EL PAÍS
Una apelación al prejuicio
Otro estilo
de fake news: La Nación y los cuadernillos escolares con "contenido
político"
Por qué y cómo el diario desinforma
sobre los cuadernillos escolares nacidos para mantener la relación con la
escuela de los chicos, sobre todo los más desprotegidos, en medio de la
pandemia. El testimonio de los educadores.
Por Ernesto
Tiffenberg
Otro estilo de fake news: La
Nación y los cuadernillos escolares con "contenido político".
“Los riesgos de compartir noticias falsas en el contexto de
la pandemia son enormes”. La frase pertenece a la periodista Laura Zommer en un
video sobre los riesgos de las fake news que, en la noche del jueves,
encabezaba los tuits que comparte Unicef Argentina.
Laura Zommer colaboró muchos años con La Nación y
seguramente cuando hablaba no estaba pensando en la nota “Coronavirus en la
Argentina: el Gobierno gastó $400 millones en cuadernillos escolares con
contenido político”, que había publicado ese diario por la mañana.
Pero en la dirección de Unicef quizás sí tenían en cuenta
el artículo, porque la organización dependiente de Naciones Unidas cofinancia
los cuadernillos escolares junto al Ministerio de Educación.
Los cuadernillos nacieron justamente “en el contexto de la
pandemia”, como dice Zommer. De urgencia, para permitir que los chicos que se
quedaron sin escuelas a partir del aislamiento social obligatorio pudiesen
seguir estudiando en sus casas.
¿Gasto o inversión?
Para el diario La Nación, la impresión de estos
cuadernillos es “un gasto abultado” del Estado, que el Gobierno pone por delante
de lo invertido en salud con el perverso fin de difundir “contenidos
políticos” entre los niños.
Como explican tanto Alberto Fernández como el ministro
Nicolás Trotta en los textos introductorios de los cuadernos, la educación a
distancia no puede suplir a las escuelas, pero sí ayuda a mantener el vínculo
entre los estudiantes y sus maestros. También les abre una ventana diaria para
que respiren una brisa educativa que refresque la rutina familiar del encierro.
Y si uno se toma el trabajo de mirarlos, seguramente llegue
a la conclusión de que niños y padres aprenderán mucho, de muchas cosas, si los
leen y siguen sus consignas. Están divididos por niveles y, cuesta decirlo
tratándose de material escolar, son amenos e inteligentes.
No es la única iniciativa tomada por el Ministerio para
colaborar con la labor de los docentes. En realidad, se integran con 14 horas
de producción de programas televisivos y 7 horas de radioclases que se emiten
por los medios públicos, además de la plataforma digital seguimoseducando.gob.ar a la que se accede desde las
computadoras que los chicos pueden tener en sus casas o desde cualquier
celular.
A pesar de toda esa oferta, hay millones de niñas, niños
y adolescentes que no cuentan con conectividad o cuyo acceso es muy limitado. A
ellos, en el Gobierno calculan que son 6 millones, están dirigidos los
cuadernillos impresos que los docentes no terminan de agradecer (ver al
final de esta nota los testimonios de los educadores).
Seguramente son muchos, seguramente son los más
desprotegidos, pero algo es seguro, no forman parte del universo de La
Nación.
Espantapájaros para gorilas
El diario fundado por Bartolomé Mitre conoce bien a sus
lectores y trabaja sobre sus prejuicios. Sabe que la sola mención de material
educativo bajo un gobierno peronista los llevará al recuerdo indignado de la
glorificación de Evita y Perón en los libros de lectura de los años 50. Y
aunque la nota no consiga reproducir nada que produzca ni la sombra de la
sombra de esa indignación, el efecto ya está alcanzado con la forma elegida
para presentar el tema.
Los ejemplos
Aunque cualquiera supondría que los autores están
informados sobre temas educativos, parecen ignorar que el programa “El
diario en la escuela” lleva décadas de desarrollo en las escuelas porteñas, con
la colaboración de todos los medios, más allá de sus líneas editoriales.
Sólo así podría entenderse que les sorprenda que se utilice
material periodístico para generar, en las clases de Ciencias Sociales, un
abordaje activo sobre temas de actualidad.
De los miles de páginas publicadas en los cuadernillos, La
Nación apenas consigue rescatar tres ejemplos para sostener su tesis,
ninguno de ellos demasiado llamativo y curiosamente de medios que no tienen
nada que ver entre sí.
Uno es del diario local, La Unión de Lomas de
Zamora, que consigna brevemente la construcción de hospitales de campaña para
enfrentar la emergencia del coronavirus.
Otro es de Clarín, que informa sobre un fallo
judicial que ordena al Gobierno de la Ciudad a proveer elementos de seguridad a
sus trabajadores.
Pese a que La Nación enfatiza que está elegido para
atacar a un político opositor, ni la nota ni las preguntas que propone el
cuadernillo para guiar la lectura nombran a Horacio Rodríguez Larreta. En
realidad, están dirigidos a enfatizar el lugar de la justicia.
El tercer artículo es de Página/12. En palabras de La
Nación, “los chicos de 2do y 3er grado deben leer una nota periodística del
diario Página/12 sobre un proyecto legislativo presentado por Lucía Campora,
sobrina nieta del expresidente peronista y quien forma parte de la agrupación
juvenil kirchnerista”.
Curiosamente, en este caso el cuadernillo no reproduce la
nota original del diario, sino un resumen (lo que se aclara al pie del breve
texto) en el que no figura Lucía Cámpora, ni mucho menos su tío abuelo ni la
“agrupación juvenil kirchnerista”. Para enterarse de todo eso que preocupa
tanto a los periodistas de La Nación, los alumnos deberían leer nada
menos que… La Nación.
Lo único que aparece es la preocupación por el cuidado que
deben tener los trabajadores esenciales.
Además de populistas, corruptos
Cualquier periodista, sobre todo los de La Nación
que vienen trabajando sobre ello hace años, sabe que la mención de los 400
millones de pesos en el título lleva inevitablemente a los lectores a imaginar
que alguien se los robó. El truco es más efectivo en este caso, con la
pandemia y los niños como excusa.
Sin embargo, en el desarrollo del artículo no muestran
ningún dato que lleve a pensar que las cifras invertidas están infladas. Lo
único que aparece sobre este aspecto de la información es un cuadro con lo
cobrado por cada una de las imprentas que participaron de la gigantesca
edición. Cualquiera que conozca al sector, inmediatamente descubre que están
todas las principales. Si hubo corrupción, habría que concluir, fue compartida
por la industria en su conjunto, incluidos medios de comunicación opositores.
En los pasillos del Ministerio de Educación es un secreto a
voces que, para imprimir semejante cantidad de cuadernillos, tuvieron que
recurrir a todas las imprentas disponibles, sobre todo las más grandes, y que
ahora, sin tanta urgencia, están viendo cómo incluir otras más pequeñas que
quedaron afuera por el apuro.
“Además de contra el virus que nos tiene aislados, la
Organización Mundial de la Salud llamó a combatir contra la ‘Infodemia’, la
difusión de noticias falsas en medio de la pandemia, que a mucha gente le
genera miedo y hasta pánico”, concluye Laura Zommer en el video citado al
principio.
Está claro que no habla de este caso.
Pero podría.
La voz de los educadores
Testimonios recogidos por Melisa
Molina.
Kaia Pérez Coello:
"Son muy importantes"
Docente de sexto grado en la escuela Antonio J. Bucich del
barrio de la Boca, Kaia Pérez Coello utiliza ese material para darle clases a
sus alumnos. De los 64 chicos que tiene a cargo, solo ocho tienen computadora.
"En el marco de la pandemia los docentes estamos utilizando todos los
recursos que tenemos a mano. El cuadernillo, entre otras herramientas que nos
brinda el Ministerio, es el elemento más concreto que llega a las casas de los
alumnos", apuntó. Por otra parte, explicó que "la realidad es que hay
familias que tienen un solo teléfono, que es el que también usan los padres
para trabajar, y tienen siete chicos. En ese marco, los cuadernillos son muy
importantes porque ellos pueden estar con el material en la casa, hacer las
actividades y sostener la continuidad pedagógica". Pérez Coello subrayó que
"lo más importante es que son una herramienta que está a tono con el
diseño curricular que es nuestro libro maestro, nuestro marco de ley".
Iván Stoikoff:
"No denuncian sobreprecio sino el monto asignado a lo público"
Docente y especialista en educación, Iván Stoikoff opinó
que una de las ventajas de los cuadernillos, es que "llegan con urgencia a
los barrios más pobres, de manera masiva". "Si la acción del Estado
se discute nominándola como 'gasto' y no como 'inversión', cuanto más alto sea
el presupuesto en temas educativos, más repudio generará en los sectores que la
cuestionan, ya que en las críticas no se denuncia sobreprecio, sino el monto
asignado a lo público", opinó. En ese sentido, el especialista en el área
indicó que "la iniciativa estatal deja en claro que lo educativo está en
el núcleo duro de las preocupaciones gubernamentales, además de lo sanitario y
económico".
Para el educador, desde el punto de vista pedagógico,
"todos los temas cuestionados están enmarcados en los distintos lineamientos
curriculares que atraviesan las ciencias sociales". Stoikoff agregó
que es importante que en los cuadernillos se trabajen temas de actualidad ya
que "la memoria y la historia colectiva, se construye en el diálogo del
pasado, el presente y en la expectativa por el futuro. Los alumnos comprenden
los procesos históricos relacionándolos con el presente, comparándolos,
significando las causas y consecuencias, partiendo de la historia de sus vidas,
su barrio, su gente".
Con respecto a las actividades específicas que fueron
cuestionadas, Pérez Coello indicó que "lo que se trabaja en los
cuadernillos, por ejemplo, son contenidos de Ciencias Sociales que nos sirven
para ayudar a los estudiantes a comprender la complejidad del mundo en la
actualidad de una forma crítica y no solamente epopeyas descolgadas".
"Un tema central de sexto grado, que estamos trabajando en este momento,
es el de problemas ambientales, entonces puedo hablar de un huracán en Miami,
hacerles hacer un trabajo sobre un terremoto, o hablarles del coronavirus, algo
que ellos están viviendo", amplió la docente. "En otras ocasiones
hemos trabajado, por ejemplo, con el huracán Matthew y qué acciones tomaron los
estados para evitar los riesgos ambientales. En el marco del coronavirus, preguntamos
lo mismo, qué hace el Estado, no el Gobierno, frente a esta emergencia",
resaltó. "Los chicos pueden reflexionar sobre las medidas que tomó el
Estado como, por ejemplo, la de quedarnos en casa; la de no tener más escuela y
esto es lo que plantea el texto de Seguimos Educando con el que estamos
trabajando", concluyó.
Teresa Camacho:
"La alegría con que los reciben es indescriptible"
Educadora de jóvenes y adultos en la Villa 20, Teresa
Camacho participó de la distribución del material impreso. Lo hizo en un
comedor de la Ciudad de Buenos Aires, mientras las familias hacían las filas a
la espera de un plato de comida. "La alegría de los vecinos al recibir el
material es indescriptible. Mientras algunos dicen que el Gobierno 'gastó' un
monto de dinero alto en estos materiales, yo veo a un Estado presente que
invierte en materiales que, como ellos dicen, llegaron a los barrios más
vulnerables", reflexionó.
Camacho destacó que los cuadernillos "fueron recibidos
con alegría y los vecinos pedían el material con insistencia". "Como
docente celebro la existencia de materiales que busquen construir un
pensamiento crítico con propuestas que tengan en cuenta el contexto en el que
se encuentra nuestro país", afirmó.
Fuente: Diario Página 12, 22 de mayo de
2020.