REFLEXIÓN
“A mí mis papás me pegaban de
niño y yo no estoy traumado”, afirmó el hombre que su ex-pareja lo denunció por
violencia física.
“A mi de niño me dejaban
llorando solo hasta que me durmiera y tan mal no salí”, señaló el hombre que
pasa largas horas trasnochando en redes sociales afectando su sueño.
“A mi me castigaban de niño y
estoy bien”, dijo el hombre que cada vez que comete un error, se dice a sí
mismo palabras de desprecio, como forma de auto-castigo.
“A mi de niña me pusieron mano
dura y sufro de un trauma llamado ‘educación’”, afirmó la mujer que sigue sin
entender porqué todas sus parejas terminan siendo agresivas.
“Cuando yo me ponía de
caprichosa de niña, mi padre me encerraba en una habitación sola para que
aprendiera y hoy se lo agradezco”, dijo la mujer que ha sufrido ataques de
ansiedad y no se explica porqué teme tanto a estar encerrada en espacios
pequeños.
“A mi mis padres me decían que
me iban a dejar sola o a regalar con un desconocido cuando hacía mis berrinches
y no tengo traumas”, dijo la mujer que ha rogado por amor y ha perdonado
reiteradas infidelidades a su pareja con tal de no sentirse abandonada.
“A mí mis padres me controlaban
solo con la mirada y mira lo bien que salí”, señaló la mujer que no puede
mantener contacto visual con figuras de ‘autoridad’ sin sentirse intimidada.
“Cuando era niño, me dieron
hasta con el cable de la plancha y hoy soy un hombre de bien, hasta profesional
soy”, afirmó el hombre que sus vecinos han acusado con la policía por llegar
ebrio a golpear objetos y gritar a su esposa.
“A mi mis padres me obligaron a
estudiar una carrera que diera dinero, y mira lo bien que estoy”, dijo el
hombre que cada día sueña con que sea Viernes porque está desesperado en su
trabajo haciendo todos los días algo que no es lo que siempre quiso.
“Cuando era pequeña me obligaban
a estar sentada hasta terminar toda la comida y hasta me la embutían a la
fuerza, no como ahora esos padres permisivos” afirmó la mujer que no entiende
porqué no ha podido tener una relación sana con la comida y en su adolescencia
llegó a desarrollar un trastorno alimenticio.
“Mi madre me enseñó a respetar a
punta de chanclazos”, dijo la mujer que se fuma 5 cigarrillos diarios para
controlar su ansiedad.
“Yo a mi mamá y a mi papá les
agradezco cada golpe y cada castigo, porque sino quien sabe qué sería de mí”,
afirmó el hombre que nunca ha podido tener una relación de pareja sana, y a
quien su hijo le miente constantemente porque le tiene miedo.
Y así vamos por la vida,
escuchando personas afirmando ser gente de bien y sin traumas, pero
paradójicamente, en una sociedad llena de violencia y gente herida.
No repitamos patrones.
La palabra se hizo para el
diálogo.
Demos amor.
Créditos al autor
BIO Reprogramación
Neuroemocional