jueves, 23 de enero de 2020

Leyenda boliviana

“Toborochi, el árbol encantado”
"Palo borracho", o Ceiba speciosa, es una especie del género Ceiba nativa de las selvas tropical y subtropical de Sudamérica. Tiene varios nombres comunes locales: palo borracho, árbol botella, toborochi, árbol de la lana, palo rosado, samohú, Lupuna Hembra.
En Bolivia se cuenta que hace mucho tiempo, cuando los dioses vivían en la Tierra como personas, los espíritus (Aña) de la oscuridad abusaban mucho de los primeros guaraníes, asesinaban a los hombres y secuestraban a las mujeres.
En una pequeña aldea vivía una hermosa joven a la que llamaban Araverá, que significa "Destello en el cielo", y era hija del gran Cacique Ururutï Cóndor Blanco. Ella se había casado hacía poco tiempo con el dios Colibrí (Chinu tumpa) y esperaban tener un hijo enseguida, el mismo que se convertiría en el mejor Chamán (Paye) de la región, capaz de derrotar a todos los espíritus del mal.
Los Aña, al enterarse de la noticia, se propusieron matar, sin miramientos, a la joven Araverá. Así que, montados en sus caballos alados, que lanzaban fuego por la boca, se dirigieron hacia la aldea, pero Araverá, percatándose oportunamente del peligro, se escapó volando hacia los últimos confines del universo en su sillita voladora, que le había regalado su esposo Colibrí.
Los Aña la persiguieron por todas partes, en el fondo de las aguas, debajo de la tierra y más allá de las estrellas. Cuando la sillita voladora ya no podía soportar por mucho tiempo el peso de Araverá y de la pequeña criatura que crecía en su vientre, descendieron a la Tierra y se ocultaron dentro de un Toborochi (Samou). Los Aña pasaron de largo y nunca pudieron encontrarlos.
Allí dentro, Araverá tuvo a su hijo. El niño creció y vengó la maldad de los Aña, pero, según reza la leyenda, su madre se quedó en la barriga del Samou hasta hoy… aunque, de vez en cuando, sale fuera convertida en una hermosa flor para que los colibríes vengan a disfrutar de su néctar.