CULTURA
“Creo en el amor a la
Patria, que inspiró a nuestros próceres para darnos independencia y libertad, y
en la bandera celeste y blanca, que no será abatida mientras palpite un corazón
argentino.”
Rosario Vera Peñaloza
Educadora y escritora riojana, fundadora del
primer jardín de infantes argentino, promotora de la educación preescolar y
autora del Credo
Patriótico, 1873-1950.
Más información
Rosario Vera Peñaloza, maestra ejemplo que
perdura en el tiempo
Rosario Vera Peñaloza, cultora protagónica de
una nueva escuela, posaba su mirada en la preponderante importancia por la
mejora del desempeño docente y el ineludible compromiso del Estado para con la
educación infantil. Sus grandes obsesiones: La Reforma Escolar Argentina,
los Jardines de Infantes y La Formación Docente. …
La Rosarito, aquella niña de Los Llanos
Rosario
Vera Peñaloza nació el 25 de diciembre de 1873 en La Rioja. En Atiles,
Departamento de Rivadavia, así llamado tiempo atrás, hoy denominado
Departamento de Juan Facundo Quiroga en virtud de una ley sancionada en 1948
que reivindica al caudillo riojano. El pueblo de Atiles, que en tiempos
precolombinos fuera el principal asentamiento nativo de la región, está
ubicado en la región denominada «Los Llanos», sendero que enhebra postas
históricas sobre la tradicional Ruta de Los Caudillos, reivindicatorio de las
gestas federales, que tienen en Quiroga, el “tigre de los llanos”, a su máximo
icono popular. Esa fue la tierra que vio nacer a Rosarito.
Ella fue la
menor de cuatro hermanas. Hija de Eloy Vera y Mercedes Peñaloza, tuvo la
desgracia de quedar huérfana de muy niña. Fueron sus tías quienes le enseñaron
las primeras letras, debiéndose trasladar a San Juan para iniciar sus formales
estudios primarios, pues por sus «pagos» de Los Llanos no existían
establecimientos educativos, desaparecidos tras las intestinas guerras civiles
en medio de la puja entre unitarios y federales.
Nieta
paterna de Francisco Nicolás Vera y Herrera, fue miembro de una familia de
hacendados riojanos, emparentada con las tradicionales familias del lugar: los
Ávila, los Sánchez de Balderrama, los Vergara y los Peñaloza; y precisamente
fue bisnieta de Nicolás Peñaloza, quien, por vía del primer matrimonio de este,
fue el abuelo del general Ángel Vicente «Chacho» Peñaloza.
Maestra de la Patria
La
Constitución Nacional de 1853 (Art., 5°) dejó librada a las provincias la
educación primaria y considera como atribución del Congreso Nacional la de
proveer al progreso de la ilustración, dictando planes de
instrucción general y universitaria. No había en el país bibliotecas
públicas, el material escolar era casi desconocido y los maestros improvisados
por falta de escuelas normales. En algunas provincias las aulas carecían
de pupitres, pizarrón y lápices y los docentes recurrían a cuero de
vacunos y hojas de ciertas plantas para que, sobre ellas, los escolares
escribieran las primeras letras con espinas o maderas duras. Estas «eran las
generales de la ley» para todas las escuelas de la patria, y obviamente la
natal provincia riojana de Rosario Vera Peñaloza no fue la excepción.
En la
década del ochenta del siglo XIX se produce la promulgación de la Ley 1420, que
constituye la culminación de un complejo proceso histórico, como resultado del
cual aparecían las ideas democráticas y liberales que pueden percibirse debajo
de todos los esfuerzos de integración del país y modernización de sus
instituciones.
Con la
aprobación de la Ley 1420 se hizo necesario adecuar las estructuras
provinciales en concordancia con ese cuerpo legal y a partir del creado Consejo
Nacional de Educación, las provincias tomaron un impulso propio, destacándose
entre ellas la acción educativa de algunas provincias como nuestra Mendoza,
pero muy especialmente La Rioja, Entre Ríos, Buenos Aires y Córdoba. Desde allí
Rosarito, realizó una notable labor actualizando los programas de estudio
para la carrera de maestra jardinera, que no existía en nuestro país. Difundió
el trabajo manual en las escuelas primarias para que los chicos desarrollen
habilidades prácticas. Fue discutida, perseguida y cesanteada en distintos
momentos de su vida. Dijo una vez:
«Siempre es
lenta la marcha de las ideas nuevas. Hay siempre lucha hasta que el público las
acepta y todos los que llegan a ser discípulos de tal innovación tienen que
soportar críticas y advertencias injustas».
Su Credo Patriótico
«Creo en el
Magisterio Argentino y en su obra; a ellos, Los Maestros corresponde formar las
generaciones capaces de mantener siempre encendida la lámpara votiva que
dejaron a nuestro cuidado los que nos dieron Patria para que jamás se apague en
el alma Argentina y para que sea el faro que ilumine los senderos». Textual de
Rosario en el «Credo Patriótico», al cual el Instituto Nacional
Sanmartiniano le confirió el Primer Premio, después de haberse formado.
En 1884
regresó a su tierra natal, e ingresó a la Escuela Normal de La Rioja, fundada
ese mismo año por las maestras norteamericanas, Annette Haven y Bernice Avery.
Allí realizó los estudios secundarios y cursó la carrera de magisterio,
recibiéndose de Maestra Normal en 1888. En 1892 se dirigió a Paraná
(Entre Ríos), para proseguir con su formación obteniendo el título de
Enseñanza Superior en 1894. En la Escuela Normal de Paraná fue alumna de Sara
Eccleston (oriunda de Filadelfia), otra de las maestras invitadas por Sarmiento
para expandir la educación en Argentina. En aquella célebre institución
entrerriana creada en 1870 bajo la presidencia, precisamente, del mismo Domingo
Faustino Sarmiento, comenzó su actuación profesional en el Departamento de
Aplicación. En dicha escuela también estudió Trabajo Manual, Dibujo y Pintura,
Ejercicios Físicos, Modelado, Tejido de Telares, Grabado, Corte y Confección y
Artes Decorativas.
Más allá de
sus múltiples cargos y tareas docentes, en Paraná, La Rioja, Córdoba y Buenos
Aires, la veta educadora que transversalizó su existencia, se expresó en
numerosos libros, conferencias, cursos para docentes, fundaciones escolares y
tareas asistenciales, resultado de sus observaciones y diálogos con colegas de
todo el país, recreados y convertidos en estrategias docentes y material
didáctico para su soñada reforma metodológica, finalmente expresada en la
creación del Museo Argentino para la Escuela Primaria y Pre-escolar, «su mayor
tributo a la Patria».
Con enorme
patriotismo, sostenía Rosario: «Creo en el amor a la Patria, que inspiró a
nuestros próceres para darnos independencia y libertad, y en la bandera celeste
y blanca…, que no será abatida mientras palpite un corazón argentino…»
Escribió 25
libros (1), en su mayoría inéditos. Militaba con su palabra, pero más
con la acción: hacía mucho y hablaba poco. Fue incansable fundadora de museos y
jardines de infantes en todo el país. Ocupó 22 cargos públicos. Fue maestra en
muchas provincias. Hizo del país un aula.
Pero otro
de sus legados, fue su decálogo patriótico: Y como aquellas máximas
sanmartinianas quedaron grabadas para siempre:
1.
Amar a la patria más que a sí mismo.
2.
No jurar en su santo nombre falsamente.
3.
Conmemorar sus glorias.
4.
Honrar a la madre patria en todos los actos de
la vida.
5.
No matar el sentimiento patrio con la
indiferencia cívica o la tolerancia indebida.
6.
No realizar acto alguno que mengue la propia
dignidad. Quien se dignifica a sí mismo, dignifica a la patria.
7.
Cuidar los bienes del estado más que de los
propios.
8.
Buscar y practicar siempre la verdad.
9.
No desear jamás tener otra nacionalidad.
10.
No ambicionar los derechos de las demás
naciones ni mucho menos pretender su dominio y dar a la Argentina capacidad
para no ser superada ni vencida.
Murió un 28
de mayo de 1950 en La Rioja a los 77 años de edad. En su testamento quedó
expresamente plasmado su altruismo. Donó todo lo que poseía, hasta su vieja
hamaca. Resulta interesante destacar el Artículo N° 6 de dicho testamento
(textual):
«No
teniendo herederos forzosos, renuncio mis derechos de autor en beneficio
de la entidad Nacional, Provincial o Privada, como ser la Junta de Historia y
Letras de la Rioja, a la que ya le tengo ofrecido mis trabajos, que hiciere la
publicación; pero si ésta fuere el gobierno Nacional o Provincial y la
publicación produjera algún beneficio, de éste se destinará lo necesario
para servir de base a la fundación de una escuela que llevará el nombre de mi
tía y madre de crianza, doña Jesús Peñaloza de Ocampo, en el pueblo de Malanzán
donde he pasado mi infancia._ Esta escuela será politécnica, en ella se
dará a la niñez tares variadas, que sirvan para despertar
vocaciones y desarrollar aptitudes latentes en cada uno, enseñando el
aprovechamiento del material que brinda el medio ambiente, las flores
intensamente aromáticas para la preparación de extractos, la arcilla que es de
primera calidad para facilitar las creaciones plásticas, las
fibras, las numerosas materias de la zona para la preparación de bases de
juguetes para que el mismo niño los haga. Podían ser base de estos
juguetes los modelos de cuyo mecanismo, es autor Ricardo Ocampo, ejecutados
bajo mi dirección e idea que tienen por finalidad despertar las vivencias
del niño y cultivar su capacidad creadora, al mismo tiempo su venta será una fuente
de ingreso para el sostenimiento de la escuela».
Reconocimiento
En su
memoria, el 28 de mayo, fecha de su fallecimiento, se festeja el Día Nacional
de los «Jardines de Infantes» y del «Docente de Nivel Inicial» instituido por
Ley 27.059, sancionada el 3 de diciembre de 2014.
Nota
1)- Algunos Títulos de Libros de su
autoría: El hombre que rehusó el Olimpo; Los hijos del sol;
Historia de la Tierra; Un viaje accidentado; Cuentos y poemas; Pensamientos
breves sobre juegos educativos; Enseñanza práctica de las fracciones; Herencia
sagrada; La casa histórica de Tucumán; La industria del tejido; La tejeduría hogareña;
Mi credo patriótico; El paso de los Andes por las seis rutas; Estudio
comparativo de los sistemas Montessori y Froebeliano; Enseñanza práctica de la
geometría en la escuela primaria; El Kindergarten en la Argentina.
Fuentes consultadas
Web Dirección General de Escuelas Provincia de
Mendoza, “Rosario Vera Peñaloza, maestra ejemplo que perdura en el tiempo), autor
Gustavo Capone.