miércoles, 5 de septiembre de 2018

Maíz indigena de Sierra Mixe

Sierra Mixe, el extraño maíz mexicano que podría salvar al mundo
En un análisis publicado en la revista Nature en 2009, un equipo de expertos identificó los grandes problemas ambientales a los que se enfrenta la Tierra. Dos son sobradamente conocidos, y he hablado sobre ellos en numerosas ocasiones: la amenaza a la biodiversidad del planeta (con miles de especies extinguidas o a punto de desaparecer) y el calentamiento global. Solo un poco por detrás, aunque igualmente preocupante, se encuentra el grave problema de la contaminación por nitrógeno.
Maiz indígena de Sierra Mixe. (Crédito imagen: Mars Incorporated/ LiveScience).
Este elemento, el más común en nuestra atmósfera (un 78% de ella es nitrógeno), juega un papel fundamental en el reino vegetal, ya que las plantas lo usan como nutriente. Curiosamente, muy pocas plantas pueden secuestrar directamente el nitrógeno del aire que las rodea para nutrirse con él, razón por la que los agricultores de medio mundo (al menos los pudientes) se lo aportan a sus cultivos a través de fertilizantes. El sistema dista mucho de ser perfecto, de hecho hay cálculos que indican que el 57% del nitrógeno presente en los fertilizantes termina contaminando el medio ambiente, y por eso los ingenieros agrónomos y los expertos en ingeniería genética, darían lo que fuese por encontrar un método que permitiese a las plantas poder autoabastecerse como ya hacen – de forma natural – algunas especies que cultivamos como la soja, las legumbres y la alfalfa.
¿Os imagináis cultivos de importancia capital, como el trigo o el maíz, capaces de crecer sin fertilizantes? El premio sería formidable, pero a la altura del beneficio se encuentra el reto biológico, y es que en efecto el nitrógeno aéreo es abundantísimo en la Tierra, pero se encuentra en forma de dos átomos ligados fuertemente entre sí. Romper esa unión para poder acceder a formas “útiles” del nitrógeno como el amoniaco (una molécula de nitrógeno enlazada a tres moléculas de hidrógeno) o el nitrato (un nitrógeno enlazado a tres oxígenos), requiere de un montón de energía. Si hay plantas que lo consiguen, como las citadas anteriormente, es porque cuentan con la ayuda de bacterias cuyas enzimas pueden “fijar” el nitrógeno atmosférico.
Detalle de las raíces aéreas del maíz de Sierra Mixe.
(Crédito imagen: Universidad de California en Davis).
Bien, una vez explicado el problema vamos con la noticia propiamente dicha. En la Sierra de distrito de Mixe (estado de Oaxaca, México), los indígenas cultivan desde hace generaciones una extraña variedad gigante del maíz endémica cuyo aspecto desconcierta. Sus cañas pueden llegar a medir 5 metros de altura, y extendiéndose a partir de ellas, a una buena altura sobre el suelo, se aprecian sus raíces aéreas, las cuales tienen el aspecto de dedos rojizos recubiertos de una mucosidad.
El maíz de Sierra Mixe es notable por algo más que su aspecto alienígena, se trata de la única variedad conocida por la ciencia capaz de tomar del aire el nitrógeno que precisa para crecer. Si los científicos fueran capaces de imitar este comportamiento en los principales cultivos para la humanidad, la reducción de contaminación por nitrógeno podría cambiar el mundo.
No obstante, como digo el reto es formidable y el problema no va a solucionarse de un día para otro. El mundo no podría lanzarse a la producción en masa de esta variedad, por ejemplo, ya que tarda 8 meses en madurar. El maíz convencional lo consigue en apenas tres meses.
Sin embargo las habilidades del maíz de Mixe han despertado el interés de los científicos. Estudiándolo han averiguado que es capaz de fijar entre un 29 y un 82% de su propio nitrógeno, una cifra muy notable pero aún por debajo de las necesidades que los agricultores tienen en sus campos. Sin embargo, conocer el funcionamiento del truco efectuado por esta variedad indígena podría ayuda los ingenieros a crear o hibridar variedades de maíz capaces de fijar su propio nitrógeno. Esto sería de una importancia capital para alimentar a la creciente población humana, especialmente en zonas pobres del mundo donde los agricultores no pueden permitirse el uso de fertilizantes industriales.
Si pudiéramos desarrollar una tecnología así y funcionase para otros cultivos además de para el maíz, los beneficios ambientales serían fabulosos. Hay que tener en cuenta además que el fertilizante industrial que empleamos en el primer mundo se produce en fábricas que requieren de un uso muy exigente de energía, en procesos muy contaminantes que contribuyen con sus emisiones a empeorar otro problema mayúsculo, el del calentamiento global.
Por ello no es de extrañar que muchas startups tecnológicas, en incluso la fundación Gates dediquen grandes cantidades de dinero a diseñar cultivos que fijen su propio nitrógeno. Aún es muy pronto para cantar victoria, pero el maíz de Mixe nos da esperanzas. La naturaleza lo consiguió y tal vez nos esté enseñando el camino.
El trabajo sobre la fijación del nitrógeno llevada a cabo por esta variedad “Mixe” de maíz se ha publicado recientemente en PLOS Biology.
Fuente: Livescience / Could This Slimy Corn 'Fix' One of Earth's Biggest Pollution Problems? / Marcos Woo / 3 de septiembre de 2018. https://www.livescience.com/63435-what-is-nitrogen-fixation.html