de Córdoba, algunos de ellos en plena ejecución”. “En las convocatorias que se abrieron en el marco de la Unidad Coronavirus (IP COVID y Programa de articulación y fortalecimiento federal de las capacidades en ciencia y tecnología COVID-19) las comisiones evaluadoras no recomendaron un financiamiento especial del proyecto del Dr. Luján ya que se consideró que los recursos no tendrían impacto en acelerar o ampliar los resultados presentados”, indicaron en el Ministerio.
“El Dr. Luján no solicitó en ningún caso el pedido de reconsideración que se utiliza normalmente cuando se apela a los resultados de las evaluaciones, cuando los investigadores consideran que se han cometido errores. Si el grupo de investigación del Dr. Luján presenta nuevos avances, en relación a los presentados en abril pasado, en el desarrollo de una vacuna para el Sars-CoV-2, desde el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación se evaluarán a fin de considerar la posibilidad de otorgar nuevo financiamiento que se sume a los subsidios que actualmente posee”, añadieron los voceros del organismo.
Fuente: Diario Página 12, 11 de septiembre de 2020.
https://www.pagina12.com.ar/291387-coronavirus-cientificos-cordobeses-trabajan-en-una-vacuna-or