ACTUALIDAD
SOCIEDAD
Una jugadora de rugby y feminista, y
un periodista ex rugbier, opinan sobre la violencia
"El machismo
también golpea a los varones"
Xoana Sosa es
jugadora de rugby femenino en el club SITAS, y ex integrante de la selección.
Alejandro Cánepa es exrugbier y periodista, y escribió un libro sobre el tema.
El asesinato de Fernando Báez Sosa, perpetrado en Villa
Gesell por un grupo de rugbiers, despertó polémica en torno a la relación
entre rugby y violencia. Varios hechos similares se sucedieron este verano
y parecen ser cada vez más habituales. ¿Existe en el deporte en sí algún
aspecto que engendre la violencia desatada fuera de la cancha? ¿Cómo se cruzan
estos aspectos con otras variables socioculturales? ¿Inciden las cuestiones de
clase y de género? Página|12 dialogó con especialistas para conocer su
opinión al respecto.
Alejandro Cánepa fue árbitro de rugby, en la
actualidad es periodista y escribió el libro "Fuera de juego, crónicas
sociales en la frontera del rugby", donde analiza el deporte desde una
perspectiva sociocultural. Consultado por Página|12, comenta que
"aunque las problemáticas como la violencia nocturna o la riña callejera
no son privativas del rugby, sí es cierto que este deporte tiene un grado de
compromiso físico muy fuerte y un nivel de violencia inevitable; además
fomenta mucho la cuestión del grupo y la cohesión, lo que hace que en
ciertas circunstancias la tendencia a la respuesta violenta sea más
rápida". Xoana Sosa, jugadora de rugby del club SITAS, ex
integrante de la selección femenina y militante feminista, asegura que "ningún
deporte en sí mismo genera valores negativos"; para ella lo más
relevante a la hora de analizar los fenómenos de violencia, son los factores
"socioculturales": "aunque fue cambiando mucho, el rugby está
reservado históricamente a la elite, es innegable que tiene algunas aristas
conservadoras y, sobre todo, hay un gran machismo que nos atraviesa",
afirma.
Cánepa coincide
con el análisis en torno al factor "elitista": "en algunos
clubes hay un culto muy fuerte a la cuestión socioeconómica, de elite; a
esos clubes solo acceden quienes tienen recursos elevados", detalla y
remarca que es así como se producen sentidos fuertemente
"endogámicos", donde la cuestión "de clase" se cruza
con la exacerbación de valores en torno a la "unión" grupal para
rechazar todo lo que pueda resultar amenazante. Según Cánepa, esto genera un
discurso de "nosotros contra el resto" en el que observa "mucha
hipocresía y marketing, como lo hay en torno a 'los valores del rugby'. Nadie
puede decir en público 'somos mejores porque tenemos más dinero', pero sí se
puede decir 'somos mejores porque tenemos tales valores', es una manera
socialmente aceptada de mostrarse superior. La cuestión socioeconómica se
traduce en marketing publicitario".
A este análisis Sosa
le agrega perspectiva de género: "Esta violencia se detenta solo en
grupos de varones, en un deporte que en un 95 por ciento es practicado por
hombres; los varones actúan en manada no solo para golpear, también hay
muchos casos de abusos y violaciones. Pero yo como mujer no participo en
ese tipo de rituales, la problemática patriarcal es clara". Para la
jugadora, en el rugby existe una estructura en forma de "cadena":
"El machismo también golpea a los varones, el que es un poco más
'débil' es víctima de los más 'fuertes' y después, como no existen espacios
para que la víctima hable del tema, lo termina descargando sobre otro más
'débil' y así se genera una cadena interminable. Eso se naturaliza desde
chico: 'sos varón, sos fuerte y de vez en cuando es normal que te agarres a
piñas'".
En las últimas
semanas, además de los hechos de "riña callejera", salieron a la
luz distintos casos de violencia contra las mujeres al interior de clubes de rugby.
Sosa indica que estos sucesos empiezan a hacerse públicos porque "las
chicas están más empoderadas". Sobre el caso ocurrido en el Club
Universitario de La Plata, donde una joven de 23 años acusó a un grupo de
jugadores por difundir fotos privadas en las redes sociales, la jugadora afirma
que la denuncia "marca que hay una cierta concientización". El club
Universitario de La Plata es uno de los pocos que cuentan con una Comisión de
Género; luego de que trascendiera el hecho, la Comisión emitió un comunicado en
el que remarcó "la importancia de acompañar los procesos de reflexión
por parte de los distintos actores/as de la institución, siendo partícipes
de las instancias que se generan para hablar, discutir y generar
acciones".
Pero estas
políticas aún parecen ser casos aislados; según Sosa "el rugby
es muy severo con la disciplina, hay bajada de línea y sanciones duras, pero
eso no está acompañado por un trabajo de educación". En este sentido, la
jugadora concluye que "el rugby debe ser atravesado por el feminismo;
hay una manera violenta en que los chicos fueron educados y eso tiene que ser
trabajado por mujeres con perspectiva de género; hay que criar chicos más
libres, que sean capaces de empatizar con individuos de cualquier tipo de
género y clase social".
Informe: Santiago Brunetto.
Fuente: Diario Página 12, 20 de enero de 2020.